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"Les gusto tanto a los chicos como a los camioneros"

Publicado por
Redacción Gente

Tomó el camino inverso, la chica de Rutas Argentinas. En vez de acudir a la siempre vigente ecuación "luzco (bastante) mis buenas curvas"-"me aseguro un puesto en los medios"-"intento demostrar que estoy capacitada", María Eugenia Molinari (28) resolvió arrancar desde atrás: "Intento demostrar que estoy capacitada"-"me aseguro un puesto en los medios"-"luzco (poquísimo) mis buenas curvas". Algo así como elegir subir por la escalera, antes que por el ascensor.

-¿Sabe que a GENTE ON LINE llueven pedidos para que se la incluya en la votación entre los mejores cuerpos del país?
-¿En serio? Me voy a poner colorada.

-¿Por qué recién ahora se anima a mostrar un cachititito de piel, cuando tiene tanta y tan bella para exhibir?
-No es mi estilo.

-Apuesto a que si le consulto sus medidas…
-1,64, 54 kilos.

-Medidas, Molinari.
-Ni idea. En serio, evitame esas preguntas, dale: me pongo colorada.

Colorada de vergüenza, rubia de cabello, verde de ojos, guapa más allá de cualquier tonalidad, la hija de Gloria (52, ama de casa) y Eduardo (54, comerciante) y la hermana de María Laura (25) y Alejandro (29), recibió el primer chirlo el 8 de marzo del '74 en Caballito. Y después de su nacimiento todo fue risas. Infancia "cargada de calidez familiar", adolescencia "cargada de proyectos personales" y juventud "cargada de decisiones interesantes". Claro, a los 17, tras ganarse varios pesos en promociones y administrando papeles en una consultoría, resolvió presentarse al casting de El agujerito sin fin, emblemático programa infantil a cargo del emblemático conductor infantil Julián Weich. "Y quedé", resume aún sorprendida. "Recuerdo que me hicieron leer unas líneas y cacé los anteojos, porque antes de operarme sufría miopía, astigmatismo e hipermetropía. Al terminar traté de quitármelos y me exigieron: 'Dejátelos'". Daba el look intelectual que necesitaban y firmó contrato. Hasta la fecha incursionó en la televisión con El agujerito…, 100db, Cablín, Pulgas (los dos últimos también la llevaron al teatro), Animérica y Rutas... Si bien antes se negó a actuar en Montaña rusa, 90-60-90 y Naranja y media. "Súper loco lo que me sucedió. Cierto día de octubre, sin ahorros y previo al terrible lío social, renuncié a ATC. Necesitaba cambiar, dejar de trabajar para niños. ¡Bingo! Pronto me llamaron de Infinito. "¿Querés conducir RA?".

-Agradecidos los grandes. ¿A quiénes les gusta especialmente? ¿A los pibes que la siguieron a lo largo de una década o a los camioneros que la encuentran a lo largo del país?
-Y… a los chicos y a los camioneros. Mi novio (Fernando Spinelli, 37, editor de la productora Abbey Road), agradecido ante semejante declaración (ríe). Convivimos. Alquilamos un departamento en Belgrano.

-Acaba de destruir las esperanzas de cientos de miles de compatriotas, los mismos que acaban de descubrirla sexy en la publicidad de Pantene y sueñan toparse con usted en algún perdido rincón de la Argentina.
-¿Destruir? Podemos charlar de tantos temas. Adoro las caras del norte, los paisajes del sur. Grabo voces, compro libros. Siento que me sirve de mucho el bachillerato en humanidades y las carreras de Relaciones Públicas y Periodismo que cursé por la mitad.

-¿Entonces aceptaría que la sumáramos a las diosas locales?
-Insistís, eh.

-Insisto, eh.
-¿A qué mujer no le encanta que la vean linda?

por Leonardo Ibáñez
fotos: Carlos Alfano y archivo Editorial Atlántida
producción: Gabriela Diaz
agradecemos a Gino Lozano, Saverio Di Ricci, Ossira y Ricky Sarkany/p>

Lleva recorridos 45 mil kilómetros con su programa (América, sábados a las 19), que descubre sitios insólitos de nuestro país. Pero las curvas más impactantes de María Eugenia no son las del camino...

laburar en equipo", escuchar a Madonna y a Charly, y mirar La pantera rosa.">

Era el papel que desempeñaba en El agujerito sin fin (1992), junto a Weich y Pablo Marcovsky. Eugenia detesta la impuntualidad. Adora comer, bailar, "laburar en equipo", escuchar a Madonna y a Charly, y mirar La pantera rosa.