¿De qué trabajan los royals?: el ranking de los reyes, príncipes y princesas más workaholics y quienes prefieren la comodidad de las "cunas de oro"  – GENTE Online
 

¿De qué trabajan los royals?: el ranking de los reyes, príncipes y princesas más workaholics y quienes prefieren la comodidad de las "cunas de oro" 

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Los datos que evidencian quiénes son los que parecen tener verdadera coronita, "viven de los homenajes" y la fama de los títulos, y quiénes se arremangan para salvar su reputación. GENTE se sumerge en los números de las agendas reales. 
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Todos imaginamos que, como en los cuentos, la vida de los royals se cuenta en cantidad de criados que les cocinan, los abanican si es necesario y hasta los visten, y en lingotes de oro y de relax en partes iguales. Pero sus roles y títulos les exigen compromiso, ser parte de la agenda social y participar de actos oficiales.

En un mundo donde las monarquías sobreviven mostrando relevancia institucional, se sabe que la frecuencia de apariciones públicas es clave para legitimar su rol y sostener su reputación. En el listado de los más workaholics de 2024, por caso, figuran Alberto de Mónaco y el rey de España, Felipe VI. Y entre las mujeres, lidera la nómina la princesa Ana de Inglaterra

Pero, por supuesto, también están quienes cultivan su fama al abrigo de las colchas, los que intentan por todos los medios ser exceptuados lo más posible de los compromisos y los flashes y sí, también quienes entienden el “trabajo” como la capacidad de mantener la copa llena en un evento benéfico.

GENTE se sumerge en los números de las agendas reales para hacer zoom en la pregunta que todos nos hacemos: ¿los miembros de la monarquía en serio trabajan o viven de apariencias?

En el libro Yes Ma'am: The Secret Life of Royal Servants, los empleados que "todo lo ven" revelaron numerosos detalles íntimos de la familia real británica, como que no saben hacer casi nada solos, sus caprichos, desaires y obsesiones. ¿Por ejemplo? “Sin un sirviente, Harry tardaría dos semanas en ponerse los pantalones”, aseguran.

La nueva aristocracia del esfuerzo: cuánto se trabaja en las casas reales y quiénes se dedican a no "hacer nada"

La princesa Ana o una working class royal 

Según la prensa europea, entre las mujeres, la princesa Ana encarna la definición de trabajo real sin parar. Discreta y esquiva al protocolo, sólo en 2024 participó de 217 actos oficiales, entre patronazgos y compromisos benéficos y se llevó el título de la royal más workaholic por cuarto año consecutivo (fuente: un análisis de la agencia SEO Reboot Online, basado en los datos del Court Circular del Reino Unido).

Como figura fuerte que es, maneja su propia agenda, no hace show y se maneja sin escoltas: se la puede ver desde en funerales internacionales y eventos ecuestres a galas de instituciones de caridad y educación.

Si bien no posee una fortuna personal pública, como parte de la realeza británica la presidenta de la organización Save The Children tiene acceso a recursos vinculados a su posición, como propiedades, transporte y asignaciones del Estado destinables a sus múltiples roles. Pero al menos los hace valer: una de sus últimas apariciones relevantes este año fue en el banquete organizado por su hermano Carlos III para agasajar a los Macron en el castillo de Windsor.

Carlos III: en plena recuperación, es el más activo después de su hermana Ana

Con 186 compromisos oficiales cumplidos el año pasado, el rey Carlos III se posiciona como el miembro de la familia real británica más activo después de su hermana, la princesa Ana, y las tendencias lo ubicarían en una posición similar en 2025. Sí, pese a haber enfrentado un tratamiento contra el cáncer, su actividad sigue dando de qué hablar

La línea de sucesión británica en una foto.
La línea de sucesión británica en una foto.

Desde las ceremonias oficiales en Reino Unido a su compromiso en rubros como la salud, la cultura y la vulnerabilidad social, continúa representando una imagen de solidez institucional. Y claro que cumple su deber bajo la sombra de su madre, la incansable reina Isabel II, que reinó durante siete décadas y hasta priorizaba la agenda real antes que a su familia. 

Eso sí, con la enfermedad avanzada, se supo que ya dieron por iniciados los preparativos para el funeral del monarca (aunque suene un poco tétrico, es parte del protocolo), mientras que el Palacio de Buckhingham lanzó el operativo para traer a "casa" nuevamente a Harry. 

William: de "trabajar menos" al último escándalo

El príncipe de Gales, como heredero al trono, debiera estar listo para gobernar, pero todo indica que deberá afilar el lápiz y prepararse más outfits para actuar a la altura del cargo que deberá asumir. En 2024, el príncipe William protagonizó al menos 122 eventos oficiales (en plena recuperación de su mujer) pero, llamativamente, la cifra decayó 167 respecto al 2023. En suma: el año pasado trabajó mucho menos. 

Además de su débil handicap de apariciones, no hace mucho protagonizó un escándalo impensado. Gran parte de la ciudadanía británica lo criticaron a él y a Kate (Middleton) de no promocionar la adopción perruna al decidir que su cocker spaniel (bautizada Orla) tenga una camada de cachorros. En un momento en que los refugios de animales se encuentran colapsados, las organizaciones que luchan en defensa de los animales no tardaron en cuestionarlos: "Están fuera de cualquier contacto con la realidad". 

A pesar de ser sucesor al trono británico, el hijo mayor de Lady Di no fue precisamente el que más trabajó dentro de los Windsor.

