La acriz se animó a una charla 'sin filtro' con GENTE en la que habló de su regreso al teatro con la obra Climax, la relación abierta que mantiene con su marido y los romances que se le adjudicaron en los últimos meses, su sueño de ser mamá y su amistad con Lali Espósito.
Mariana Genesio Peña (41) llega sonriente al estudio donde se realizará la producción de la nota para la sección Sin Filtro de GENTE y aclara, entre risas, "yo hablo de todo, y sin filtro, pero un pequeño retoque en las fotos quiero". La realidad es la protagonista de la exitosa serie Pequeña Victoria que es tan talentosa como bella y no necesita de la "magia" del fotógrafo para lucir espléndida pero prometemos cuidar su imagen.
Es más, ella asegura que -como buena leonina y con su imponente metro ochenta- nunca tuvo miedo de decir lo que pensaba ni de abrirse a temas vinculados al amor, la familia y su libertad sexual. Llega al estudio acompañada por su amiga -y actual compañera de elenco- Dedé (Denise Romano)- y aceptan hacer fotos juntas.
Las luces se encienden y con música de su amiga y compañera de trabajo, Lali Espósito, comienza a posar. Conoce todos sus perfiles buenos y los brillos no pueden faltar en su atuendo. Aunque su alma de diva no puede separarse de ella al hablar sigue siendo la misma chica divertida de Córdoba que llegó a Buenos Aires con una única meta, triunfar.
-Sí, soy súper tranquila. No soy de esas personas que hablan mucho, no hablo a los gritos ni fuerte. Soy sí divertida creo, me gusta divertirme, soy picante con el sentido del humor.
Si bien soy leonina y alta y me encanta llamar la atención, no soy de esas personas que atropellan para imponerse y que sea escuchada, sino que si nadie me quiere escuchar no me importa no voy a estar corriendo atrás de nadie para que me escuche. Pero estratégicamente me las ingenio para llamar la atención.
-Fue una experiencia espectacular. La verdad que me sorprendió la calidez que tiene como persona, más allá de su talento que es arrollador. Pero me impactó mucho lo generosa que es como compañera, lo divertida que es. Había escenas juntas que nos tentamos mucho y teníamos que cortar y volver.
El proyecto que nos involucra, que la tiene a ella como protagonista y de alguna manera también como productora, fue importante para las dos y también para nuestra otra amiga que es la showrunner y creadora, Erica Halvorsen. Entonces fue trabajar con amigas y fue una experiencia enriquecedora.
Hace tan solo unas semanas Mariana Genesio Peña estrenó junto sus compañeros de elenco Facundo Gambandé, Alejo Ortiz y Dedé Romano, la obra teatral Climax, dirigida por Casper Esposito. La historia que se presenta en el teatro Multiescena de la calle Corrientes no ha dejado de tener críticas positivas no solo por sus actuaciones sino por el abordaje de temas relacionados a el amor no correspondido, la soledad, el miedo, la lujuria y desesperación, temas con los que los espectadores conectan al instante.
-En este momento me divierte mucho el teatro porque hacía tiempo que no hacía y lo extrañaba. A veces el trabajo de los actores tiene como una fama de glamoroso, de divertido, que lo es, pero hay mucho sacrificio detrás de todo eso. Y me había olvidado de lo sacrificado que es el teatro porque no es solamente ensayar mucho, sino poner mucho del físico, más allá de las técnicas de actuación y también el estar de acuerdo para las coreografías con compañeros.
-Me ponen muy nerviosa los cinco segundos antes de que se abra el telón. Una vez que se abre se me van los nervios, esa es la magia del teatro. Es increíble porque vos podes ir con fiebre, podes ir con dolor de espalda, con una angustia terrible porque pasó algo tremendo en tu vida o podes ir no sé con resaca, pero una vez que empieza la función todo eso mágicamente desaparece. Es algo que a veces me da pánico que suceda, olvidarme la letra, trastabillarme o que el fisico no me responda, ¡perder la voz! Pero cuando se abre el telón y largo la primera palabra de mi personaje todos esos miedos que pueden existir se van y me meto en el personaje, en otro mundo.
