A veces no es necesario planear largas vacaciones para recargar energías. Con una escapada de fin de semana alcanza para salir de la rutina y descubrir lugares que sorprenden por su belleza, su oferta gastronómica o sus actividades al aire libre. En Argentina hay muchísimas opciones a pocas horas de las grandes ciudades, ideales para quienes buscan relajarse sin gastar una fortuna ni perder tiempo en traslados.
Acá te contamos cuáles son los cinco destinos perfectos para una escapada corta, con propuestas para todo tipo de viajeros:
1. Tigre, Buenos Aires
A solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires, el Delta del Tigre ofrece paseos en lancha, caminatas entre la naturaleza y la posibilidad de almorzar frente al río. Es ideal para desconectar por completo y disfrutar del aire libre sin alejarse demasiado.
2. San Antonio de Areco, Buenos Aires
Considerado la “cuna de la tradición”, este pueblo es perfecto para los amantes de la cultura gauchesca. Sus estancias permiten pasar un día de campo con cabalgatas, asado y actividades típicas, mientras que su casco histórico invita a caminar entre casas coloniales y museos.
3. Villa General Belgrano, Córdoba
Famosa por su estilo centroeuropeo, esta localidad cordobesa ofrece cervezas artesanales, gastronomía alemana y paisajes de sierras que invitan a hacer trekking o simplemente relajarse. Además, está cerca de otros puntos turísticos como La Cumbrecita o el Embalse de los Molinos.
4. Colonia Carlos Pellegrini, Corrientes
Para los amantes de la naturaleza, este es el acceso principal a los Esteros del Iberá. Se pueden hacer excursiones en lancha para ver carpinchos, yacarés y una enorme variedad de aves. El lugar es ideal para ecoturismo y observación de fauna.
5. Tandil, Buenos Aires
Ubicada a unas cinco horas en auto desde la Capital, Tandil combina sierras, gastronomía regional (sus famosos quesos y salamines) y actividades al aire libre como senderismo o escalada. Es una opción muy completa para un fin de semana en contacto con la naturaleza.
Estos cinco destinos demuestran que no hace falta alejarse mucho ni gastar demasiado para vivir una experiencia distinta. Con un poco de organización, un fin de semana alcanza para disfrutar de paisajes únicos, probar comidas típicas y volver a casa con energías renovadas.
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