El extraño caso de Nidia Moirano, una política en campaña que no hace promesas electorales – GENTE Online
 

El extraño caso de Nidia Moirano, una política en campaña que no hace promesas electorales

Quiere ser intendenta de Bahía Blanca y actualmente es senadora de la provincia de Buenos Aires e integra el Consejo Nacional del PRO, donde la catalogan como uno de los halcones de Patricia Bullrich. De la Justicia a la política anticorrupción. Quién es “la Pato bahiense”.
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Al sur de la provincia de Buenos Aires, sobre la costa Atlántica, hay una precandidata que hace campaña electoral sin hacer promesas. Tal vez, el caso de Nidia Moirano no sea el único, pero convengamos que esa clase de políticos no abundan. El hecho no parece llamarles la atención a sus vecinos de Bahía Blanca: “Acá todos conocemos a la doctora, es una persona recta y justa, no necesita hacer politiquería”, dice Claudia Acosta, una maestra que cuenta los días para jubilarse. Algo parecido comenta Roberto Díaz, dueño de un taller mecánico y fanático de Patricia Bullrich, precandidata presidencial de Juntos por el Cambio.

Moirano es senadora, precandidata a la intendencia bahiense y una pieza fundamental en el armado de Bullrich en la Sexta sección. Se conocen desde hace años y en las filas del PRO la catalogan como parte de la escudería de halcones, pero ella dice que se siente más identificada con los horneros. Su competidor interno es Andrés de Leo, hombre del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y precandidato a la presidencia.

“Soy una persona de construcción”, dice Moirano a GENTE y ensalza el modelo del pájaro constructor. De todos modos, advierte que “hay momentos en los que hay que ser halcón” y es ahí donde se compara con Bullrich: “las dos somos personas con carácter y con firmeza”. Los vecinos no mentían cuando la llamaban “la Pato bahiense”.

Territorio clave. Nidia Moirano armó una estructura que se mueve a puro pulmón en la Sexta sección electoral y tiene un lugar en el Consejo Nacional del PRO.

De la Justicia a la política anticorrupción

La precandidata a la intendencia tiene una larga trayectoria en el Poder Judicial. Durante veintitrés años cumplió roles como jueza, fiscal y defensora Ad hoc en la Justicia Federal de Bahía Blanca, además de haber integrado el Consejo Directivo del Colegio de Abogados de esa ciudad. Hasta que un día se fue.

Ella explica que sigue haciendo lo mismo, pero desde otra posición. La cuestión es que decidió entrar en la vida política cuando vio que la Justicia estaba siendo corrompida, en convivencia con sectores del político. “Hace doce años estaba en el Consejo del Colegio de Abogados y teníamos un caso de corrupción de un camarista que, junto a otros abogados y políticos, arreglaba los juicios. Desde el Colegio hicimos una denuncia y un pedido de jury al camarista y pasaba el tiempo el caso no avanzaba porque la política lo tenía cajoneado. Ahí fue que decidí luchar contra la corrupción desde política. No quería que la corrupción nos tape”, recuerda Moirano antes de frenar su relato de manera abrupta para tomar aire, inhala con profundidad y suelta una queja con tono amargo: “Nadie me quiso acompañar en ese momento”.

Fue Francisco De Narváez quien le abrió la puerta a las belicosas arenas políticas. “Yo llegué al senado trabajando con él y cuando se pasó al massismo le puse a disposición mi renuncia. Le dije: ‘Yo acá no te sigo y me vuelvo para mi casa, no puedo ir con Sergio Massa. Después me dijo que me quede porque el que se iba era él. Hasta el día de hoy tengo una buena relación con él”, cuenta la precandidata.

En pleno vuelo deja su postura de hornero y se lanza como un halcón contra el ministro de Economía y precandidato a la presidencia por el frente oficialista Unión por la Patria. “Massa no es una persona creíble. Lo ha demostrado todos estos años con todo lo que dijo y todo lo que hizo. Ahora dice que va a hacer el presidente que iba a combatir la inflación y hace cuatro años dijo que iba a echar a los ñoquis de La Cámpora”, dice entre carcajadas.

A finales de 2011 juró como Senadora Provincial y se ocupó de las cuestiones vinculadas al Poder Judicial. Su trinchera fue la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos del Senado bonaerense, hasta llegó a presidirla. También integra la Comisión de Reforma al Proceso de Capacitación y Selección de Magistrados. Presentó múltiples proyectos legislativos vinculados a temas de justicia entre ellos el proyecto de Código de Ética para la Magistratura que actualmente se encuentra en estado parlamentario; el Proyecto de Ley de reforma de la Ley 13.661 de Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios; el Proyecto de Reforma del Dec. Ley 7918/78 y 9405/79 –Sistema previsional para magistrados y funcionarios del Poder Judicial-, entre otros. 

Batalla anticorrupción. "No quería que la corrupción nos tape", ese fue el motivo por el que Moirano decidió ingresar a la política.

Una cuestión de vocación 

“La única garantía que doy es que no hago promesas”, responde Moirano cuando se le pregunta sobre los principales puntos de su campaña, y agrega: “siempre digo que se fijen en la vida de los políticos antes de escuchar las promesas. Hay conductas que se repiten, yo no voy a cambiar siendo intendente, voy a repetir las acciones que hice toda mi vida”.