-Primero acepté porque hace rato que queríamos trabajar con Casper Exposito. Él hace mucho me venía proponiendo hacer teatro y esta vez yo estaba buscando un material en paralelo para trabajar con mi amiga Dedé (Denise Romano). Y bueno son esas cosas que se alinean los planetas. Acepté porque la obra me gustó y cuando empezamos hablar uno de mis pedidos humildemente, desde un lugar dentro de lo posible fue, ‘a mi lo que me va cerrar es que el elenco sea un grupo de amigos’. Quiero venir a trabajar con ganas, no me importa si mis compañeros son mega famosos, convocan un montón o no.
-No. Pero en esta carrera conoces todo tipo de personas, hay con quienes conectas un montón otros no tanto, pero yo en este caso quería realmente sentir que venía con ganas. ¿Viste cuando vas al colegio y salis con toda la felicidad del mundo porque te vas a encontrar para charlar? Bueno quería vivir esa sensación. Porque sabía lo sacrificado que es el teatro y si no está esa parte cuesta más.
Entonces él estuvo de acuerdo y me dijo ‘ey, yo también quiero eso, que haya buena energía y química’. Y hablamos mucho en la elección del elenco, quiero decir justamente como fui la primera en ser convocada, no que tenga poder de decisión pero sí podía proponer. Y en un momento le comenté que tenía ganas una obra con Dedé, la conoció y se enamoró, y por supuesto ella aceptó ciegamente por mí, ‘si vos estás yo estoy’.
- La obra toca temas que pasan de lo más superficial y cómico, a lo más profundo y existencial, sin ponerse solemne. Es muy dinámica, fácil de ver, llevadera y entras enseguida. Pasas por muchas emociones. Hay situaciones que nos interpelan a todos que tienen que ver con los vínculos, la atracción sexual, la seducción, la frustración, las inseguridades, la soledad. Creo que son temas universales que al ser humano cuando va al teatro, más allá de que va a divertirse y a distraerse, le gusta a veces sentirse medio espejo de lo que está viendo.
E insisto también en la buena energía que tenemos nosotros los actores. Me parece increíble que se haya podido lograr eso porque no nos conocíamos todos, solo Dedé y yo, a los chicos no los conocíamos y ellos entre ellos dos tampoco. Pero desde el día uno conectamos y para mí eso se transmite desde el escenario al público.
-Me encanta el desnudo, puedo llegar a tener algunos… no complejos pero sí pudor en lo personal. Pero en lo artístico, el denudo artístico me encanta. No sé si esta es una foto muy artística conceptual (risas). Pero sí cuando se justifica en el personaje o en lo que se quiere vender en una foto, me divierte.
Si bien en la obra no hay desnudos completos, no es que la gente va ir a ver una obra erótica, que capaz es lo que vende la foto de la portada, pero poco tiene que ver con el desnudo. El desnudarse como persona, el desnudar de las inseguridades, lo que uno siente.
Nos resultó divertido hacer una foto de los cuatro desnudos, con lo que somos, como personas, como actores y físicamente.
En el 2021 Mariana Genesio Peña formó parte de la popular tapa de Gente conocida como Los Personajes del Año, acompañada por grandes personalidades del espectáculo argentino como Juanita Viale, Wanda Nara y Pampita.
Pero la destacada actriz quedó recordada por todos los presentes por su elegante vestido de princesa rosado creado exclusivamente para esta única noche de ensueño, por su diseñador y amigo Jorge Rey.
Mariana Genesio Peña: Me encanta, soy muy coqueta. Me gusta verme bien pero no soy un soldado de la moda, no es que sigo todo a raja tabla y estoy siempre impecable. Por lo general siempre tengo algo que está mal, si tengo un mega look no sé capaz salgo y me doy cuenta que me olvidé de hacerme las uñas. Soy también re vaga para ir a la peluquería.
