Invitado por el PR Leo Mateu, el cantante mexicano asistió al exclusivo restó Bagatelle, donde compartió mesa con Cristina Pérez y la ex modelo Roxana Zarecki. Todas las fotos y la intimidad del encuentro.
El fin de semana pasado, Cristian Castro, argentino por adopción y recientemente instalado en Buenos Aires, disfrutó de una increíble experiencia gastronómica en Bagatelle, el exclusivo restaurante que está situado en el Hipódromo de Palermo y marca tendencia en la noche porteña.
Invitado por el PR Leo Mateu, el artista mexicano e hijo de Verónica Castro asistió a un encuentro bautizado "Rutini Experience", en el que los invitados degustaron de una carta especial pensada por el chef Julián Del Pino y brindaron con los vinos de la prestigiosa bodega fundada por Felipe Rutini en 1885.
Los sommeliers de Rutini les ofrecieron a los invitados las mejores opciones de su etiqueta, como por ejemplo, exquisitos chardonnay y malbec, en tinto y blanco, como para maridar perfectamente con los platos elegidos.
La carta propuesta por el chef Julián Del Pino incluyó entradas como pizza crocante con provolone ahumado, fior di latte, espinaca, aceite de oliva y ajo, exquisitas burratas y carpaccio, ensaladas frescas, gírgolas grilladas, calamares y ceviche de langostinos.
Entre los platos principales del menú de Bagatelle, se destacan, entre otros, su risoto vegetariano, pesca del día (trucha o abadejo), lomo grillado y matambre de cerdo con ensalada de mango y papaya. Mientras que entre los postres, Cristian Castro y los comensales con los que compartió mesa pudieron elegir entre helado de dulce de leche, cheesecake de queso de cabra, crumble de pera, Don Pedro o un bizcocho húmedo de naranja.
En la mesa armada especialmente para recibir a Cristian Castro, también estuvieron presentes la periodista Cristina Pérez, la diseñadora María Gorof, la ex modelo Roxana Zarecki y su pareja, el empresario Sebastián Bagó. Todos ellos compartieron una divertida velada junto al relacionista público.
Tras la cena, Castro y el grupo convocado por Mateu disfrutó del icónico ritual de Bagatelle. La marca registrada del restó, es sin dudas, el momento post comida en el que los camareros y camareras del lugar se suben a las mesas, con bengalas en la mano y un buen surtido de copas para repartir entre los invitados.
Con ese código, Bagatelle es el único sitio que desde su concepción puede ser a la vez restó, bar y boliche.
En esta oportunidad, la velada fue amenizada por el DJ Choppe Davila y la intervención del saxofonista de Fernando Bussetti.
Inaugurada en 2019, la sede porteña de Bagatelle se suma a la de Nueva York, Ibiza, Miami, Londres, St Barth, Saint-Tropez, Dubai, Río de Janeiro, Sao Paulo y Punta del Este.
Fotos: Fabián Uset y Red Carpet Agency