Nicolás Cabré habla de la China Suárez, su hija Rufina y de su fama de rompecorazones y antipático. – GENTE Online
 

Nicolás Cabré habla de la China Suárez, su hija Rufina y de su fama de rompecorazones y antipático.

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En su auto suena un cd de Topa. Nicolás Cabré (36) sabe las letras como un experto. Detrás, Rufina (dos años y medio, la hija que tuvo junto a su ex pareja, Eugenia “China” Suárez, (23), canta con su papá, sentadita en su butaca y rodeada de peluches, títeres y su muñeco preferido, un Spiderman, que llevará a la producción de fotos. Son varias tomas y ella se comporta como una princesa.

A cada rato se acerca a papá, para darle un beso y decirle cuánto lo quiere. Nico se derrite, y todos somos testigos de la escena, que sólo quedará como anécdota del backstage. Cuando se enciende el grabador para hablar –entre muchas otras cosas, sin evitar ningún tema– de El quilombero, la obra que acaba de estrenar en el teatro Lola Membrives dirigido por Arturo Puig, Cabré no cambia. El mote de “antipático, cabrón y mala onda” parece desvanecerse en el mito.

CON HUMOR PROPIO. Así es su personaje en la obra. “Un atrofiado mental más de los que tanto me divierte interpretar, porque son sanos: dentro de su locura hay mucha inocencia”, explica el actor. “Personifico a un fotógrafo, muy conflictuado con la separación de su mujer, que va a cubrir el caso de un acusado que está por declarar, y se hospeda en un hotel frente al Palacio de Justicia. En su locura, enquilombará la vida de todos los huéspedes, incluso la de un sicario que viene a matar al acusado. Es una comedia que una vez que arranca, no para”.

–¿Encontrás alguna similitud tuya con el personaje?
–¡Gracias a Dios no tengo nada en común! El está muy solo y asfixiado en sus relaciones... ¡Es un pesado! Conoce al sicario y a los cinco minutos es su mejor amigo. Es un muchacho intenso, que no tiene punto intermedio. ¡Es un quilombero!

–Te dirige Arturo Puig. ¿Es la primera vez que trabajan juntos?
–Sí, y es un placer. Arturo es un dulce de leche. Tiene muy en claro lo que quiere y entiende los tiempos de cada actor para llegar al personaje. Hizo que los ensayos fueran muy relajados.

–¿Muchos nervios antes de un estreno?
–Puede pasar... ¡pero nadie se da cuenta! A lo mejor estoy más atento a que todo salga como tiene que ser, con ganas de entregarle algo a la gente para que se ría, pase un buen momento y justifique los pesos que va a dejar en la boletería.

–¿Tenés cábalas?
–Ninguna. Soy muy tranquilo.

Este año, si me dicen de meterme doce horas en un estudio de televisión, digo que no, porque mi prioridad y mi necesidad es estar con Rufi. El año que viene empieza el Jardín y quiero poder llevarla y buscarla”.

–¿Cómo es tu relación con el público?
–Normal. No soy de los exagerados que se paran en el atril, reciben flores y dicen: “Amo a mi público y a mis fans”. Si salgo y me saludan, saludo. Si se quieren sacar una foto, no tengo problema.

–¿Cómo te llevás con el éxito y el fracaso?
–Uno nunca sabe cómo van a salir las cosas, pero no es algo que me haga perder el tiempo. Trabajo para que la gente pase un buen momento. Después, depende de muchas cosas. Te puede pasar lo mejor o lo peor. Es la vida. Tampoco me desvivo por el rating. He hecho programas que no explotaron como otros, y estoy más orgulloso o tengo mejores recuerdos de ellos. No me va la vida en esto; mi vida es otra cosa. Esto es un trabajo que disfruto, y más si me va bien.

–¿Por dónde pasa tu vida?
–(Mira a su hija, que dibuja mientras hacemos la entrevista) Por ella. Con Rufi descubro la felicidad todos los días. Antes trabajaba y no tenía este tipo de responsabilidad. Y todo toma una velocidad... Cuando me doy vuelta ¡pasaron 26 años desde que empecé mi carrera! Y Rufi recién tiene dos años...

–¿Por ella decidiste hacer teatro este año?
–Fue una de las razones, porque quería tener el día libre para dedicárselo. Hace un año y medio había dejado de trabajar, porque necesitaba aclarar un millón de cosas. Hoy priorizo eso. Gracias a Dios, puedo elegir. Y si el día de mañana no tengo esa posibilidad, no se me caerán los anillos.

–¿Qué cosas necesitabas aclarar?
–Muchas veces me preguntaba qué hago acá o qué me gusta de todo esto. Y tenía que estar, aunque tal vez no era muy compatible con mi vida. Mi viejo se murió y al otro día yo estaba filmando en Chile. Tampoco podía decir: “No filmo”. Debía parar porque no la estaba pasando bien, y no dependía de nadie sino sólo de mí.