Pero bueno por suerte estoy rodeada del mejor equipo. Tengo a Cristian Rey, a Luli de La Vega, soy amiga de muchos diseñadores que les encanta jugar conmigo y yo me presto a jugar.
Ese día de los Personajes del Año de Gente había ido al atelier de Jorge Rey, que es un amigo y lo adoro, me presentó un par de opciones y de repente me dijo, ‘Te animas…’. Y cuando me dicen te animas, automáticamente digo ‘si’. Porque me gusta llamar la atención, me gusta que la moda llame la atención.
-Depende, me gusta vestirme según el estado de ánimo o el estado físico que tenga en el momento. Puedo salir a la calle hecha una zaparrastrosa, como puedo salir no sé a llevar la ropa a lavar con un vestido o sombrero. Me gusta lookearme.
-Sí, cuesta más conseguir zapatos. Hablo desde lo personal porque imaginate mido 1.80 y calzo 41 y medio…
MGP: ¡Gracias! Pero sí, lamentablemente a la industria de los zapatos en Argentina le cuesta pasar del número 40 para calzado de mujer, no sé por qué, porque conozco muchas mujeres que calzan más de 40.
Pero con la ropa no le cuesta tanto a las personas trans, sobre todo a las mujeres trans, porque es con lo primero que empezamos a transitar o manifestarnos como mujeres. La tenemos de alguna manera clara. Sabemos qué es lo que nos queda bien, qué es lo que nos disimula lo que queremos disimular, lo que nos resalta lo que queremos resaltar y ¡nos encanta llamar la atención!
Durante varios años Mariana Genesio Peña vivió en los Estados Unidos, más precisamente en la ciudad de New York, junto a su pareja de toda la vida el guionista de cine premiado con un Oscar por la película Birdman, Nicolás Giacobone.
Aunque pocos conozcan esta faceta de su vida fue una de las más felices para la actriz y donde tuvo distintas consagraciones en los festivales de cine de New York e incluso filmó una película en París. Es por esto que entre algunos de sus planes a fututo se encuentra volver a vivir un tiempo en el exterior.
-Sí, si. Me encantaría. Viviendo afuera extrañaba mucho Buenos Aires y cuando volví me armé un mundo de amigos y de trabajo que me hicieron y hacen sentir muy contenida y cómoda. Pero ya me dan ganas de vivir afuera, un tiempito.
Mi sueño es vivir de verano en verano porque odio el frío, así que si pudiera viviría un verano en Europa, un verano en Argentina o un verano en Estados Unidos. También me queda pendiente conocer México. Pero si es por trabajo, más aún.
G: O sea que siempre tuviste una buena experiencia viviendo en el exterior ¿no?
MGP: Sí, siempre tuve buena experiencia. Lo único que puedo destacar como negativo fue el frío porque viví en New York y yo la paso muy mal en el frío, soy muy friolenta y justamente el frío de New York es muy cruel.
-Bien, estamos en un momento muy lindo. La verdad es que tenemos un amor para toda la vida, ya sabemos que vamos a estar juntos de por vida, de alguna manera u otra, en el formato que sea. En este momento no nos encasillamos en nada, cada uno vive en su casa pero nos juntamos a comer, yo me quedo en su casa a dormir o él en la mía, salimos.
Él tiene una banda ahora que se llama Black Barrels, que toca con unos amigos y yo voy a verlo, él me va a ver al teatro. Y tenemos a nuestro perro que es como nuestro hijo, siempre lo digo. Pero la verdad que tenemos una buena relación.
-Es el sentimiento más puro. Es algo que no se puede disimular y que no es a medias. Pureza absoluta.
MGP: No, no me molesta para nada. Me incomoda a veces por Nicolás, por su familia, por la mamá de Nicolás con la que tengo muy buena relación y la adoro. Sobre todo cuando no son relaciones verdaderas, porque si yo estuviera en una relación o conociera a alguien los primeros en saberlo van a ser Nicolás y su familia. Pero la verdad que no pasa nada, soy una persona libre y puedo estar con quien yo quiera y tengo todo el derecho del mundo a conocer gente y estar.
