Desde hace décadas se habla de los autos voladores como el gran salto en la movilidad, pero la mayoría de los proyectos se quedó en prototipos costosos y difíciles de adaptar a la vida cotidiana. En ese contexto aparece el Skyrider X6, una propuesta de la empresa china Kuickwheel que busca diferenciarse: no es un coche, sino una moto-triciclo voladora pensada tanto para la calle como para trayectos aéreos cortos.

La primera diferencia frente a competidores como el XPeng AeroHT es el precio. Mientras que el auto volador cuesta unos 166.000 dólares, el Skyrider X6 se comercializa a 69.000 dólares, aunque todavía está muy lejos de lo que sería un vehículo accesible para el público masivo.
En su faceta terrestre, el Skyrider X6 se comporta como un triciclo eléctrico convencional. Con dos ruedas delanteras y una trasera, alcanza los 70 km/h y ofrece hasta 200 kilómetros de autonomía con una sola carga, cifras comparables a las de muchos scooters eléctricos de gama alta. La recarga rápida completa la batería de 10,5 kWh en una hora, lo que facilita su uso diario en entornos urbanos.
El salto de calidad llega cuando despliega sus seis rotores eléctricos. En modo aéreo puede alcanzar 72 km/h durante un máximo de 20 minutos de vuelo, operado en gran parte de forma autónoma. Despegue, aterrizaje, planificación de ruta y crucero se realizan mediante software, aunque también incluye un joystick para quienes prefieran el control manual. Eso sí: se necesita una licencia de aeronaves deportivas ligeras, un requisito que limita de entrada la cantidad de potenciales usuarios.

El uso de fibra de carbono y aluminio aeronáutico le permite reducir peso y aumentar la resistencia. Cada rotor cuenta con un motor independiente, lo que garantiza estabilidad incluso si uno falla. Además, incorpora redundancia en el sistema de vuelo y un paracaídas balístico que se activa en situaciones de emergencia, elementos clave para generar confianza en un mercado todavía incipiente.
El Skyrider X6 es innovador, pero no escapa a los problemas que enfrentan todos los proyectos de movilidad aérea personal. Por un lado, los costos de operación: volar cuesta unos 0,41 dólares por kilómetro, a lo que se suman gastos de mantenimiento anual entre 2.800 y 4.200 dólares.

En comparación con modelos como el Skyrider X1 presentado por la misma empresa en el CES de Las Vegas y que ofrecía hasta 40 minutos de vuelo, el X6 sacrifica autonomía aérea a cambio de un precio más accesible y una plataforma más cercana al formato de una moto urbana.
El resultado es un vehículo que muestra un futuro posible: viajes urbanos reducidos de 90 minutos a solo 15, combinando desplazamiento terrestre y aéreo en un solo paquete. Sin embargo, mientras las regulaciones y los costos no acompañen, el Skyrider X6 seguirá siendo más un referente tecnológico que una solución real para la movilidad masiva.


