"El horror que sufrió Cande me atraviesa el alma", confiesa Carola, la madre de la niña secuestrada y asesinada en Hurlingham en 2011. Abrió las puertas de su hogar y asegura que cada día la extraña más: "La pérdida de un hijo no la superás, apenas si te acostumbrás a seguir viviendo así".