-Es un sueño a futuro. La verdad es que hace bastante que no toco el tema, no está en mi deseo más ferviente. Vuelven a tomar más fuerza mis deseos profesionales que el de ser madre pero no lo descarto sigue ahí como un sueño, en algún momento puede que se llegue a materializar.
- Hay un proyecto para afuera que nos involucra a mí y a Nicolás pero está muy verde, todavía no puedo decir nada. Ojalá se concrete cuanto antes porque sería algo muy importante para mí en lo personal y en lo profesional.
Mariana Genesio Peña transito su infancia en una familia de la clase media baja de la ciudad de Córdoba Capital, más específicamente en el barrio Alberdi. Sus papás la concibieron de muy jóvenes, su mamá con tan solo 15 años y su papá de 20, y a los años llegarían sus hermanas.
Desde los 7 años que Mariana se percibía así misma como niña o al menos entendía entre juegos que quería ser niña, algo que podría realmente afirmar muchos años después.
Su abuela paterna, Lucía, fue otra de las personas más presentes en su vida y que la rodeó de oportunidades que quizá sus padres no podían brindarle como realizar sus estudios en colegios privados, estudiar inglés y viajar a Disney.
La idea de progreso siempre fue una meta en la vida de Mariana y a pesar de las dificultades logró hacerlo pero sin olvidarse de sus raíces y de quienes hoy en día están orgullosos de ella mirándola en la primera fila del teatro.
-No, la verdad que hace mucho que no voy a Córdoba. Hace un montón. De hecho creo que antes de la pandemia, así que dos años seguro. Extraño, tengo que volver. Pasa que siempre agarro un trabajo y cuando voy a Córdoba me gusta quedarme varios días porque sino no descanso nada, entre que voy a visitar familia, amigos, que me demandan de acá y de allá, y salis y comes. Entonces tenes que tener un par de días de margen para descansar sino vuelvo muerta a trabajar.
-Si, sí. Ellos van a venir dentro de poquito a verme al teatro, seguramente. Mi mamá viene bastante más seguido a Buenos Aires, siempre se hace alguna escapada. Y desde que está el whatsapp hablamos todos los días, tengo un grupo con mis hermanas y mi mamá me despierta todos los días mandandome mensajes o cosas que ve por ahí.
-Por suerte tengo muchos lindos recuerdos. Me vas hacer emocionar…Nosotros vivíamos en Córdoba Capital y mi abuela tenía una casa en Villa Carlos Paz, una casa de fin de semana. Todos los domingos mi abuela pasaba a buscarnos por mi casa y nos llevaba en su auto o íbamos con el de mi papá. Y tengo ese recuerdo de los domingos de mi papá haciendo el asado en esa casa y nosotros jugando, yendo al río porque era una casa al lado de un río con balneario muy lindo. Esta cosa de volver con la toalla, hambre, todos mojados y mi mamá cortando budín, tortas, desesperados por comer. Y a la nochecita comer las sobras del asado recalentadas en la parrilla o hacer ensaladas, sándwiches. Esas cosas de veraneo fueron de los mejores años de mi infancia.
-Por empezar que haga un acompañamiento con mucho amor y libertad. La verdad que no estoy tan en el tema primero porque mi infancia trans fue en otro contexto, de alguna manera tampoco tuve una infancia trans porque no existía la palabra. Pero me pongo en el lugar de la criatura porque en algún momento lo transite y también trato de ponerme en un lugar de padre, creo que hay que mantenerse en un lugar neutro porque se puede caer en un lugar de influencia o de proyección, a veces lo que uno piensa de los niños va estar influenciado por lo que uno tiene adentro o conoce.
Es delicado pero no hay que tenerle miedo. Hay que tomarlo con amor, libertad y con observación, no hay que apurarse a nada, ni a detener ni a empujar, hay que dejarlos ser a los niños y acompañándolos sin ninguna conducta que les genere conflicto o malestar.
Fotos: Chris Beliera
Producción: Caro Gagliardini