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El drama de Luisana Lopilato y Michael Bublé

Publicado por
Redacción Gente

Es lo que se conoce en medicina como un hallazgo. “Si Dios quiso que se lo descubrieran de esa manera, es porque quiere salvar a Noah”, invoca desde el otro lado del teléfono
Daniela Lopilato (37), la tía del hijo mayor de Luisana (29) y Michael Bublé (41). Como si se tratara de una plegaria, la nutricionista y hermana de la actriz le responde a GENTE con la voz entrecortada y prende una luz de esperanza sobre la salud de su sobrino. Porque el resto ya es noticia. A Noah Bublé –que cumplió tres años el 27 de agosto– le diagnosticaron cáncer.

Tanto su mamá como el músico canadiense suspendieron todos sus compromisos laborales hasta nuevo aviso. Esto recién empieza... “El cáncer es una enfermedad horrible, pero tenemos fe en que Noah va a salir adelante. Lo sabemos. Llegó la hora de empezar un tratamiento que será largo y muy duro, pero que hay que pasar. Dicen que los niños suelen ser fuertes para soportar la quimioterapia... y mi sobrino es un guerrero”, agrega Daniela, que deja entrever su profunda tristeza, pero a pesar de eso tiene una fe inquebrantable. En los próximos días volará rumbo a Los Angeles, para acompañar a Luisana y así sumarse al equipo de contención Lopilato, que lideran Eduardo y Betty, los padres.


PARA LOS FANS, LA VERDAD. “Estamos devastados por el reciente diagnóstico de cáncer de nuestro hijo mayor, Noah, quien se encuentra actualmente en tratamiento en los Estados Unidos. Siempre hemos hablado mucho sobre la importancia de la familia y el amor que tenemos por nuestros hijos. Luisana y yo vamos a dedicar todo nuestro tiempo y atención a ayudarlo a ponerse mejor, suspendiendo nuestras actividades profesionales por ahora. Durante este difícil momento, les pedimos que oren por él y que por favor respeten nuestra privacidad. Tenemos un camino largo por delante y esperamos que con el apoyo de nuestra familia, amigos, fans alrededor del mundo y nuestra fe en Dios, podamos ganar esta batalla”, posteó Michael Bublé en su cuenta de Facebook apenas pasadas las diez de la mañana del viernes 4 de noviembre. Así confirmaban el diagnóstico –tremendo, impensado, increíble– que algunos portales de noticias habían arrojado la tarde anterior. Fue sin temor a usar la palabra “cáncer” y demostrando el respeto que sienten por sus fans a lo largo y ancho del globo.

 


CRONICA DE UN DIAGNOSTICO. Todo comenzó el martes 25 de octubre, mientras Luisana elegía el vestuario para la película Numb –coproducción argentino-canadiense–, que tenía planeado empezar a filmar en los próximos días. “¿Alguno tuvo paperas?”, preguntó la actriz en voz alta. Comentó que Noah tenía unas líneas de fiebre, que ella atribuía a una enfermedad virósica. Su preocupación era que no se la contagiara a Elías, su hermano de nueve meses.

La cosa no quedó ahí. Al día siguiente, Lopilato no retomó el rodaje de Los que aman, odian, película que coprotagoniza con Guillermo Francella. Llevó a su hijo al sanatorio Otamendi Miroli de Capital Federal, porque la fiebre le había subido. Después de un examen clínico exhaustivo determinaron que no eran paperas y arriesgaron dos diagnósticos posibles: angina o mononucleosis.
Para descartar el segundo había que realizar una batería de estudios, que incluían una ecografía abdominal.

Así fue como el jueves 27, después de un hisopado de fauces, le confirmaron que Noah tenía una simple angina y no mononucleosis, pero que la ecografía de abdomen había detectado un problema hepático. “Tiene una manchita en el hígado, pero no muestra distintas tonalidades. Por eso, es probable que sea benigno, pero hay que seguir con los estudios”, le dijeron los médicos sobre el diagnóstico de Noah, al que llegaron estudiando los síntomas de la mononucleosis.

“Soltemos todo y nos vemos en Los Angeles”, le dijo Michael a Luisana desde Londres, en plena gira promocional de su nuevo disco. Ella no dudó y el sábado 29, a primera hora de la mañana, aterrizó en dicha ciudad junto a Elías y sus padres. “Fue acá donde descubrieron que algo andaba mal. Tenemos muy buenos especialistas. Pero por cuestiones personales y familiares, Lu y Mike decidieron volar a los Estados Unidos para hacer el tratamiento”, contó Daniela sobre la decisión para que el nene siga su tratamiento allá.

Mientras tanto, Noah no llegó a despedirse de sus compañeritos de salita de dos del jardín de infantes del colegio Cardenal Pironio, que por estos días ensayan la performance de fin de año y ahora extrañarán sus dotes histriónicas.

EN LA LUCHA, CON MUCHA FE. Una vez instalados en su casa de la ciudad californiana –tienen otra en Vancouver, Canadá, además de la de Nordelta, en Buenos Aires– los especialistas del mejor centro médico de Los Angeles siguieron con los exámenes del niño. Coincidieron con el diagnóstico del sanatorio Otamendi e indicaron para ese mismo lunes una biopsia de hígado, que Noah soportó muy bien.

Pero ese martes 1º de noviembre llegó el resultado que ningún padre querría leer: cáncer en el hígado. ¿El tratamiento inicial? Cuatro meses de quimioterapia, con la posibilidad de una cirugía para extirpar el tumor más adelante. Eso sí, el pronóstico podría ser alentador: con tratamiento, ese tipo de cáncer infantil tiene un 90 por ciento de chances de cura.

¿Otra buena noticia? “Noah ya empezó la quimio y la está tolerando muy bien”, aseguran amigos de la familia. Daniela agrega: “Tiene la inocencia de los nenes y eso está bueno. No entiende demasiado lo que está pasando”. Claro que sus papás juegan con él mientras recibe el tratamiento, e incluso su tío Darío puede ser parte del proceso desde Buenos Aires. Varias veces habló con Noah vía Skype y hasta lo escuchó decir en spanglish: “¿Cuándo voy a ir a tu casa a jugar, tío?”.

Más de novente y cinco mil comentarios en Facebook debajo del post de Bublé y otros cincuenta mil en el de Luisana, después del comunicado oficial conjunto. Mientras que #FuerzaNoah explotó en Twitter e Instagram, con las mejores fotos de la familia y grandes frases dándoles ánimo y buenos deseos. Incontables mensajes de WhatsApp, banderas de los hinchas en las canchas de fútbol, llamados, cadenas de oración e incluso cartas con historias conmovedoras de niños que superaron el cáncer. Todo para que Luisana, que está devastada pero decidida a sostener a su hijito, le pueda asegurar a su entorno: “Nos hace bien sentirnos así de acompañados. El amor de la gente nos ayuda a ver las cosas con optimismo y mucha fe”.

La postal de uno de
los últimos veranos
en Bal Harbour, entre
mamá Lu y Noah. “Les
pedimos que oren
por él”, postearon
los Bublé-Lopilato en
Facebook, después del
drama que se desató
hace quince días.

Visitando a Mickey, en Disney, de Orlando.