SU COSTADO MAS INTIMO. Aunque suena a cliché, asegura que todo cambió con la llegada de Rufina. “Ya no soy más el protagonista de mi vida”, asegura Cabré, muy presente en la crianza de su hija. “Este año, si me dicen de meterme doce horas en un estudio de televisión, digo que no, porque mi prioridad y mi necesidad es estar con Rufi. El año que viene empieza el Jardín y quiero poder llevarla y buscarla”.

–¿Tu definición como papá?
–No sé si me definiría, porque aprendo todos los días. Pero siempre trato de estar presente y acompañarla en todo.

–¿Qué te gusta hacer con ella?
–Levantarme y hacerle el desayuno, compartir las clases de natación... Todo es felicidad junto a ella.

–¿Cómo la protegés de la exposición que implica tener dos padres famosos?
–Hay cosas que son inevitables, pero con la mamá tratamos de que no forme parte de esto. Deseamos que viva su vida lo más normal posible. A veces te roban una foto y me molesta, pero es algo que estoy tratando de aprender a tolerar.

–Quién dice, tal vez quiera seguir los pasos de los padres...
–Ja, ja. ¡Es un dilema que tendremos más adelante!

–¿Cómo te llevás con la China (Suárez)?
–Gracias a Dios, tenemos una gran relación y estoy orgulloso de cómo es como madre y cómo nos movemos como padres. Nos llevamos muy bien porque siempre tuvimos en claro que la prioridad es Rufi. No estamos por delante de nada. Estando de acuerdo o no, nos acompañamos, nos consultamos y tenemos claro que lo único que importa es nuestra hija.

CRIA FAMA... Antipático”, “rompecorazones” y “depredador de mujeres”. Esos son algunos de los rótulos que se ganó Nico a costa de su relación con la prensa –siempre muy celoso de su intimidad– y de la larga lista de conquistas, entre las que se encuentran las famosas más lindas: Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Agustina Cherri, Rocío Guirao Díaz, Florencia Torrente, Soledad Fandiño y Eugenia Tobal.

Aunque a él, los dichos lo tienen sin cuidado: “Trabajo desde muy chico y siempre supe cómo son las cosas. No soy ni Dios ni el Diablo, y no me tomo en serio que alguien me ame o me odie sin conocerme. Tampoco hago un personaje. Soy lo que soy: un tipo normal, con errores y defectos, como todos. Mi familia y mis amigos saben quién soy; el resto, que crea lo que quiera. No me interesa lo que digan de mí”, afirma despreocupado el galán, que en lo referido al corazón prefiere mantener el misterio. “Estoy muy tranquilo”, concluye. Saluda, alza en brazos a Rufina y se pone una vinchita de mariposa para hacerla reír. Ella es el amor de su vida. ¿Quién lo duda?

“No me
tomo en
serio que
alguien me
ame o me
odie sin
conocerme.
Pero me
pueden
decir lo que
quieran,
no estoy
pendiente”

“No me
tomo en
serio que
alguien me
ame o me
odie sin
conocerme.
Pero me
pueden
decir lo que
quieran,
no estoy
pendiente”

Es papá de Rufina (2 años y medio), fruto de su relación con Eugenia Suárez, de quien se separó a fines de 2013, pero con quien mantiene una excelente relación, e incluso la tenencia compartida de su hija. “Trato de ser un padre presente”, asegura Cabré.

Es papá de Rufina (2 años y medio), fruto de su relación con Eugenia Suárez, de quien se separó a fines de 2013, pero con quien mantiene una excelente relación, e incluso la tenencia compartida de su hija. “Trato de ser un padre presente”, asegura Cabré.

Nico protagoniza El quilombero (teatro Lola Membrives), comedia dirigida por Arturo Puig y producida por Gustavo Yankelevich, donde comparte elenco con Luis Ziembrowski, Marcelo De Bellis, Mercedes Oviedo, Mauricio Macu y Alejandro “Huevo” Müller.

Nico protagoniza El quilombero (teatro Lola Membrives), comedia dirigida por Arturo Puig y producida por Gustavo Yankelevich, donde comparte elenco con Luis Ziembrowski, Marcelo De Bellis, Mercedes Oviedo, Mauricio Macu y Alejandro “Huevo” Müller.

“Sé que hoy
estás y mañana
desapareciste”,
reflexiona el
actor acerca del
estrellato artístico.
En la obra es
dirigido por un
grande: Arturo Puig.

“Sé que hoy
estás y mañana
desapareciste”,
reflexiona el
actor acerca del
estrellato artístico.
En la obra es
dirigido por un
grande: Arturo Puig.

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