Categorias: Actualidad

“Me animo a todo, pero sé ponerme los límites”

Publicado por
Redacción Gente

Por si alguien no lo vio, por si todavía queda algún alma sin saber de qué se habló esta última semana, nosotros se lo contamos: a cuatro meses de haberse convertido en mamá por segunda vez, Pampita se animó al baile del caño en el programa de Tinelli y sorprendió a todos con su hot-dance. Hubo una suerte de topless para el cierre final que aún se comenta...

–Nadie se quedó sin nombrarte.
–(Risas) Pero en realidad no hice un topless, como todos ponen. Tenía las lolas pintadas, fue eso: un body painting con la lengua de los Rolling Stones.


–No le quites mérito...
–(Carcajada) No, para nada. El caño es uno de los bailes más fuertes y quise estar a la altura de las circunstancias... Me jugué, me animé a un poco más... Pero no sirvió...

–¡¿Cómo qué no?!
–Bueno, la verdad es que el jurado dijo que los sorprendí, pero la sorprendida sigo siendo yo: ni un solo diez tuve.


–¿Te arrepentís por haberte animado a tanto?
–No, yo no me arrepiento. Además, no traspasé mis propios límites: siempre mostré sensualidad, no sexualidad. De todas formas el baile del caño fue todo un desafío para mí: nunca había mostrado tanto...

–¿Estás segura? Mirá que hiciste fotos fuertes...
–Fotos jugadas, sexy, tengo de a montón. Sin embargo, jamás hice ni haría un desnudo.

–Dabas una imagen más osada...
–Soy osada... No tengo temores, pero sí mis pudores y mis límites. Me animo a todo, pero sé ponerme los límites, hasta dónde debo o quiero llegar. Además, una cosa es hacer fotos sensuales en un clima íntimo, entre tres o cuatro personas, y otra muy distinta salir en un programa de televisión con cuarenta puntos de rating, donde sabés que te está mirando todo el país.

–¿Qué cambia?
–Que en una producción se puede cuidar más el producto. En la tele y en vivo, no. Lo que hacés es lo que se ve. Igual me hago cargo de todas mis acciones, porque soy una mujer apasionada, que siempre apuesta al trabajo. Y mi objetivo de hoy es llegar a la final para ayudar a Nicolás Armengol, mi soñador, que quiere reparar la sala de oncología de la Fundación Garrahan, donde se atienden casi 100 pacientes por día.

–A todo esto, ¿qué dijo Benjamín de tu baile hot?
–Sabe que es un show y un programa de entretenimientos. Los dos conocemos cómo son las reglas, y por eso quizás podemos comprender más las cosas. Benja mira mis bailes y yo no me pierdo ningún capítulo de Don Juan y su bella dama.

–Dicen que se puso celoso...
–A mí no me dijo nada... La celosa en casa soy yo.

–¡Qué revelación!
–¿Viste? No me molesta que lo consideren un galán ni que dé besos en las novelas. Lo celo en pavaditas de todos los días...

–Entonces no tendría problema en que hagas teatro de revistas...
–Benjamín seguramente no. A mí me cuesta imaginarme con las plumas puestas. No lo descarto, pero las ofertas que tuve hasta el momento no me tentaron. Hoy lo veo como un imposible, pero en estos años de trabajo aprendí a no descartar nada. Hasta el momento, siempre hice lo que quise...

–¿El camino a la fama te esperaba o lo construiste?
–Hubo bastante de suerte y otro tanto de trabajo y persistencia. Me recuerdo como una nena histriónica que estudiaba danzas y soñaba con ser artista. Decía que sería bailarina. Jamás imaginé que me pasaría todo lo que me pasó: que en el verano del 2001 sería tapa de GENTE por primera vez, que entraría a la agencia de Pancho Dotto, que sería una modelo top, que viajaría por el mundo, que llegaría hasta acá...

–¿En qué cosas cambiaste desde entonces?
–En mucho y en muy poco a la vez. Soy otra mujer, mucho más madura, pero siento que dentro mío sigue estando aquella chica de La Pampa llena de sueños y fantasías, esa que me hace valorar minuto a minuto todo lo que tengo. Ser mamá y haber encontrado un amor como el de Benjamín me hace mucho bien, me ayuda a sentirme más segura.