Kate Middleton y su recatado regreso: menos es más  

Por su parte, Kate Middleton sólo estuvo presente en 11 actos en 2024 por fuerza mayor, claro, debido a su tratamiento contra el cáncer. Tras cancelar algunos eventos como Ascot, este año la princesa de Gales volvió con todo y, con su inconfundible allure recibió a Melinda French Gates y brilló en Wimbledon con su icónica alianza de £400.000. 

Tras la quimio, viene renovando su perfil con actos selectos y una narrativa cercana a la gente: la visita a la Fundación Gates y su rol clave en causas infantiles, ambientales y psicológicas. Su perfil está lejos de ser perezoso: es estratégico y enfocado en impacto. Su fortuna, según el portal Celebrity Net Worth, ronda los 10 millones de dólares. Además, se le atribuye una importante herencia de joyas de la reina Isabel II, valorada en 110M. 

Máxima Zorreguieta, la reina consorte que solo detuvo su agenda por su hija 

Máxima Zorreguieta, nuestro crédito argentino, es uno de los miembros de la monarquía con gran actividad. Según el citado informe, el año pasado ocupó el puesto número 7 en el ranking de los royals europeos más activos, acumulando 126 días de actividad oficial.

El perfil institucional de la reina de los Países Bajos incluye desde las visitas reales hasta su rol como Defensora Especial de la ONU para la Inclusión Financiera, que la llevó a cumplir misiones oficiales en países como Sudáfrica y Vietnam.

Trabajadora y consistente: este año Máxima sólo interrumpió su agenda por un motivo de fuerza mayor, la intervención a la que debió someterse Amalia tras caerse de un caballo.

Puede pasar desde cocinar con niños y jugar al bingo con personas de la tercera edad a firmar autógrafos en zapatillas, rompiendo el protocolo con su habitual espontaneidad. Sus apariciones virales de este año fueron en la Cumbre de la OTAN 2025, donde deslumbró con un mono verde lima de Natan Couture, o cuando en abril casi pierde el sombrero por el viento durante un acto oficial en La Haya. Eso sí, no dudó en detener su agenda cuando su hija Amalia de Orange, heredera al trono, sufrió un accidente ecuestre que la obligó a someterse a una intervención de urgencia.  

Alberto de Mónaco, "el más workholic" 

En 2024, con 208 días de actos oficiales en 2024, Alberto de Mónaco lideró el ranking real europeo de workaholics. Su agenda de alta visibilidad al frente del principado, puso a los Windsor en la cima de la "productividad".  Y este año va camino a lo mismo y más.

Viene de presidir junto a su esposa, Charlène Wittstock, y sus hijos (Jacques y Gabrielle) el famoso evento benéfico Baile de la Cruz Roja en Mónaco y también estuvo presente tanto en la Fórmula uno, como en eventos culturales y sociales. 

Un mes atrás, Alberto de Mónaco y Charlène presidiendo el Baile de la Cruz Roja, uno de los eventos más top del principado monegasco.

Además, un miembro vital de la vidriera Windsor anunció que tiene decidido frenar un poco. Estefanía de Mónaco quiere jubilarse y, como cree que ya sirvió fielmente al principado durante años, dio una orden clara: "Ahora les toca a mis hijos tomar el relevo". 

Felipe VI, el rey viajero que levantó el perfil y "recuperó" su imagen 

Con 129 visitas oficiales a 57 países el año pasado, Felipe VI continúa cimentando su perfil de rey comprometido y humanista. Este año fue el summum cuando se puso a la opinión pública al hombro al visitar numerosas veces Valencia y las zonas afectadas por la DANA. Hasta almorzó en un restaurante que resultó damnificado por la tragedia y sus empleados declararon: "Más cercano y más cordial no ha podido ser". 

Junio de 2025. El rey Felipe VI y la reina Letizia reunidos con los afectados por las lluvias torrenciales.

Su estilo de monarca activo y cercano a la gente le bajó el tenor de los insultos que recibió por no ocuparse lo suficiente de reparar los daños que sufrieron los españoles. Pero claro que su activismo no alcanzó contra lo irreparable: las más de dos centenares de víctimas fatales por las devastadoras lluvias torrenciales. 

No todo lo que brilla es oro

Algunos royals brillan... pero no por su trabajo. Sarah Ferguson, la duquesa de York, se convirtió en símbolo de vivir del apellido más que del esfuerzo propio. Una biografía filtrada al mundo revela que acumuló prácticamente una deuda millonaria ($5 millones en 1995), usando su estatus para evitar pagar en tiendas de lujo y hoteles, sin dejar de disfrutar un tren de vida de alto costo. Pero eso se dio en cierta parte de su vida, ya que luego escribiría libros y lanzaría una productora de cine independiente.

Los expertos en realeza también mencionan a la excéntrica princesa Marta Luisa de Noruega, quien se casó con un chamán y, lejos de cultivar un perfil acorde con sus títulos, además de ser empresaria, sorprende por el centro de terapias alternativas que dirige. Según cuentan en su país, la también llamada "escuela de ángeles" le valió más de un cuestionamiento por estar monetizando con la espiritualidad.

Por último, el príncipe Andrés, duque de York es el claro ejemplo de un royal que vive del apellido, sin aportar más que su escándalo. Desde 2020 fue apartado de roles oficiales, y en 2022 perdió sus títulos militares y sus puestos de patrocinio por una avalancha de polémicas, entre ellas su presunta vinculación con Jeffrey Epstein. A pesar de ello, se sigue alojando en el imponente Royal Lodge de Windsor, rodeado de lujo y sin un rol público que lo respalde.




 
 

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