El caso golpeó con brutalidad a la comunidad de Huanguelén y a todo Coronel Suárez. En la madrugada del martes, Gustavo Suárez, de 48 años, llamó a su exmujer, Daiana García, de 34, —madre del niño y sargento de la Policía local— para decirle dónde estaba y qué iba a hacer.
Horas más tarde, la escena demostró que no había sido una amenaza vacía: él y su hijo Francisco, de apenas 4 años, yacían dentro de un camión Mercedes Benz, estacionado al costado de la ruta provincial N° 60, a 150 metros del acceso a la localidad.
El hombre estaba muerto de un tiro en la cabeza, con una Bersa calibre 22 en la mano. El nene aún respiraba, pero murió durante su traslado al hospital.

Antes del hecho, el hombre escribió una carta de puño y letra. Un texto cargado de odio, manipulación y amenazas que, según explicaron fuentes de la causa, funcionó como un mensaje de represalia hacia Daiana, con quien mantenía un largo historial de conflictos y denuncias por violencia familiar.
La UFIJ N°5 de Bahía Blanca —a cargo del fiscal Jorge Viego— calificó el hecho como 'homicidio agravado por el vínculo seguido de suicidio'.
La carta completa encontrada por los investigadores
“Daiana nos vamos con Fran así estás tranquila como lo pediste. Te propusimos que no vayas a Pigüé y lo hiciste igual. No te importó el amor de tu hijo, así que ahora hacete cargo de tus actos, no vuelves a mentir en la cara y te burlaste de mí otra vez y no te lo voy a permitir. Siempre con mentiras como vos ya estas acostumbrada a tratar a todo el mundo. Tenés que aprender a no mentir y jugar con las personas y sentimientos de ellas. Yo te había dejado el camino libre hasta hace poco cuando me empezaste a invitar a tu casa y me prometiste irme a vivir a otro lado y tener otro hijo, me parecía medio loco todo pero lo único que quería era ver a mi hijo crecer feliz con su mamá y papá y con un hermanito aún más, y luego arrancaste con un martes trece como siempre, ahora al llegar a la iglesia Daiana García. Me voy con mi bebé Francisco porque le prometí cuidarlo siempre y así lo haré, él va estar bien junto a mí donde quiera que estemos y no en una vida de mierda que le podés dar vos acá estando tirado en un lado u otro para irte con algún macho porque es lo primero que hacés siempre”, escribió el hombre.
El texto siguió con una segunda parte aún más cruel, apuntada directamente a dañar: “A vos el nene no te importa y nunca te importó, para vos lo primero es la de abajo así que ahora seguí con tu vida como vos deseás, con tus 34 años, pero veremos que tan feliz sos cuando veas un nene como Fran con su mamá, con su guardapolvo de jardín como el que usaba tu hijo o veas niños jugando como podría estar él y se lo arrebataste vos por una vida de turra y te enterarás si es mejor vida esa o la de una familia, te lo dije Daiana el que ríe último ríe mejor y no me diste bola y seguiste burlándote. Eso lo tenés que pagar”.

En el tramo final, Suárez explicitó la decisión que ya había tomado: “Yo a Fran lo voy a seguir cuidando siempre conmigo. En cambio vos no lo vas a volver a ver nunca. Vos te lo perdiste y tuviste la oportunidad de verlo crecer. Pero no, decidiste como siempre irte y bajarte los pantalones antes que tu hijo y no querías hacerte la mamá luchona porque no querías. Andá y hacé esa vida que querías pero nunca va a ser como la que vivimos en familia como cuando nació Fran. Ahora no nos llores ni te pongas en papel de víctima porque siempre fuimos nosotros de todas tus mentiras siempre. Te repito, andá y rehacé tu vida pero jamás vas a poder olvidar momentos con nosotros y siempre donde quieras que vayas aunque no quieras los recuerdos con nosotros estarán presentes y veremos qué tan feliz sos con tu vida. Lo tenías todo y lo perdiste así que ahora me toca decírtelo a mí, pan y ajo. No valés nada Daiana ni como mujer, ni como madre, ni como persona. Te merecés lo peor por el resto de tu vida y sé que así será porque por más que te busques un tipo para embarazarte que no sos ni vas a poder porque no servís para dar hijos y lo sabés, ya que Fran fue un milagro después de tantas pérdidas y lo sabés bien a eso”.
Para la Justicia, el contenido de la carta —crudo, lineal y sin rodeos— confirma una conducta violenta anterior y un intento de justificar el crimen como un “castigo” hacia la madre. “Entre ellos había problemas de violencia familiar y hubo denuncias anteriores”, explicó un agente involucrado en la investigación al diario La Nueva, y agregó que Suárez “veía poco a su hijo y habría tomado esa decisión en represalia hacia la mujer”.
El caso, que todavía conmueve a la región, abrió una vez más el debate sobre los riesgos extremos que puede alcanzar la violencia basada en el control y la manipulación emocional. La carta, hoy incorporada al expediente, funciona como un espejo oscuro: un registro temible de cómo esa lógica destructiva terminó en el crimen más irreparable.

