Hollywood amaneció este lunes con una noticia que desdibujó el glamour y el brillo de la meca del cine para sumergirse en un drama de tintes escalofriantes. Rob Reiner, el reconocido director de clásicos como Cuando Harry encontró a Sally y Misery, y su esposa, la actriz Michele Singer, fueron hallados sin vida en su suntuosa residencia de Los Ángeles durante la tarde del domingo. Ambos presentaban heridas de arma blanca, un detalle que elevó la tragedia a la categoría de escándalo.
Reiner, de 78 años, no solo era un cineasta de renombre, sino el digno heredero de un gigante de la comedia, su padre, Carl Reiner. Su carrera lo catapultó como uno de los directores más destacados de su generación, responsable también de éxitos inmortales como Cuestión de honor. Y aunque muchos lo recuerdan por estar detrás de cámara, también brilló como actor, teniendo un papel crucial en El lobo de Wall Street, donde encarnó nada menos que al padre de Leonardo DiCaprio.
El misterio de un crimen sin forzamientos
La escena del hallazgo desató una frenética investigación por parte del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD). El capitán Mike Bland confirmó que las autoridades investigaban un "aparente homicidio". La alarma se disparó poco después de las 15:30, cuando el Departamento de Bomberos de Los Ángeles respondió a una solicitud de ayuda médica que terminó revelando el doble crimen.
El matrimonio Reiner-Singer era parte de la realeza de Hollywood. Rob y Michele habían consolidado su familia con tres hijos: Tracy, Nick y Jake, además de Romy, fruto de una relación anterior del director. Sin embargo, en medio del dolor, las pesquisas policiales se volcaron rápidamente hacia el círculo más íntimo de la pareja.
Fuentes del diario Los Angeles Times filtraron un dato clave: en el domicilio de la pareja no había señales de que la entrada a la vivienda hubiera sido forzada. Este detalle reforzó la teoría de que las víctimas conocían a su atacante, o que este tenía acceso autorizado a la propiedad, centrando el foco en los allegados.
¿Un heredero en la mira?
La revista People fue la primera en dar el golpe al identificar a un posible sospechoso. Según sus reportes, las investigaciones apuntaban a su hijo mediano, Nick Reiner, de 32 años, como el principal sospechoso de los asesinatos. La información generó un sismo en la industria y en las redes sociales, donde el nombre de la familia se convirtió en tendencia mundial.
No obstante, la versión oficial se mantuvo cauta. Otros medios locales se limitaron a indicar que la Policía estaba interrogando a un familiar cercano en su investigación por aparente homicidio, sin revelar la identidad.
En una conferencia de prensa, el subjefe de Policía Alan Hamilton intentó poner paños fríos a las especulaciones. El oficial enfatizó: "No estábamos buscando a nadie como sospechoso por el momento" y recalcó que iban a tratar de hablar con "todos los familiares que pudieran" durante sus pesquisas.
Mientras las autoridades continúan con los interrogatorios y el análisis de la evidencia en la mansión de Los Ángeles, Hollywood llora la pérdida de una de sus figuras más queridas y observa con angustia cómo una tragedia parece gestarse en el seno de una de sus familias más prominentes. El misterio del doble asesinato de Rob Reiner y Michele Singer apenas comienza.
