
Dice que le cambió todo, e incluso reubicó su ego y su perspectiva de la vida. Vanina Escudero asegura que ser madre de Benicio (4) y Joaquina (2) –sus hijos con el comediante Alvaro Navia (52)– es un entrenamiento diario, que disfruta horrores. “Además de ejercitar la paciencia, te conectan con lo esencial. Ellos me acercan todo el tiempo al disfrute”, cuenta Silvina. Ama los juegos simples y old school a la hora de compartir risas. Hacer guerras de agua, andar en monopatín, correr en el verde o hacer burbujas son algunos de los planes indispensables para “construir felicidad”.

La maternidad cambia las prioridades, sí, pero que esos hijos sean producto del deseo es reconfortante: “Yo agradezco que mi trabajo me permita estar un montón con ellos; la verdad, me sentiría muy mal de no poder compartirles diez horas todos los días”. Acerca de la intensa lucha por ser padres, tras un sinfín de tratamientos y frustraciones, la bailarina ha dicho que salieron fortalecidos: “Te hace fuerte o te destruye como relación, y nosotros estamos más felices que nunca”. ¿La clave de esa felicidad? “Amamos lo simple y queremos conectar con lo esencial, que es la familia”.
Fotos: Fabián Uset.
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