Un especialista en lenguaje no verbal analiza los gestos de Cristina Fernández durante su discurso ante la militancia tras conocerse su condena – GENTE Online
 

Un especialista en lenguaje no verbal analiza los gestos de Cristina Fernández durante su discurso ante la militancia tras conocerse su condena

Hugo Lescano hace un recorte sobre lo que trasmitió corporalmente la expresidenta a sus seguidores, luego de que se hiciera pública su sentencia a seis años de prisión por la causa Vialidad. Aquí, los cuatros gestos clave que demostraron su sentir.
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A poco de que se conociera la condena a seis años de prisión a Cristina Fernández de Kirchner por corrupción, el especialista en lenguaje no verbal Hugo Lescano analiza los gestos de la expresidente durante su discurso ante la militancia.

"La comunicación no verbal es un componente esencial en la manera en que nos conectamos con los demás. A menudo, lo que no decimos habla más fuerte que las palabras. En el contexto de un discurso, el lenguaje corporal puede ofrecer valiosos indicios sobre el estado emocional y la intención del orador", explica el director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal.

A lo largo de 30 minutos, Cristina no solo compartió su mensaje verbalmente, sino que también utilizó su cuerpo para comunicarse de manera profunda y significativa. Lescano advierte gestos claves que pudieron verse en su discurso.

Los 4 gestos que delatan el ánimo de Cristina Fernández

Anclaje Emocional

Cristina, sostiene Lescano, comenzó su discurso tomando el micrófono con ambas manos, un gesto que se conoce como "anclaje". Este movimiento revela una necesidad de estabilidad en un momento de gran presión emocional. "El anclaje es un gesto que refleja la búsqueda de control emocional, especialmente en situaciones de vulnerabilidad", dice y explica: "Al aferrarse al micrófono, su cerebro estaba manifestando una búsqueda de control y una manera de gestionar sus emociones en un momento tan delicado.

"Este gesto, aunque simple, es una señal poderosa de vulnerabilidad y necesidad de apoyo, y establece un vínculo inmediato con su audiencia, quienes sintieron su angustia y determinación", concluye.

Postura de poder y frustración

De manera casi instintiva, asegura Lescano, Cristina coloca ambas manos en la cintura, adoptando una postura que emana poder y liderazgo. "Este gesto, acompañado de una sonrisa social, sugiere un intento de conectar con su audiencia, a pesar de la presión emocional que enfrenta", advierte el especialista.

Y suma: "Sin embargo, la leve presión de sus labios revela una frustración subyacente, una emoción central que permeabiliza su discurso. Este contraste entre la postura abierta y la tensión en su rostro destaca la complejidad de su situación, creando un espacio donde el público puede empatizar con sus luchas internas".

Lescano también señala que a lo largo de su presentación, Cristina también empleó un movimiento pendular al observar a su auditorio de izquierda a derecha. Este movimiento, arguye el experto, no solo indica que está consciente de la presencia de sus seguidores, sino que también refleja un grado evidente de tensión.

"Al mover su cuerpo de un lado a otro parece buscar apoyo y conexión con cada grupo presente, mientras que, al mismo tiempo, su cuerpo está en un estado de alerta, consciente del desafío que enfrenta. Este lenguaje corporal, lleno de matices, permite a los oyentes percibir la carga emocional que lleva consigo, haciendo que su mensaje resuene aún más", observa Lescano.

 Gestos de incomodidad y apoyo familiar

Cristina, durante su discurso ante la militancia peronista.

"Durante el discurso, Cristina pasa sus manos alternadamente por su cabello, un gesto que se ha vuelto común en ella, pero que en esta ocasión se intensifica, reflejando un claro momento de incomodidad", describe Lescano.

Y agrega: "Este tipo de comportamiento es un indicador no verbal de ansiedad y auto-cuidado, que se vuelve más evidente en situaciones de presión".

Además, el especialista advierte un dato revelador: mientras Cristina habla, detrás de ella, su hijo Máximo también mueve su cuerpo casi al unísono, sugiriendo un apoyo silencioso y una conexión emocional que trasciende las palabras. "Este movimiento sincronizado entre madre e hijo añade una capa de humanidad al discurso, mostrando que, en medio de la adversidad, la familia juega un papel crucial en la experiencia emocional", aclara.

"Cuando Cristina se refiere a los detalles de la causa -suma el especialista-, realiza un gesto ilustrador de precisión al unir su pulgar y su índice".

"Este gesto, que a menudo se asocia con la claridad y la confianza en lo que se está comunicando, es un indicativo importante. Resulta difícil hacer generar este tipo de gestos cuando no estamos realmente convencidos de lo que relatamos", dice y suma: " Al hacerlo, Cristina no sólo intenta enfatizar su punto, sino que a la vez busca reafirmar su propia convicción, a pesar de la tormenta emocional que la rodea. Esta combinación de gestos revela un profundo deseo de ser escuchada y entendida, lo que hace que su mensaje sea aún más poderoso".

Afirmaciones y emociones contrastantes

Los contrastes entre el discurso y los gestos de Cristina.

En un momento decisivo de su discurso, Cristina declara: "Yo pienso como peronista", mientras eleva su mano izquierda mostrando la palma. "Este gesto es poderoso, ya que denota que está afirmando algo que considera completamente cierto y fundamental para su identidad. La apertura de la mano simboliza transparencia y honestidad, características que busca transmitir a su audiencia en un momento de vulnerabilidad y resistencia", argumenta Lescano.

Al finalizar, la complejidad de sus emociones se hace aún más evidente. Cristina levanta sus dedos en forma de V, un símbolo de esperanza y victoria. "Este gesto denota una emoción vinculada a su firme intención de seguir luchando y no darse por vencida. Sin embargo, su expresión facial cuenta una historia diferente: sus labios apretados revelan una frustración y un conflicto interno (UA24) que persisten a pesar de su aparente determinación", advierte el especialista.

Finalmente Lescano, quien desde hace años se desempeña como Consultor externo y capacitador diplomático de la Organización de los Estados Americanos en Lenguaje Corporal, señala categóricamente que la tensión en la barbilla de Cristina, que se presenta contraída y con puntitos visibles (UA17), es un claro indicador de una tristeza profunda que no puede ocultar.

"Este rasgo físico resalta el peso emocional que carga, haciendo eco de las dificultades que enfrenta en su vida personal y pública. Además, su mano izquierda busca apoyo, manifestando una necesidad de sostén emocional que subraya su vulnerabilidad en un momento crítico", describe Lescano.

Y concluye: "Este gesto, que puede parecer sutil, es revelador; Cristina anhela el respaldo y la comprensión de quienes la rodean, mientras se prepara para afrontar la pena impuesta por la justicia".

El análisis del lenguaje corporal de Cristina durante su discurso revela, entonces, redunda en un espectro amplio de emociones: desde la inseguridad y la incomodidad hasta la esperanza y la determinación. A través de sus gestos y posturas, no solo comunicó su mensaje verbalmente, sino que permitió a su audiencia vislumbrar su lucha interna y su deseo de perseverar en tiempos difíciles

 
 

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