A un mes del triple crimen de Florencio Varela, que sacudió al país por su brutalidad, una nueva revelación volvió a estremecer la causa. Celeste González Guerrero, una de las detenidas e imputadas, aseguró que los asesinos llamaron a la familia de una de las jóvenes mientras la torturaban.
La mujer, conocida en el barrio como vendedora de drogas para “Pequeño J” (Tony Jansen Valverde Victoriano), era inquilina de la llamada “casa del horror”, ubicada en Chañar 702, donde fueron asesinadas Morena Verdi (20), Brenda del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15).
Según reveló su abogado, Daniel Giaquinta, Celeste le confió una frase que hiela la sangre:
“Llamaron a la familia de una de las chicas mientras la torturaban”.

De acuerdo con su testimonio, el dato lo habría conocido a través de su pareja, Miguel Villanueva Silva, también detenido, quien le contó los detalles tras los asesinatos.
Según la imputada, los agresores se comunicaron con los familiares de una de las víctimas para exigir la devolución de una droga presuntamente robada y que habría motivado las torturas y los homicidios.
“La filmaron mientras la estaban torturando, cuando le cortaron la cara”, añadió Celeste ante la Justicia, ratificando parte de su declaración. Aunque no supo precisar quién fue la víctima, aclaró: “Creo que a Brenda”.

Un llamado escalofriante y una trama narco detrás del horror
La llamada, según su relato, habría sido realizada desde el teléfono de “Pequeño J”, el supuesto líder de la banda, acompañado por su cómplice “Duro”. La escena, reconstruida por los investigadores, se enmarca en un contexto de violencia narco y venganza entre organizaciones criminales que operaban entre Ciudad Evita y Florencio Varela.
Celeste González Guerrero, que negó haber estado dentro de la vivienda durante los homicidios, sostuvo que se enteró de todo después, cuando Villanueva le relató lo ocurrido en un hotel transitorio donde se alojaron. “Yo no entré a la casa. Él me contó lo que hicieron después”, declaró.

Sin embargo, sus palabras abrieron una nueva línea de investigación. Según su versión, la familia de una de las víctimas estaría vinculada a un grupo narco rival, lo que habría desatado el enfrentamiento que terminó con la vida de las tres jóvenes.
“La familia de una de las chicas tiene mucho que ver, porque eran otro grupo de mafia, en ese caso, dos villas diferentes”, le habría dicho Villanueva, según Celeste.
Su abogado, el antes mencionado Daniel Giaquinta, amplió esta declaración: “Una de las hermanas de las víctimas estaría relacionada con otra organización narco que mantenía disputas con la banda de peruanos actualmente detenida”.
La “casa del horror” y una causa que no deja de crecer
El triple crimen de Florencio Varela conmocionó al país por la brutalidad del ataque y el nivel de sadismo que exhibieron los responsables. Las tres víctimas fueron halladas sin vida dentro de la vivienda que Celeste González le alquiló por 1mil dólares a “Pequeño J”, escenario que los vecinos bautizaron como “la casa del horror”.
A un mes del hecho, la causa ya cuenta con nueve detenidos, tres prófugos y otros tres sospechosos aún no identificados. Los investigadores seguían varias pistas en paralelo, pero coincidían en que el móvil estaba estrechamente ligado a una disputa por drogas.

El dato revelado por Celeste podría ser determinante para reconstruir el último contacto de las víctimas con sus captores y desentrañar la red narco detrás de los asesinatos. Mientras tanto, las familias de Morena, Brenda y Lara continúan exigiendo justicia y temen que la causa, de una complejidad extrema, termine diluyéndose entre tantas versiones.
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