Mientras Máxima Zorreguieta y la princesa heredera Amalia despliegan agenda oficial en Nueva York, donde participan de la 80º Asamblea General de la ONU, en los Países Bajos el rey Guillermo Alejandro protagonizó una aparición pública que llamó la atención de la prensa internacional.
Lejos de la compañía de su esposa e hija, el monarca acudió el 24 de septiembre a Assen, en el norte del país, para supervisar un proyecto de viviendas sociales levantado en el antiguo terreno de una fábrica. Allí, junto a empresarios locales, se interiorizó sobre la escasez de vivienda y los desafíos económicos de la región.
Sin embargo, lo que sorprendió no fue el acto en sí, sino su acompañante. No se trataba de una royal ni de una colaboradora habitual de la Casa Real, sino de la actual ministra de Vivienda y Ordenación del Territorio, Maria Cornelia Gezina Keijzer, más conocida como Mona Keijzer.
Con un look elegante —pantalón blanco de pinzas y chaqueta de tweed pastel a cuadros— la funcionaria compartió agenda con el Rey, generando titulares que subrayaron tanto la imagen conjunta como su historial de controversias.

Las controversias de Mona Keijzer, la polémica funcionaria pública con quien se vio al rey Guillermo Alejandro
Keijzer, que ejerce como vice primera ministra en el gabinete de Dick Schoof, ha sido una figura controvertida en la escena política neerlandesa. En 2021 fue destituida del gobierno de Mark Rutte tras criticar públicamente el pase COVID-19 en una entrevista con De Telegraaf y cuestionar la llegada de turistas y extranjeros al país.
Posteriormente se sumó al Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), partido en el que volvió a obtener un escaño en las elecciones de 2023 y en el que también ha sido protagonista de varias polémicas. Entre ellas, la investigación judicial que afrontó en marzo de 2025 por delitos de odio y racismo tras declarar que el antisemitismo es “parte de la cultura islámica”, proceso que finalmente fue archivado al considerarse sus palabras un insulto grupal amparado por la libertad de expresión política.

La foto de Guillermo Alejandro junto a esta figura no pasó inadvertida para la prensa, que destacó el contraste entre la imagen afable del acto institucional y la reputación de su acompañante. Todo, mientras Máxima y Amalia siguen consolidando en Nueva York el vínculo madre e hija y la preparación de la futura reina, convertidas en el centro de las miradas durante los compromisos reales en Estados Unidos.
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