La sartén es uno de los utensilios más usados de la cocina, pero también uno de los más difíciles de elegir. No es lo mismo preparar una carne sellada que saltear vegetales o hacer panqueques: cada preparación tiene sus propias necesidades. Por eso, elegir la sartén adecuada puede marcar la diferencia entre un plato común y una cocción perfecta.
1. El material importa (y mucho)
- Antiadherente clásico: ideal para cocinar con poca grasa. Perfecto para panqueques, omelettes o vegetales salteados. Se limpia fácil, pero conviene no usar utensilios metálicos para no dañar el recubrimiento.
- Hierro fundido: retiene muy bien el calor y logra un dorado espectacular. Es la mejor opción para carnes, pero pesa más y requiere un pequeño mantenimiento: curarla antes del primer uso y secarla bien después de cada lavado.
- Acero inoxidable: resistente y duradero. Es excelente para sellar carnes o cocinar a altas temperaturas, aunque requiere práctica para evitar que la comida se pegue.
- Aluminio: liviano, económico y de calentamiento rápido. Ideal para un uso cotidiano, aunque puede deformarse con el tiempo si no tiene buena base.
2. Tamaño y profundidad
Una sartén de 24 o 26 cm es versátil y alcanza para la mayoría de las comidas diarias. Las más grandes, de 28 o 30 cm, son ideales si cocinás para varias personas. Si te gusta saltear vegetales o preparar platos con salsas, elegí una con bordes altos.
3. Mango cómodo y seguro
Parece un detalle menor, pero no lo es. Un mango ergonómico y resistente al calor mejora la manipulación y reduce el riesgo de accidentes. Si la sartén es apta para horno, asegurate de que el mango sea metálico.
4. Compatibilidad con tu cocina
No todas las sartenes funcionan con cualquier tipo de hornalla. Si tenés cocina de inducción, verificá que tenga base ferromagnética. La mayoría de las etiquetas lo aclaran.
5. Mantenimiento y durabilidad
Para que una sartén dure, evitá usar utensilios metálicos sobre superficies antiadherentes. Lavala con esponjas suaves y detergente neutro. Y, si es de hierro o acero, secala siempre antes de guardarla para evitar la oxidación.
Elegir bien una sartén es una inversión a largo plazo. Con el material adecuado, una buena base y un poco de cuidado, vas a lograr cocciones más parejas, comidas más sabrosas y una cocina más eficiente.


