Un episodio cargado de confusión y angustia sacudió a la localidad salteña de La Merced, cuando una adolescente de 17 años denunció la desaparición de su hija de tres. El hecho, que en un primer momento se investigaba como un posible secuestro, terminó exponiendo un trasfondo mucho más complejo: la joven madre había dejado a su niña con otra familia para que la criara.
Todo comenzó el miércoles por la noche cuando la adolescente llegó a la comisaría local visiblemente alterada. Entre lágrimas, aseguró que su hija había desaparecido luego de que ambas compartieran la merienda en su casa. La denuncia activó de inmediato un intenso operativo de búsqueda que incluyó a más de 100 efectivos de La Merced, Cerrillos y Rosario de Lerma.
Sin embargo, dos horas después de iniciada la búsqueda, la nena fue hallada en perfecto estado en la casa de una familia conocida de la madre, ubicada en el barrio San Jorge. La niña no había sido raptada ni estaba extraviada. Según trascendió, la propia madre la había llevado allí horas antes y le había pedido a la dueña de casa que la cuidara como si fuera suya.
De acuerdo con los mensajes de WhatsApp que forman parte de la causa, la adolescente escribió: “Yo no la puedo criar. ¿La podés criar vos? Te la llevo”. La mujer que recibió a la nena solía cuidarla en otras ocasiones, pero esta vez, la joven madre dejó en claro que no planeaba regresar a buscarla.
Al llegar a su casa, su pareja –mayor de edad– le preguntó por la beba. Sin saber qué decir, y presa de la desesperación, la madre inventó la desaparición y radicó la denuncia. En ese momento comenzó el despliegue policial con rastrillajes, patrullajes y alarma en toda la región. Finalmente, cuando la Policía encontró a la niña y verificó su buen estado de salud, la adolescente admitió lo que realmente había hecho.
Actualmente, la causa quedó en manos del Juzgado de Incapaces y Menores, que evalúa la situación legal de la madre y la custodia definitiva de la niña. La pequeña quedó al cuidado de su padre biológico mientras se define su futuro, dado que por ahora no podrá volver con su madre.
Por otro lado, los investigadores confirmaron que no existió un intercambio de dinero por la entrega de la menor y trabajan sobre la hipótesis de un posible colapso emocional de la adolescente, que habría actuado bajo presión y sin contención familiar.
Este episodio reabre el debate sobre las maternidades adolescentes en contextos de vulnerabilidad y la falta de redes de apoyo en comunidades rurales.
La historia, que comenzó como un supuesto secuestro, expuso las dificultades de miles de jóvenes madres argentinas que enfrentan la crianza en soledad y sin recursos básicos para sostener a sus hijos.
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