Si el amor tuviera pasaporte, los de Arno y Lesna lucirían sellos en forma de corazón. Es que él vivió hasta los cuatro años en el Zoológico de Leipzig de Alemania mientras ella pasaba sus días en el Zoológico Zlín-Lešná de República Checa (el segundo más visitado de su país). Hasta que el destino los presentó en Buenos Aires y ya nada fue igual. Porque, claro, tras rejas europeas, ninguno de los dos pensaba que su futuro estaba en el sur del mundo, pero un ambicioso programa de conservación que planea reintroducir esta especie en nuestro país luego de declararse extinta en 2019 torció el destino de ambas nutrias.

Protagonizaron un verdadero "milagro" biológico
Cuando los presentaron -con suma cautela- y ellos decidieron elegirse como compañeros, los especialistas contenían la respiración. Es que la bibliografía sobre nutrias gigantes es tajante: asegura que tardan mucho en establecer un vínculo y que las primeras camadas de crías no suelen sobrevivir. Pero ellos, sin saberlo, reescribieron los libros.
"Para nosotros fue una sorpresa gigante", le confesaba a GENTE María José Catanzariti, gerente operativa de Bienestar Animal y Conservación de la Biodiversidad del Ecoparque, aún incrédula ante la efectividad de la pareja de mamíferos. Es que pocos días antes de que se cumpliera un año desde su llegada, ellos -que hasta ahora nunca habían sido padres- dieron a luz a tres crías: dos hembras y un machito que nacieron en una madriguera artificial y abrieron sus ojitos marrones al mes.

Los tres bebés -bautizados como Chapaí, Aqu y Ysyri- no sólo crecieron sanos y fuertes, sino que además con el correr de los meses fueron sumando hermanitos menores a su familia: Tori nació en mayo de 2025, y en septiembre de este año llegaron dos más que -como son muy chiquitos- aún no tienen nombre ni sexo definido.

Así eran sus días de juegos, siestas y travesuras en el Ecoparque
Antes de que partieran a Chaco, un equipo de GENTE se rindió ante la ternura de este grupo y a los pies de su recinto conoció cómo era su cotidianidad.
"A las nutrias es imposible verlas por la mañana, porque duermen hasta las 10. Descansan mucho. O sea, vos llegás a primera hora y acá nadie te da pelota", nos contaban entre risas los cuidadores sobre el ritmo que manejaba esta particular familia en el barrio de Palermo.
Pero cuando despertaron, la maquinaria se activó y el show de sumergidas y correrías resultó impresionante. ¡Eso sí!, lejos de ser un descontrol -como muchos de sus visitantes podían inferir-, en sus movimientos había estructura: "Fíjense que hay adultos y juveniles. Y la que está allá arriba, vocalizando desde afuera, es la hermana del medio. Ella espera y vocaliza porque es una estrategia de supervivencia que los más experimentados interactúen y los demás esperen a que los padres les den un aviso como diciendo: 'Bueno, si no pasa nada, pueden acercarse'", explicaba María Eugenia 'Coqui' Dahdah, licenciada en Ciencias Ambientales y coordinadora del Área de Comportamiento Animal, durante el último de los entrenamientos por agua y tierra que presenció GENTE.




El operativo del traslado
Para reintroducir esta especie en su hábitat natural y así restaurar los ecosistemas de nuestro país el Ecoparque de Palermo tuvo que despedir a sus huéspedes más carismáticos.
Eso sí, su lazo afectivo fue inquebrantable: "Decidimos liberar a familia completa porque las nutrias gigantes viven en esa clase de grupos. Además, de esta manera, promovemos al máximo que la liberación sea exitosa", contaban los expertos a este medio.
¿Cómo fue el viaje a Chaco? "Los ocho fueron movilizados en cajas de transporte individuales -para evitar que se lastimen-, pero estuvieron en todo momento juntos para que puedan olerse y comunicarse", nos detallaron sobre el traslado terrestre, antes de compartirnos un video que muestra toda la secuencia:
Su nueva vida: en el Parque Nacional El Impenetrable
Arno, Lesna, Chapaí, Aqu, Ysyri, Tori y los dos bebés ya están instalados en los corrales de pre-suelta de la Fundación Rewilding Argentina y la dieta que tenían en el Ecoparque está siendo reemplazada por una más salvaje.
Es que este es el momento en que su instinto deberá aflorar al máximo y la alimentación es el primer gran cambio: su dieta pasará a ser marcadamente piscívora, ya que el 99 por ciento de lo que consumen en naturaleza son peces.
Para mantenerse fuertes y defender a la manada, se estima que Arno y Lesna deberán ingerir entre 2 y 3 kilos de pescado por día, mientras que cada uno de sus hijos requerirá cerca de 1,5 kilos diarios para completar su desarrollo físico.


En un primer momento toda la familia permanecerá alojada en este ambiente de presuelta de la Fundación Rewilding Argentina, nadando en el río Bermejo, donde pronto podrán vivir en libertad. ¿El fin último? Que esta especie, declarada extinta en Argentina, vuelva a poblar nuestros ríos, algo que no sucede desde hace más de treinta años.
¿Serán Lesna y Arno los padres de la futura generación de nutrias gigantes que naden libres en nuestros ríos? Crucemos los dedos de que sí.
Fotos: Diego García y gentileza Ecoparque
Agradecemos a Federico Ricciardi


