Categorias: ActualidadLifestyle

Entre medicina tradicional, china y acuerdos toltecas creó un método de prevención de dolencias: “El día que casi me saco un ojo me convertí en mi primer paciente”

Marcelo Suárez es médico clínico y se dedica desde hace años a las conductas saludables; en diálogo con GENTE, cuenta cómo desarrolló una fórmula para prevenir las enfermedades en vez de curarlas y detalla seis llaves para vivir mejor

Publicado por
Lucila Barreiro

Durante la residencia hacía guardias cada 24 horas, comía mal y dormía peor. El ritmo "normal" para los médicos que realizan sus especializaciones durante al menos cuatro años. Un día se levantó a las 6 de la mañana tras una noche agotadora en el hospital y, mientras escribía, casi se saca el ojo con una birome cuando su cabeza se derrumbó de sueño sobre el escritorio del consultorio. Ese accidente fortuito despertó en el la primera alarma de que algo no estaba bien. De que nada estaba bien.

“Yo te hablo de pacientes, pero me di cuenta que yo era el primero”. Suarez recuerda que estaba inmerso en este sistema, a base del constante agotamiento y la exposición. “En el afán de que seas buen médico, te hacen pelota desde lo orgánico. Si la medicina no se ocupa de la salud del médico primero, imaginate el resto de la gente. Hay que cambiar la cabeza y aplicar desde la educación médica lo que tenemos que predicar a nuestros pacientes”, reflexiona.

Una vez que terminó la residencia - junto con las 14 guardias que hacía para vivir-, cuando tuvo un poco más de tiempo "y cabeza" le cayó la ficha, "Ahí pensé: si yo me hice profesional de mi cuerpo porque me enamoré de él, tengo que cuidarlo”

Entonces empezó su camino hacia un re-descubrimiento de su carrera. Fue un minucioso ensayo clínico con su propio cuerpo para mejorar su calidad de vida a partir de una premisa simple: prestar atención a lo que le decían sus células. Así, desechó poco a poco mandatos clásicos como comer seis veces por día, o ingerir alimentos "etiquetados en color verde" y sacó sus propias fórmulas.

Además de las alarmas propias en su cuerpo, empezó a ver en el consultorio que los pacientes llegaban siempre con enfermedades o afecciones muy avanzadas, y que la respuesta era siempre la misma: aumentar la cantidad de medicamentos, cambiarlos por otro, ajustar las cantidades.

En este camino fue que el médico clínico empezó a especializarse en conductas saludables y desarrolló un método que tiene que ver con aplicar seis llaves “imprescindibles para vivir más y mejor”.

El doctor con su libro "No me enfermo más" en el que comparte el método de prevención (Instagram)

El método de las seis llaves

Con su título de médico clínico, sus cuatro años de residencia, 14 mil horas de guardias y el doble de libros leídos, Suárez empezó a buscar respuestas en disciplinas o terapias alternativas a la medicina tradicional. Completó una especialidad en Medicina Tradicional China y le sumó otra en Terapias Alternativas; además, leyó sobre los acuerdos toltecas de los pueblos antiguos de México. Todo ese proceso lo llevó a desarrollar un método que volcó en el libro “No me enfermo más”.

La publicación refleja seis conductas saludables para vivir mejor y evitar las conductas que enferman al cuerpo. Estas “llaves” que propone son:

- Alimentación Adecuada: Se deben tener en cuenta cinco claves al momento de alimentarnos: cantidad, calidad, frecuencia, variedad y tipos de cocción.

- Hidratación: Como mínimo es necesario ingerir 2 litros líquidos, repartidos equitativamente.

- Ejercicio: Mínimo 3 veces a la semana, 45 minutos y combinado (aeróbico y de fuerza).

- Descanso: Se recomiendan entre 6 y 8 horas de sueño reparador.

- Pensamientos positivos: Siempre buscar el aprendizaje en cada cosa que sucede.

- Respiración consciente: Ejercicios respiratorios para "apagar" los pensamientos caóticos.

“El organismo recibe lo que necesita imprescindiblemente y puede desarrollar en su mejor versión en todas las áreas defendiendonos y enlenteciendo nuestro envejecimiento”, resume el especialista sobre la premisa en la que basa su método.

En este sentido fue que “un poco decepcionado" de la medicina tradicional "que me hacía recibir pacientes enfermos", decidió dedicarse a la prevención.

La importancia del descanso, una de las conductas saludables menos practicadas por las personas.

“Como médico clínico descubrí que el organismo tenía todo y más para evitar y resolver cualquier inconveniente. En base a eso investigué y le di la oportunidad”, cuenta, aunque aclara que no esté en contra de la medicación porque “la continúa aplicando” en su consultorio. Lo que cambió radicalmente fue la forma de abordar al paciente. Soy amigo de la farmacia pero íntimo amigo del organismo.”

