La tragedia que conmocionó al barrio porteño de Villa Devoto sumó un nuevo capítulo en las últimas horas, cuando se conocieron fotos del interior de la casa donde murieron cinco personas, entre ellas una niña de cuatro años. Las imágenes, a las que accedió TN, muestran un dato clave que explicaría por qué el monóxido de carbono se acumuló con tanta letalidad: las rejillas de ventilación estaban tapadas con cinta adhesiva, y al menos una ventana fue sellada con film plástico.
Las primeras pericias ya habían adelantado que la tragedia se produjo por inhalación de monóxido de carbono debido a una caldera en mal estado, pero este nuevo material fotográfico revela un descuido estructural aún más grave. El informe preliminar indica que el sistema de ventilación estaba completamente obstruido, lo que impidió la renovación del aire en la vivienda.

“La caldera generaba en el interior de la cocina concentraciones altas de monóxido cuyos gases no eran evacuados correctamente al exterior”, señala el documento pericial que compartió TN. Según los peritos, esos gases se filtraron por intersticios del cielorraso y del piso flotante, acumulándose en los pisos superiores, donde descansaban las víctimas.
La casa, ubicada sobre la calle Sanabria al 3768, albergaba a una familia compuesta por cuatro adultos, -Demetrio de Nastchokine de 79 años, Graciela Just de 74, Andrés de Nastchokine de 43 y Marie Lanane de 42- y una menor, Elisa de Nastchokine de cuatro años.
El único sobreviviente fue Milk de Nastchokine, un bebé de un año, hijo de una de las víctimas, que fue hallada con signos de intoxicación leve y trasladado primeramente al Hospital Zubizarreta. Luego fue derivado al Hospital de Niños "Ricardo Gutiérrez".
El informe de los forenses también advirtió que la caldera presentaba filtraciones por corrosión, producto de la falta de mantenimiento. El conducto de evacuación de gases, que debería expulsar el monóxido al exterior, estaba dañado. Esta combinación, sumada al sellado de las entradas de aire, creó un ambiente cerrado en el que el gas tóxico se acumuló silenciosamente hasta volverse letal.

El documento detalla que las rejillas compensadoras de aire estaban cubiertas con film y nylon, y que los marcos de las ventanas también estaban sellados, impidiendo cualquier circulación de aire. Esta práctica, si bien no es poco común en invierno para evitar la entrada de frío, va en contra de las normas básicas de seguridad en viviendas con artefactos a gas.
La causa, que investiga el fiscal Santiago Vismara, ahora busca determinar si hubo responsabilidad por negligencia en el mantenimiento del artefacto o en la estructura general de la vivienda. Por el momento, no hay imputados, pero los investigadores ya se comunicaron con la empresa que instaló la caldera y con un gasista matriculado para realizar nuevas pericias.
La conmoción en el barrio aún persiste. Los vecinos colocaron velas y flores en la puerta de la vivienda, mientras crecen las preguntas sobre cómo evitar este tipo de tragedias prevenibles. La Justicia, por su parte, sigue indagando para determinar si este caso fue producto de una cadena de errores o de una desidia evitable.
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