En medio de la semana, el desafío en la cocina suele ser el mismo: preparar algo sabroso, nutritivo y que no demande horas de elaboración. Por eso la tarta de espinaca y ricota es una de las recetas más elegidas. Es versátil, se puede disfrutar caliente recién salida del horno o fría al día siguiente, y hasta funciona perfecta para llevar en la vianda.
Además, es una receta que admite variantes: con o sin tapa superior, con quesos distintos según el gusto de cada uno, o con un toque de hierbas frescas que le den aroma extra. Es rendidora, económica y una manera de sumar vegetales a la mesa de forma rica y tentadora.
El secreto para que esta tarta quede realmente deliciosa está en la calidad de los ingredientes. Una espinaca fresca bien lavada y escurrida, junto con una ricota cremosa, hacen toda la diferencia en el resultado final. Y la buena noticia es que, siguiendo estos pasos, en menos de una hora tenés lista una comida completa que gusta a todos.
Ingredientes (para 4 porciones)
-2 tapas de masa para tarta (criolla o hojaldrada)
-500 g de espinaca fresca (o congelada, bien escurrida)
-250 g de ricota
-2 huevos
-1 cebolla chica
-50 g de queso rallado
-Aceite de oliva, sal, pimienta y nuez moscada
Preparación en 5 pasos fáciles
Rehogar la cebolla y la espinaca
Cortar la cebolla bien chiquita y saltearla en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Incorporar la espinaca previamente lavada y picada, y cocinar unos minutos hasta que pierda el agua. Dejar enfriar.
Mezclar el relleno
En un bowl, combinar la ricota con los huevos, la espinaca cocida, el queso rallado y condimentar con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada. Integrar bien hasta que quede una mezcla cremosa.
Armar la base
En una tartera previamente aceitada, disponer una de las tapas de masa y pinchar con un tenedor para que no se infle durante la cocción.
Volcar el relleno y cubrir
Distribuir la mezcla de manera uniforme sobre la base. Colocar encima la segunda tapa de masa, sellar los bordes con un repulgue prolijo y pinchar la superficie con un tenedor para que respire.
Hornear
Llevar al horno precalentado a 180 °C durante 35–40 minutos, hasta que la masa esté dorada y crocante.
Tip GENTE
Si querés darle un toque gourmet, podés sumar cubitos de queso fresco al relleno, espolvorear semillas de sésamo en la superficie o pincelar la tapa con huevo batido antes de hornear para lograr un dorado perfecto.


