"Me llegan mails intimándome a pagar a cambio de no mostrar videos", dijo Fanny Mandelbaum, entre risas. Entrevistada en Los Ángeles de la Mañana, contó que le habían pedido U$2500 en bitcoins a cambio de mantener en reserva su información. "Tenemos imágenes tuyas masturbándote", la amenazaron. La periodista declaró que no ve porno y por eso notó enseguida que se trataba de una estafa. También Yanina Latorre reconoció haber recibido este tipo de ciberamenazas. Y no son las únicas, ya que millones de personas son abordadas a diario por ciberdelincuentes que usan diversas herramientas de extorsión.
"En tiempos de pandemia, cada vez más son las horas que pasamos conectados a internet", dice Marcelo Temperini, abogado especializado en delito informático y ciberdelincuencia. Como consecuencia del mayor uso de dispositivos y aplicaciones, se multiplican los ataques recibidos porque, como dice el especialista, "los ciberdelincuentes nunca descansan".
"Hay varias modalidades de ciberdelito", explica Diego Migliorisi, abogado y fundador de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen. "Las dos más comunes, desde hace un tiempo son sextorsión y ciberextorsión. La primera comienza con una situación de seducción a través de Facebook o Instagram, en la que se propone practicar sexting. Unos minutos después de cortar extorsionan pidiendo transferencia a cambio de no divulgar esa información", explica el experto y aclara que la mayor cantidad de consultas y denuncias que reciben en la asociación tiene que ver con esta modalidad de delito.
"Hay otra opción -en auge en estos días- que tiene que ver con un hackeo de cuentas masivo ocurrido durante 2019. El usuario recibe un mail cuyo "asunto" muestra una clave obtenida tras ese hackeo en el que se filtraron claves de muchos usuarios", comenta Migliorisi y sigue: "Lo que está haciendo el delincuente es enviar mails masivos con la clave en el asunto y un texto que dice que conocen a fondo al usuario que es extorsionado".
Millones de usuarios fueron sorprendidos en los últimos días con este tipo de ciberextorsión. Y quedan impactados al leer la contraseña -que no necesariamente actual, pero sí estuvo vinculada en algún momento a esa dirección de mail- y la amenaza de publicar material material obtenido del teléfono de la computadora. Hay quienes lo dejan pasar, otros que intentan averiguar qué tan cierto puede ser y algunos incautos caen en la estafa. "Juegan con el faactor psicológico", sentencia Migliorisi al tiempo que reconoce que las consultas aumentaron más del 30 por ciento durante el último mes.