La mega fiesta de los 15 años de Mía Uhrig, hija de Romina Uhrig, no fue sólo un evento familiar, sino una puesta en escena muy pensada donde cada paso estuvo estratégicamente pensado. Entre invitados famosos –los ex Gran Hermano eclipsaron todos los flashes– y el show de L-Gante, sin dudas dos ganchos más que mediáticos, los estilos de madre e hija también dieron que hablar.
El look de la quinceañera: princesa discreta pero versátil
Para su gran noche, Mía lució un vestido blanco repleto de iridiscencias de estilo holográfico, una elección que combinó clasicismo y destellos, apostando por una luminosidad refinada.
El diseño se destacó por un bustier armado de estilo lencero que remataba con sutiles ballenas, un detalle de armado que no sólo realzaba la silueta, sino que también le daba un aire de formalidad discreta. La delicadeza también estuvo presente en los breteles que aseguraron funcionalidad y poder bailar sin sorpresas.
Mientras muchas quinceañeras optan por diseños demasiado nocturnos en donde priorizan destacar exageradamente piernas y escotes, y la "lucha" es porque descarten los famosos "cut outs", en el caso de Mía, la inocencia y el "cuento de hadas" ganaron en la narrativa.

La falda, en línea “evasé”, era amplia y con volumen, generando esa silueta clásica de princesa que muchas quinceañeras anhelan, pero con un enfoque fresco gracias al tul y el delicado bordado. Otro toque que fue en consonancia con esa elección de estilo fue el peinado: su cabello suelto con ondas sutiles sumaron a la naturaleza romántica de la referencia royal. Un peinado que permitió movimiento y ligereza y le dio la chance de diferenciarse pero sin perder la autenticidad.
El toque final del look de Mía fue una semi-tiara, un accesorio que aportó el toque justo de fantasía sin caer en lo pomposo, reforzando esa estética de princesa moderna. Una elección que lució a la hora del vals con Marcos Ginocchio.

El estilismo de Romina Uhrig: elegancia en nude y destellos matcheados
Romina, por su parte, eligió un ajustado vestido strapless en un brocato bordado color nude, cuyo brillo fue un guiño al diseño que llevó su hija pero sin llegar atreverse a competir con el resplandor iridiscente de la adolescente.

La elección de un nude brillante es particularmente acertada: transmite sofisticación y armoniza bien con el blanco radiante del vestido de Mía. Para completar su look, la ex Gran Hermano optó por una cola de caballo tirante, un peinado estructurado que contrastó con las ondas sueltas de su hija, estableciendo un contrapunto estilístico bien definido.

Las hermanas menores de Mía, Felicitas y Nina, también participaron de la narrativa visual de los "quince de princesa" y lucieron looks calcados: vestidos con corte princesa en tono maíz, con faldas de tul bordadas y tiaras.
El diseño elegido para las más pequeñas fue más que pensado: el color maíz aportó calidez sin robar el protagonismo de Mía –en definitiva le encontraron la vuelta a la gama de colores sin repetirse ni parecerse–, mientras que las tiaras reforzaron el mood royal que jugaron a encarnar.

