La boda de Rocío Pardo y Nicolás Cabré se convirtió en uno de los eventos más comentados del año, no solo por el entorno mágico elegido para la celebración —una estancia rodeada de naturaleza en Villa Carlos Paz— sino también por el vestido de la novia, una verdadera obra de alta costura.

La responsable detrás de esta creación fue Ana Pugliesi, diseñadora argentina que habló con el medio Teleshow sobre el proceso que llevó seis meses de trabajo. “Sin feeling no llegás al boceto, y más cuando buscás una pieza original”, explicó, destacando la conexión inmediata que tuvo con Rocío desde la primera entrevista.
El diseño fue completamente personalizado, pensado para reflejar la esencia de la novia. “En el caso de Ro es una pieza original, está armado para ella y tuvo mucho que ver cómo es ella, sus gustos. Yo trabajo mucho sobre la interpretación de la persona”, detalló Pugliesi. La elección de las telas, las texturas y la caída perfecta se definieron en varias pruebas, comenzando por una toile que permitió ajustar cada detalle.

Aunque la diseñadora evitó dar demasiadas precisiones antes de la ceremonia, sí adelantó que el vestido principal y el look de after party comparten un hilo conductor para mantener coherencia estética durante toda la celebración. “Fue un trabajo hecho con muchísimo amor, mucha dedicación”, aseguró.
El resultado, según Ana, refleja la personalidad cálida y natural de Rocío: “Tiene una elegancia y una sutileza que enmarcan su esencia. Ves el vestido y decís ‘es Ro’. Ella parece un hada, y su vestido lo refleja”. La pieza combina sofisticación con comodidad, un aspecto clave para que la novia pudiera disfrutar de una fiesta argentina, donde la celebración se vive con intensidad.

Además del vestido principal, Pugliesi también diseñó el look de Rufina, la hija de Cabré y Eugenia La China Suárez, quien tuvo un rol especial en la ceremonia. Este gesto refuerza la idea de una boda íntima y familiar, donde cada detalle estuvo pensado para transmitir armonía.
La emoción de Rocío al retirar el vestido fue el broche final de un proceso que la diseñadora definió como “muy cálido”. “Estaba feliz, súper agradecida con todo mi equipo. Eso ya para mí es bárbaro”, confesó Ana.
Con esta creación, la boda de Rocío Pardo y Nicolás Cabré confirma que la moda nupcial puede ser mucho más que tendencia: puede convertirse en una expresión auténtica de la personalidad y los valores de quienes dan el “sí”.
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