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Tiziano Gravier íntimo: el segundo hijo de Valeria Mazza habla de su vida de sacrificios, el amor y la posibilidad de ser modelo

Publicado por
Maru Cociffi

Después de dos victorias en el torneo de Esquí Borrufa en Andorra, a los 17 años, el segundo hijo de Valeria Mazza y Alejandro Gravier se prepara para representar al país en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Suiza. "Es un orgullo y una responsabilidad muy grande que me encanta asumir", dice.

Tiziano, el año pasado, campeón en su categoría del torneo internacional Borrufa en Andorra.

Son las diez de la noche del jueves y acaba de volver del gimnasio, donde entrena cuatro veces por semana, además del par de jornadas destinadas al trabajo aeróbico. Mañana es su último día de clases: rendirá Psicología y se despedirá de la escuela secundaria. No tuvo viaje de egresados ni fiesta. Tampoco participará en la ceremonia de graduación y la entrega de diplomas. “Me hubiese gustado, pero era eso o el esquí… y tenía clarísima la decisión…”, asegura Tiziano (17) quien al cierre de esta edición ya estará en Europa preparándose para representar a nuestro país en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Lausana, Suiza. Entretanto (recordemos que “es” jueves y nos recibe en su casa), el hijo de Valeria Mazza (47) y Alejandro Gravier (57) y hermano de Balthazar (20), Benicio (14) y Taína (11) invita a sentarnos, ofrece “algo para tomar” (volverá con agua y gaseosas, que servirá) y escuchará las preguntas:

En el garage de su casa, a días de salir rumbo a Europa para representar a nuestro país en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2020.

–¿Cómo compatibilizan tu vida deportiva y académica?

–Desde hace dos años estoy seis meses en la nieve, entre el sur argentino y Europa. El colegio siempre me apoyó: me bancan las faltas por la Ley nacional del deporte y además estuvieron a mi disposición para que pudiera seguir con los apuntes a distancia, entregando trabajos prácticos y comunicándome con los profesores por mail. Eso sí, los exámenes siempre los di presenciales. El colegio es una de las grandes razones por las que puedo hacer esto. Siempre le voy a estar agradecido.

–¿Sos un buen estudiante?

–¡Sí! En casa siempre fue “primero el colegio y después el resto”, como un premio. Si me iba bien podía ir a esquiar o hacer rugby, deporte que practiqué hasta abril de este año en el SIC. Por eso nunca me llevé ninguna materia. Y como tuve promedio mayor a 8 en todo el secundario, ahora empiezo la facu sin dar examen de ingreso.

–¿Qué carrera vas a seguir?

–Negocios digitales en el San Andrés. Es una nueva carrera que combina administración y programación. Mis padres me dijeron que algo debía estudiar, aunque tengo clarísimo que quiero seguir esquiando… Por eso me decidí por esa universidad: cuenta con un programa para deportistas que me cuadra perfecto.

–¿Qué soñás para tu futuro?

–Ya cumplí un sueño, el de clasificar para los Juegos Olímpicos de la Juventud, ¡y ahora voy por más! Me encantaría competir en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022, ya para todas las categorías.

En Las Leñas, Mendoza.

UN AMOR DE LARGA DATA. Comenzó a esquiar con apenas tres años. “Mis papás aprendieron de grandes y nos llevaban a practicarlo dos o tres semanas al año. Arrancamos en una escuelita con instructores. Cuando mi hermano mayor tenía ocho, lo invitaron a competir en San Martín de Los Andes y ganó. Él siempre fue mi referente y el que iba rompiendo un poco el hielo. Cuando tuve la edad, yo también comencé a competir”,revela quien a los 12 –y luego de haber clasificado primero en Sudamérica dentro de su categoría –, comenzó a representar internacionalmente a la Argentina en carreras como el Trofeo Borrufa en Andorra, la Whistler Cup en Canadá y el Topolino, en Italia.

–¿Qué es lo que más te apasiona del esquí?

–Me encanta esquiar, pero me apasiona la competencia y sentir la adrenalina en el momento de las carreras.

–¿Qué pasa por tu corazón cuando te ponés la celeste y blanca?

–Es un orgullo enorme y también una responsabilidad grande que me encanta asumir y me motiva mucho. Ahí siento que todo el esfuerzo que hago vale le pena.

–¿Cuál es el sacrificio más grande que hacés para llevar esta vida de deportista?

–El mayor sacrificio es en el día a día, tratando de ser la mejor versión de uno mismo. Porque cuando no estoy en la nieve, entreno, voy al kinesiólogo, al nutricionista… ¡y me pierdo momentos lindos como el viaje de egresados o millones de juntadas con amigos! Por suerte mi familia me apoya y acompaña siempre que puede.

–¿Tenés novia?

–Tuve hasta hace poco, pero se hacía difícil viviendo seis meses afuera. Ahora estoy soltero y concentrado cien por ciento en el objetivo.

En familia: Tiziano junto a sus padres Valeria Mazza y Alejandro Gravier, y sus hermanos Balthazar, Benicio y Taína durante una jornada de esquí en Italia, en febrero de 2019.

HIJO DE... “Al principio me molestaba que me preguntaran si era el hijo de Valeria Mazza, pero con el tiempo lo fui entendiendo… ¡como las fotos! De chiquito odiaba las cámaras. Nunca me voy a olvidar –porque papá me retó– de aquella vez en que, saliendo de almorzar en un restaurante de Milán, apareció una jauría de paparazzis y me enojé porque no podíamos caminar”, recuerda Tiziano, que se define “como una persona perseverante, con los objetivos bastante claros y muchísimas ganas de cumplirlos”.

–¿Cómo te imaginás en unos años?

–La carrera que elegí dura cuatro años y medio, así que estudiando y esquiando. Más adelante, no sé: estoy abierto a lo que pueda pasar.

–¿Te dedicarías al modelaje?

–No lo descarto. Ahora, con GENTE, es la primera vez que me animo a este tipo de fotos. De chico me ofrecieron hacer campañas, pero siempre me negué por vergüenza. Ahora lo tomo desde otro lugar. Ya no soy el nene que va acompañado por sus papás. Así que, dependiendo de la propuesta, lo pensaría. No dejo ninguna puerta cerrada.