Pero, ¿qué es una persona saludable? Suarez las define como aquellas personas que se sienten bien, se ven bien, tienen análisis con parámetros normales, sobre una base de conducta saludable sostenida. En esta línea expresa que, si no se sostiene una conducta saludable diaria, lo que pasa es que más allá que los otros factores estén bien - ya sea por que el individuo tiene un organismo privilegiado, o porque se siente bien o porque incluso le dan bien el laboratorio- en algún momento la evasión de alguna de esas seis conductas hará que el organismo "pase factura". 

“Si tenés que ir a Mar del Plata y agarras la Ruta 14 jamás vas a llegar. Lo más increíble es que la gente se sorprenda porque no llega.”

Enamorarse de las células en vez de en los remedios

A cada consulta que atendía, el médico notaba que no lograba “resolver” la situación de los pacientes sino que les “emparchaba sus problemas”. Por ende, el resultado era cada vez más medicación, más consultas, más remedios. Ahí se dijo a sí mismo: algo está funcionando mal.
Esto está pasando hace más de 40 años a la gente; en todo el planeta las enfermedades empeoraron y aparecieron miles nuevas”.

La conexión con estos principios había comenzado.

Suárez explica que las llaves son primarias porque “abarcan lo primero que hay que resolver”. En este sentido, sostiene que la medicación trabaja en receptores que el mismo cuerpo ya tiene y que por alguna razón no puede usar “porque se agotó o no recibió lo imprescindible”.

“Propongo siempre que se enamoren de sus células”, invita.

Para el especialista, durante el proceso de sanación de una persona hay dos patas. Una, la que nos puede brindar el médico, la naturaleza y el Estado para cuidarnos y la segunda “la que
brindamos nosotros con la conducta que le apliquemos a nuestro organismo”.

“Tenemos que empoderarnos con esta llave para que diariamente desde que nos levantamos hasta que nos acostamos el organismo esté atento”.

Dentro de todas las herramientas que comenzó a sumar a los conocimientos que traía de la Universidad de La Plata, reconoce en la medicina tradicional china algunos de los aportes más valiosos. “Me ayudó a unir los cuatro hemisferios, derecho e izquierdo, occidental y oriental; y empecé a tener una perspectiva más integral.”

Los acuerdos Toltecas (Instagram: Marcelo Suárez)

Suarez destaca de los orientales la visión que tienen “mucho más conectada con la naturaleza y el planeta que con lo que nos brinda la farmacología”. “Empecé a darme cuenta que resolvían muy bien los problemas desarrollando la armonía física, psíquica, emocional y social.”

Por otra parte, se inspiró en los acuerdos toltecas: una civilización antiquísima de México que desarrolló acuerdos de vida para vivir más y mejor. En principio fueron cuatro y luego añadieron un quinto: usar impecablemente las palabras; no tomar nada como personal; no adivines ni supongas; hacer el máximo esfuerzo posible; por último sé simple, sé escéptico pero aprende a escuchar.

Me gustan mucho los juegos de palabras por eso se me ocurrió usarlo en las seis llaves”. Así lo incorporó a las premisas de su método: tener información adecuada, concentrarme en esa información, aptitud para aplicarla, acción para poner en práctica y, la más difícil, ser constante.

Entonces unió todo.

Al principio, notaba en algunos pacientes cierta reticencia. “Me decían: todo bien doctor con esto que me cuenta, pero mientras qué tomo”. Es que la nueva metodología significó para el médico un viraje de 360 grados en la forma en que atendía las consultas. Antes era 90 por ciento fármacos y ahora es al revés. La mayoría de lo que receto son complementos, que habitualmente te dicen suplementos: vitaminas, minerales, omega 3. Esta es mi visión terapéutica salvo que no haya opción; ya sea porque ya hay un mecanismo roto o, transitoriamente, lo uso para sacarlo del problema agudo hasta que vaya conectando con mi técnica".

Pero luego, los resultados empezaron a aparecer, a multiplicarse. “Empezó a cambiar el pronóstico de los pacientes y te hablo de cualquier enfermedad. No en el 100 % de los casos, porque depende del deterioro o situación en el momento que el paciente inicia el método.”

Las consultas más frecuentes que recibe son por obesidad y sobrepeso, presión alta, migraña, trastornos digestivos de cualquier tipo, insomnio, diabetes, o simplemente por “análisis que dieron mal “.

En este sentido, define la pandemia como “la inconducta” . “Las secuelas son tremendas y se ven en cuestiones como la obesidad, en todos los grados trastornos digestivos, en el insomnio, la ansiedad que se disparó en más gente más tempranamente."

Por eso insiste en la importancia de mirar hacia adentro y empezar por uno mismo. Reconectarse con lo verdaderamente prioritario.

No se trata de sanar “como por arte de magia” sino “por arte del organismo”. “El organismo es un cubo rubik de un millón de cosas. démosle lo que necesita y dejemoslo en paz.”