
La escena bien podría haber sido parte de un filme de Woody Allen. El paneo comienza con un plano general de Italia; de a poco, la cámara se va acercando a la ciudad de Como hasta llegar al lago homónimo, el tercero más grande del país. Allí, sentada sobre las escalinatas de Villa Cernobbio, Paula De La Fuente escucha los acordes de Canción de cuna, uno de los hits de Ciro y Los Persas, su banda de rock favorita. “Vamos a correr un rato / que hay tiempo nomás / hay tiempo nomás / todo el tiempo”.

Mientras corea el estribillo, el cantante desliza un “¡feliz cumpleaños, Paula!”. Ella se pone de pie y, junto a Javier, su marido, y sus dos hijos varones, Ignacio y Tomás, se acercan al músico para darle un beso. Finalmente, los cinco terminan cantando uno de los temas preferidos de la homenajeada...

Pasaron quince días desde aquel momento, de ese filme de Woody Allen vivido en primera persona, y la agasajada aún se pregunta cómo hizo Javier Zanetti (44, actual vicepresidente del Inter, club donde se retiró) para que no se le escapara ni una palabra sobre la inolvidable sorpresa. “Organizó absolutamente todo con meses de anticipación –cuenta–. Lo hizo con la complicidad de mi cuñada y mis amigos. No me esperaba nada de lo que viví”, explica con la emoción a flor de piel.

La cita estaba pactada para el sábado 14 de julio en Villa Cernobbio. ¿La consigna? “Noche para brillar y divertirse”. Sin embargo, para la mujer del Pupi sería una velada para asombrarse y emocionarse.
Primero: el show de Ciro y Los Persas. Aunque es fanática de la banda y lo conoce a Andrés desde hace más de veinte años, jamás se imaginó que iba a cantarle en vivo para sus cuarenta. “Casi me muero”, resume.

Cuando creyó que se recuperaba del acústico, se sentó en la mesa principal junto a su marido y sus tres hijos. Entonces... ¡zas! Llegó el plato principal y con él la segunda sorpresa.

“Las camareras que me acercaron la bandeja eran María y Cintia, dos amigas argentinas con las que compartí los primeros años en Italia mientras sus maridos jugaban en el Inter de Milán”, cuenta Paula. La escena quedó registrada en un video que publicó en su cuenta de Instagram (@pau.dlf). No se ve su rostro, pero sí los sentidos abrazos que se dieron en ese momento. Pero, ojo, que la cosa no terminó ahí...

Como suele suceder en las grandes fiestas, pronto se proyectó un video que transitaba la infancia de la cumpleañera hasta el nacimiento de sus hijos y otros momentos clave. En ese instante apareció otra de sus íntimas: Dolores “Lole” Martínez, madrina de su hijo Nacho y hermana de Ciro. Otra vez un grito de incredulidad y más abrazos. “Pensé que las sorpresas habían terminado, pero me equivoqué. Antes de arrancar con el baile aparecieron mis cinco amigos de la escuela primeria: Ale, Gaby, Fede, Silvi y Vero. No podía creerlo”, cuenta Paula.

–¡Tiraron la casa por la ventana!
–(Risas). En realidad nosotros somos de festejar. Todos mis cumpleaños apuntan a algo temático. Pasa que siendo éste el de mis 40, parecía especial. Por lo general suelo celebrarlo en la Argentina. Sucede que como esta vez coincidía con la final del Mundial y Javi trabajaba en Rusia, decidí organizar el primero en Italia. Una semana más tarde viajamos a Buenos Aires y, el sábado 21 de julio, volví a festejar en el Palacio Sans Souci con mis familiares y muchos amigos: los de la vida, los que trabajan en la Fundación P.U.P.I. y algunos de los tantos que nos regaló el fútbol. Bailamos hasta las cinco de la mañana.

–En alguna nota Javier confió: “Paula es la culpable de todo lo bueno que hice: mis hijos, mi carrera y la Fundación. Ella es mi gran complemento”. Palabras tan lindas como esta doble celebración.
–Es que con Javier tenemos una hermosa relación de muchos años, crecimos juntos y compartimos todo. Somos muy unidos.
–Pregunta obligada –¿y un poco antipática?– para cerrar: llegaste a los 40... ¿Tenés algún mambo con...?
–...Para nada (completa ella). La verdad, ¡me siento mejor que nunca!
Por Flor Illbele.
Fotos: Gentileza de P.Z.
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