Para ella, “la vocación de servir no surge de la noche a la mañana, eso es algo que haces todos los días”. Desde hace treinta años preside la comisión directiva del Hogar Adelino Gutiérrez, una asociación civil sin fines de lucro que se ocupa al cuidado del adulto mayor.

El hogar de ancianos es uno de los mayores orgullos de la precandidata. “Cuando me hice cargo de ese desafío me puse como objetivo que ese lugar fuese el mejor, de calidad. Que estuviese como para que puedan estar mis padres. Funciona muy bien, las habitaciones son como las de un hotel, además tiene mucho parque. Hicimos muchas obras”, cuenta a GENTE.

En este momento hay en el hogar unos cien adultos mayores. Entre ellos se encuentra su madre, de 98 años. Evidentemente, la senadora bonaerense no hace promesas, pero cumple sus objetivos, tal vez basados en una suerte de “vocación de servir”“La vocación es la espina dorsal de la vida”, diría Nietzsche.

Semanas atrás, el precandidato a gobernador de Buenos Aires Néstor Grindetti, alfil de Bullrich en el principal distrito electoral del país, estuvo en la residencia y salió asombrado. De hecho, dijo que desde hacía tiempo estaba buscando un lugar para su madre y que no encontró ninguno en las condiciones del Hogar Adelino Gutiérrez.

Vocación se servicio. Moirano junto a su equipo de trabajo del Hogar Adelino Gutiérrez, donde trabaja hace tres décadas ad honorem.

Disciplina y educación para planificar el futuro

La candidata que no hace promesas parece ser de esa clase de personas que van por la vida trazando mapas y por qué no tildarla de esquemática, o disciplinada. “Yo pongo un objetivo y después planifico cómo llegar, eso es con orden y mucha firmeza. Eso es lo que hice toda mi vida”, dice cuando habla sobre cómo fue cumpliendo las metas que se trazó en la residencia que dirige ad honorem. Pude observar que algo similar explica cuando narra sobre su incursión por el territorio de la política. Hay quienes creen que la disciplina es un atributo sine qua non para alcanzar el éxito.

Quizás sin proponérselo, Moirano utiliza las mismas cualidades cuando habla de su jefa política: “Patricia es firmeza, planificación, orden. Este es un país muy desordenado y hay que ordenarlo en todos los ámbitos”. Los vecinos que la comparaban con Bullrich no están muy desacertados. En todo caso, es “la Pato bahiense” pero sin hacer promesas electorales.

Tercera edad. Moirano junto a Bullrich y Grindetti en el hogar Adelino Gutiérrez, una halcón constructor.

Dice estar contenta con la gestión del intendente Héctor Gay“Se hicieron muchas cosas. Por ejemplo, en materia de seguridad, se colocaron luces led, un sistema de cámaras nuevas, también se arreglaron las calles, algo que también hace a la seguridad del ciudadano”. No es una defensa corporativa, el alcalde es su amigo.

“Al intendente comenzó conmigo en la política, tenemos una amistad. Encontró una intendencia muy desordenada, le dio transparencia, institucionalidad. Hoy hay un municipio ordenado y eso me va a permitir hacer las cosas que faltaron”, explica antes de aclarar que “la personalidad de Héctor es muy distinta a la mía, entonces lo que digo es que no será una continuidad, sino otra etapa del mismo signo político”.     

Moirano reconoce que a Bahía Blanca le falta mucha infraestructura y “eso tiene que venir de Nación y otras cosas del gobierno provincial”, por eso cruza los dedos para que gane Bullrich y Grindetti, con la idea de que todo llegue de “manera inmediata”

Una de las peleas que quiere comprar, de llegar a la intendencia, es con ABSA por el estado de las calles. “La pérdida de agua y de líquidos cloacales es un tema que está explotado y es algo que le incumbe a ABSA. Está toda la ciudad con pérdidas, es un desastre y ABSA no da respuesta y (Axel) Kicillof menos. El 80% de los baches son húmedos, es decir que es por pérdidas”, dispara.

“Te das cuenta porqué yo no hago promesas. Pensamos que vamos a ganar los tres estamentos, en lo nacional y en lo municipal, entonces hay temas que hay que esperar para poder planificarlos y hablarlos, por eso prefiero ser cauta, no voy a mentirle a la gente”, de dice.

Su mayor preocupación, por ejemplo, no está en sus manos y es la educación. “Le pregunté a un nene que se parecía a mi nieto qué le gustaría, supuse que me iba a pedir una pelota porque estaba jugando con un hacha fleco. El nene me sorprendió, me dijo que le gustaría saber leer. Tiene once años y está en quinto. El otro día fui a un colegio y la directora me dijo que hay chicos de séptimo grado que no saben leer y los padres están llevando sus hijos a colegios donde hay comedor. Entonces ya no estamos hablando de educación, sino de que los chicos coman. Ese es el país que vamos a recibir”, se lamenta.

“Te das cuenta, yo no puedo prometer más educación. Sí puedo hacer talleres de capacitación y oficios, sí puedo gestionar. Eso se hace, no se promete. Sí digo que la educación debe ser una prioridad en todo el país. También digo que voy a ser muy austera, porque así fui siempre”. Nidia Moirano entiende que sin educación el país no puede planificar un mejor futuro. 

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