Cuando planificamos un viaje, solemos pensar en la ropa, el equipaje o los documentos, pero pocas veces en el botiquín. Sin embargo, tener uno bien preparado puede marcar la diferencia entre un pequeño contratiempo y una gran complicación. No hace falta llevar una farmacia entera: basta con seleccionar los elementos adecuados y adaptarlos al tipo de viaje y destino.
1. Medicamentos básicos que siempre hay que incluir
Un analgésico y antipirético (como paracetamol o ibuprofeno) es indispensable para aliviar dolores de cabeza, musculares o bajar la fiebre. También conviene sumar un antialérgico, sales de rehidratación oral y un medicamento para malestares digestivos o náuseas. Si estás en tratamiento crónico, llevá tus medicamentos habituales en cantidad suficiente y con la receta correspondiente.
2. Elementos de primeros auxilios
Un pequeño estuche con gasas estériles, apósitos adhesivos, cinta médica, antiséptico y tijera de punta redonda puede ser clave para curar cortes o raspones. También es útil incluir una pinza para extraer astillas o picaduras. Si el destino implica caminatas o excursiones, sumá curitas para ampollas y una crema calmante para picaduras de insectos.
3. Higiene y prevención
El alcohol en gel, las toallitas húmedas y un repelente de insectos son infaltables, especialmente si viajás a lugares cálidos o tropicales. No olvides un protector solar y un bálsamo labial con FPS: la exposición al sol y al viento puede resecar la piel incluso en destinos fríos.
4. Organización y transporte del botiquín
Lo ideal es armarlo en una bolsa o estuche transparente, resistente al agua y de fácil acceso dentro del equipaje. Si viajás en avión, recordá que los líquidos deben ir en envases de hasta 100 ml y dentro del equipaje de mano solo se permiten cantidades limitadas. Conservá los medicamentos en su envase original para evitar confusiones o problemas en controles aduaneros.
5. Adaptalo al tipo de viaje y destino
No es lo mismo un fin de semana en la ciudad que una aventura en la montaña o un viaje al exterior. Si vas a zonas rurales o con climas extremos, consultá a un médico antes de viajar: algunas regiones requieren vacunas o medicamentos preventivos específicos.
Un botiquín bien pensado no ocupa mucho espacio y puede evitarte grandes dolores de cabeza, literalmente. Prepararlo con tiempo, revisarlo antes de cada viaje y mantenerlo actualizado son pequeños gestos que garantizan tranquilidad, estés donde estés.
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