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Jonás y Maglietti: “Elegimos nuestro nuevo departamento por los perros”

Publicado por
Redacción Gente

Qué diferencia a un perro inglés de uno argentino? “El chip”, dice Jonás Gutiérrez (33), el centrocampista de Defensa y Justicia que ama los perros grandes. Y su novia desde hace tres años, la escultural Alejandra Maglietti (31), agrega: “Lo tienen en la nuca. Es que los ingleses son muy avanzados, escanean a cualquier perro en la calle y saben quién es el dueño, dónde viven y todo. También tienen un pasaporte con foto”. Este curioso detalle se dio porque su primer dueño, Jonás, vivió siete años en Inglaterra mientras jugaba en Newcastle United.

–¿Por qué los elegiste de tres razas diferentes?
Jonás: Porque averigüé cuáles eran las razas que mejor se daban con los nenes y encontré que eran los labradores, los golden y los San Bernardo. Me parecía fundamental por mis sobrinos chiquitos y por si algún día tenemos hijos.


–Ale, cuando vos llegaste a sus vidas, ¿cómo fue la bienvenida canina?
Alejandra: Cuando llegué a Inglaterra ninguno me daba bola, ni me miraban, porque estaban acostumbrados a estar a solas con él. Pero cuando Jonás se iba a entrenar, me demostraban lo simpáticos, cancheros y buenos que eran. Me acuerdo de que un día me los olvidé afuera y se largó a llover. Se empaparon tanto que me dio miedo de que Jonás se enojara, porque él los re cuida, así que agarré un secador de pelo y me puse a secarlos uno por uno antes de que llegara.
Jonás: (muerto de risa) ¡No tenía idea!
Alejandra: Es que nunca te lo conté...

–¿Fue difícil educar a estos gigantes?
Jonás: Buda (5) –el labrador chocolate– fue el rebelde que más destrozos hizo porque fue el primero. Pero después Apollo (4) –el golden– y Poseidón (3) –el San Bernardo– prácticamente no rompieron nada porque copiaron al más grande. El único tema lo tuve con Apollo, que casi se muere porque se comía medias de lana que no sé de dónde las sacaba. Salvo eso, después nada.


–¿Cuál es el más malcriado?
Alejandra: ¡Buda! No toma agua del baldecito, sólo de la canilla, y duerme en la cama. En Inglaterra hizo que yo durmiera una semana entera en el piso porque entre él y Jonás, que duerme re profundo, ocupaban toda la cama.

–Se están por mudar a un departamento con un súper jardín privado. ¿Lo eligieron por los perros?
Alejandra: Cien por ciento. Entrábamos a un lugar y veíamos el patio, después, el resto. Fueron muchos meses de búsqueda porque es muy difícil conseguir un espacio en Capital en el que los perros estén comódos.

–¿Les van a construir una casita?
Alejandra: No creo, porque van a estar adentro todo el tiempo, ¡olvidate!
Jonás: Y sí, ¡es que les gusta! Eso sí, ya tenemos un paseador que los saca todos los días para que tengan su cuota de ejercicio diario. Eso es fundamental.

–Para ustedes, ¿qué significan los animales?
Jonás: Pura compañía. Creo que no pueden faltar en una familia ni en una casa.
Alejandra: Son cariño, nobleza y diversión. A veces espero llegar a mi casa de Formosa para jugar con Boxi, mi bóxer de trece años, y mi gata Dorita, que rescaté de la calle
hace catorce años cuando la encontré debajo de un auto.

“El otro día vi un perrito en un refugio de Pilar y me enamoré. Le pregunté a Jonás si podíamos adoptar otro y me dijo que sí”, cuenta la rubia de mirada transparente. Su novio, asintiendo con la cabeza, exclama: “¡Seguro! Estoy superabierto a que siga creciendo la manada. A mí me encantan los perros”. ¿Y cachorritos propios? También quieren. “Hay que buscarle novia a Apollo”, dicen con una sonrisa. ¡Amores perros

Jonás y Alejandra disfrutan
con Buda, Poseidón y Apollo
del verde del departamento
de Palermo al que se
mudarán en un mes (sólo falta
que lleguen los muebles).