El 12 de noviembre pasado, el barrio porteño de Caballito amaneció con una historia que conmovió a todos: una mujer policía había matado de varios disparos a su expareja luego de, según declaró entonces, defenderse de un brutal ataque en su departamento de Cachimayo al 100.
La versión inicial hablaba de un hombre violento, con antecedentes por abuso sexual y una restricción perimetral vencida, que habría irrumpido en la vivienda armado con un cuchillo tipo carnicero mientras sus dos hijas dormían en otra habitación.
En ese momento, la oficial de 31 años —integrante de la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal Argentina— fue considerada una víctima que actuó en legítima defensa. Herida en la pierna izquierda, salió a pedir ayuda a un vecino que llamó al 911; la trasladaron al Hospital Durand y se recuperó sin complicaciones.
En el departamento, los peritos hallaron al hombre de 36 años muerto en el piso con varios impactos de bala, además de vainas servidas, celulares destruidos y el cuchillo con el que, según la primera hipótesis, había atacado a su ex pareja.
Pero en las últimas horas el caso dio un vuelco rotundo. La fiscal Mónica Cuñarro pidió que la mujer sea indagada nuevamente por homicidio agravado por el vínculo y por el uso de arma de fuego.
Según publicó Infobae, la funcionaria sostiene que la policía ejecutó a su ex marido a sangre fría y que luego montó una escena para simular un ataque. Entre los elementos que cambiaron el sentido de la investigación aparece una serie de chats que la oficial envió minutos antes del crimen y que se viralizaron rápidamente.
En esos mensajes, la mujer le pidió a una amiga que se hiciera pasar por la niñera de sus hijas. “Estas despierta? Necesito pedirte un favor. Por favor si te llaman y te preguntan podés decir que vos sos la niñera de las nenas y que las cuidás cuando yo trabajo…”, escribió.
En otro tramo explicó: “Aguantame que te explico: la señora que las cuida es paraguaya viste y ahora tengo un quilombo con Rodolfo (el papá de las nenas) y ella no quiere figurar en ningún lado, necesito que digas que hoy las ibas a cuidar pero no pudiste ir a las 23 hs. ¿Puede ser? Si te llaman”.
Cuando su amiga quiso saber a qué hora esperar el llamado, la oficial insistió: “No ni idea pero por favor si te llaman decí que vos siempre las cuidás. Solo eso te van a preguntar. La última vez que estuvieron con ella fue el miércoles para jueves a la noche y los días de fecha par”.
Para la fiscal, estos chats demostraron que el hombre no había irrumpido en el departamento sino que estaba cuidando a sus hijas cuando la oficial llegó y le disparó a quemarropa: primero en el pecho, a la altura de la tetilla izquierda, luego en el abdomen y finalmente cuando ya estaba en el piso.
Esa secuencia, sumada a los teléfonos destruidos y a la presunta preparación de un testimonio falso, reforzó la sospecha de un homicidio planificado.
El caso, que al inicio había despertado solidaridad hacia la mujer, quedó ahora atravesado por dudas profundas. La fiscalía intenta reconstruir minuto a minuto lo ocurrido esa noche, mientras los chats continúan circulando en redes y multiplican el impacto público de un expediente que ya no tiene una sola versión posible.
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