Andrea Frigerio canta al sol.
-¿Cómo se animó?
-¿A cantar? Yo siempre toqué el piano y soy profesora de solfeo, pero me preparé mucho durante el tiempo que estuve sin trabajar.
-La escucho.
-Fui a clases de danzas en la escuela de Julio Bocca, fui al gimnasio todos los días, estudié teatro y tomé clases de técnica vocal. Es más, incluso ahora, estando acá, ensayo todas las tardes junto a la pileta antes de salir para el teatro.
Ella llegó a Mardel junto a Lucas Bocchino, su marido, y su hija Josefina. Tomás, su hijo mayor, se unirá a la familia en la segunda quincena de enero. Frigerio está descansando, sí. Pero vino por trabajo. Todas las noches interpreta (como alguna vez lo hizo Marilyn Monroe en Los caballeros las prefieren rubias) el tema Los diamantes son los mejores amigos de las chicas en el espectáculo que comparte junto a Chico Novarro, Cecilia Milone y Guillermo Bredeston.
-¿Usted también se mata en el gimnasio, aunque haya roto con la rutina de Buenos Aires?
-Sí, claro. No hay tarde que no haga gym aeróbica y localizada. Es más, cuando desfilaba tenía 90-62-92 y ahora tengo un centímetro menos de cintura y modelé aún más todo mi cuerpo. También en el rendimiento físico me ayudó mucho haber dejado de fumar.
-¿Y cómo la trata este público?
-¿La verdad? Acá me hacen sentir toda una diva. Me esperan a la salida con flores, me piden autógrafos, me miman mucho. Hacía ocho años que no venía a Mar del Plata. La última vez que estuve fue para hacer El Periscopio junto a Jorge Rial… imaginate.
Frigerio luce su nueva figura (90-61-92 tiene hoy) en el jardín de la casa marplatense que alquiló.
Con Lucas Bocchino, su marido, y su hija Josefina, comparte piscina y mimitos al sol. Allí, todas las tardes ensaya técnica vocal antes de salir a escena.