–¿La profesión no le quita demasiado tiempo a la pareja?
–No, con Benja nos hacemos tiempo para disfrutar: vamos al teatro, a cenar, salimos con amigos, y aunque ahora estoy mucho tiempo en jogging y zapatillas, intento estar arreglada y linda para cuando él regresa a casa. Además, las tareas en la casa nos las repartimos, porque él es un papá súper presente: ayuda todo el tiempo con Bautista y Blanca. La verdad es que somos muy compañeros: si yo tengo que bailar hasta tarde y alguno de los chicos reclama, él se despierta por la noche para atenderlo. No siento que la maternidad me haya quitado el romanticismo. Al contrario, potenció nuestra felicidad en todo sentido.

–Ya tenés la parejita, como dicen las abuelas. ¿Te gustaría agrandar la familia?
–Sí, nosotros siempre soñamos con tener una familia numerosa. Pero por ahora queremos disfrutar de poder verlos crecer. Bautista aún es muy chiquito como para pensar en otro hijo. Blanca, que tiene dos, recién ahora entiende un poco más las cosas y hasta cuida de su hermanito... Esperaría un poco más y entonces sí, a seguir sumando “Vicuñas” a nuestra casa. Por ahora, Blanca es la reina, y Bautista el gran seductor.

–¿Te bancarías que el día de mañana tu hija sea modelo?
–La verdad es que es muy histriónica y femenina, pero por ahora no me planteo nada. Lo artístico siempre lo va a tener en casa, pero a la hora de elegir, ella va a decidir. No pienso influir ni a favor ni en contra.

–Noto que descubriste la clave para ser feliz sin morir en el intento...
–Parece, sí. Y ojalá que nos dure. Con Benjamín construimos el amor cada día, porque la vida siempre tiene cosas malas y buenas. Además, hay algo que tenemos muy en claro como pareja: ninguno de los dos va a dar el portazo ante el primer problema. Nos gusta nuestra familia, la vida que construimos y sabemos que pase lo que pase la vamos a pelear hasta el final. Por ahora, tenemos la suerte de tener una casa donde la alegría es el motor fundamental.

–¿Y vos cómo seducís a Benjamín?
–Ser mamá me ayudó a plantarme mejor en la vida, a tener menos inseguridades con respecto a mi pareja, mi cuerpo, mi profesión, todo... Con él soy yo misma, siento que no tengo que demostrarle nada... Mi marido me hace sentir que me quiere tal como soy, que me puedo mostrar al natural, que no necesito de estrategias ni de poses para seducirlo...

–Si algún hombre fantaseaba con conquistarte, ya se puede ir silbando bajito, ¿no?
–(Carcajadas) Es que ya lo encontré: es el amor, es el hombre, es él, y no necesito más...

–¡Guauu...!
–Sí, ¡guauuu!

maquilló: Estefanía Novillo para Frumboli-Novillo.
peinó: Joaquín Persson para Estudio Lamenza.
agradecemos a: revista Cosas (de Chile), Cavalli, Dolce & Gabbana
para Tais y Palacio Duhau-Hyatt Buenos Aires.

Sabe vender su imagen de chica sexy sin traspasar sus propios límites. “Siempre mostré sensualidad, no sexualidad”, dispara Pampita.

Y una vez más, consiguió que todos hablen de ella. Fue por su final hot en el baile del caño. Junto a Nicolás Armengol, su soñador, Pampita interpretó a una rolinga híper sexy y al ritmo de Satisfaction movió pelvis y mucho más en un frenético dance que tuvo un final doblemente sorpresivo: el jurado, el público y el mismísimo Tinelli quedaron en shock frente al topless de la modelo; y ella, por su parte, se asombró por no haber logrado un solo 10 después de semejante osadía. “Me animé a un poco más para partirles la cabeza, pero no sirvió”, se lamentó la diosa de Dotto Models.

“Mi marido sabe que es un show, un programa de entretenimientos. A mí no me dijo nada... La celosa en casa soy yo”