El 1 de julio, una silenciosa tragedia conmocionó a la Ciudad de Buenos Aires. Seis integrantes de una misma familia —tres generaciones— murieron en su casa de Villa Devoto por inhalación de monóxido de carbono. Milo De Nastchokine, un bebé de apenas un año y medio, fue el único sobreviviente.
Hoy, a un mes de aquella madrugada que terminó en tragedia, su historia tiene un nuevo capítulo: ya no está internado ni conectado a un tubo de oxígeno. Tampoco solo. Está en brazos de su tía paterna, bajo una guarda judicial provisoria, mientras la Justicia define su destino final.
Según confirmaron desde el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, donde fue asistido de urgencia, Milo fue dado de alta hace más de dos semanas. “Se alimenta normalmente, responde a los estímulos, ya no necesita cánula de oxígeno. Está bien contenido”, detallaron fuentes médicas a TN.

El pequeño había llegado al país pocas horas antes de la tragedia. Era su primer viaje a la Argentina junto a sus padres, Andrés De Nastchokine y Marie Lanane —de nacionalidad francesa— y su hermana Elisa, de cuatro años. En Ezeiza los esperaban los abuelos paternos, Demetrio y Graciela, y sus tíos Maia y Alejandro. Pero aquella escena de reencuentro y emoción se transformó en horror pocas horas más tarde.
Maia, preocupada por la falta de noticias, se acercó a la casa familiar y al abrir la puerta cayó desmayada por los efectos del gas. Alcanzó a pedir ayuda. Cuando llegaron los bomberos y el SAME, encontraron a toda la familia sin vida. Solo Milo, que estaba en otra habitación, había sobrevivido.
Tras recuperarse, otra urgencia se activó: definir con quién viviría el niño, que había quedado en una suerte de vacío legal. El Juzgado Civil N°102 resolvió otorgar la guarda provisoria a una tía paterna que vive en Pilar.
Se trata de una mujer separada, con trabajo estable y madre de un adolescente. “El juez actuó con celeridad porque la prioridad era evitar la institucionalización de Milo tras su recuperación médica”, explicó el abogado Sergio Dubove, que representa a la familia paterna.

Del otro lado, los abuelos maternos y un tío viajaron desde Francia y se instalaron en el país. Según explicó Dubove, no hay conflicto: “Están atravesando un duelo tremendo. Lo que menos queremos, ellos y yo, como su abogado, es que esto derive en un conflicto judicial. Bastante con lo que ya les tocó vivir”.

Si ambas familias logran llegar a un acuerdo en los próximos días, Milo podría radicarse en Francia. “En el lapso de los próximos 15 días podría cerrarse un acuerdo entre las familias”, confirmó Dubove. “Luego, ese acuerdo deberá ser homologado por la Justicia”.
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