Es el nuevo accesorio IT. Con la intención de cuidar los recursos necesarios para el sistema sanitario, las autoridades instan a que cada uno se haga su propio barbijo. Churba comparte un modelo con el característico sello de sus diseños.
"Lo de los barbijos fue un proceso particular. Empecé compartiendo un espacio diario para incentivar a gente a hacer cosas con las manos. Me daba cuenta de que muchos estábamos con cierta fobia al encierro al principio de la cuarentena", explica Martín Churba que lleva días dando clases online de diseño textil. "Mi manera de trabajar los materiales tiene que ver con la cuarentena. ¿Por qué? Porque a mí me gusta trabajar con lo que está disponible y, con lo que hay, ver qué se puede inventar. Soy muy creativo. Me gusta aplicar la creatividad al límite. Soy mejor diseñador cuando tengo un contexto limitado", asegura.
Un poco por casualidad y como parte de un proceso creativo Martín Churba comenzó a hacer barbijos. 
"Quiero que todos salgamos", dijo Churba al explicar por qué comparte su técnica para hacer barbijos. 
Los tutoriales comenzaron casi como un juego para ahuyentar la fobia al encierro. 
Los barbijos Tramando tienen el inconfundible sello de Churba.
Al principio, proponía a sus seguidores trabajar con lo que tenían ensus casas: desde tintura para pelo hasta pintura de piso. "Cuando fui a mi alacena a buscar insumos -no compré nada para esos vivos- me dí cuenta de que estaba lleno de opciones. Desde cúrcuma o remolacha, que pueden servir para teñir, hasta pinceles, como el aplicador de tinta para el zapato que puede servir", dice. Usó todo lo que tuvo a mano, incluso tabletas anti mosquitos que sirvieron como marcador ancho.
La invitación es a Pasar el trapo a la cuarentena (es es el nombre que eligió para este espacio creativo). En los distintos vivos mostró partes de su casa y su taller. "En un momento pasó algo muy maravilloso: plastificando el papel de servilleta me di cuenta de que podía servir muy bien para tapabocas. Lo hice y compartí todo lo que iba descubriendo. Quiero que todos salgamos de esto", dice con una sonrisa y algo de esperanza.
"El tapabocas es algo que en la sociedad occidental no existía. Lo mirábamos hasta con cierto rechazo. Y hoy es necesario y hasta obligatorio. Me hace pensar en nuestro rostro como eje de la identidad. Siempre digo que la ropa es nuestra piel social y creo que el barbijo pasa a ser parte de nuestro rostro, por lo que tenemos por delante un largo camino de aprendizaje. Cada uno va a ir encontrando en eso un complemento para su cara".
"Para promover el uso del barbijo y también impulsar nuestro negocio, decidimos que quien compre una prenda de Tramando en la tienda online recibirá de regalo un tapaboca súper fashion", concluye el diseñador, que donó accesorios a la fundación CasaSan. Estos barbijos están hechos en colaboración con Romina Savastano.
