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Amigos, glamour y rock & roll

Publicado por
Redacción Gente

"¿Sobreviviremos a la experiencia Faena?" De Charly García a Nico Repetto… en algún momento de la noche. Madrugada del domingo 7 de noviembre. Inauguración de El Porteño building.

PRIMER ACTO. El punto de partida fue en El Living. Cerca de las 11 de la noche -sábado 6, todavía- el lugar comenzó a poblarse. Y en seguida quedó claro que la noche venía de una amalgama de celebrities que representaban como nadie la cultura joven de lo que pasó, está pasando y pasará en Buenos Aires. La convocatoria de Alan Faena, el anfitrión, no podía ser más exitosa. Es el espacio que respira más aire clásico dentro de El Porteño. Y ahí, cómodamente recostados en sus sillones, ya están Fito Páez y su mujer, Romina Ricci. Fabi Cantilo y unos amigos. Llega Adrián Suar, sólo él. Aparece Nicolás Repetto junto a Florencia Raggi. Enseguida, María Kodama. Un poco después, Ramiro Agulla y Delfina. Más allá, Ginette Reynal y Miguel Pando. Aportando un toque internacional, el bailaor Rafael Amargo, recién llegado de España para presentarse en Buenos Aires. Inconfundible en su andar desgarbado, Charly García. También está Divina Gloria, charlando con vocación tanguera con Amelita
Baltar. Más televisión: Marcelo Tinelli junto a Paula Robles. Muy cerquita, Dady Brieva y señora. Y entre un grupo de amigos, Cecilia Roth. La fiesta está servida, entonces, y con mucho morbo para los que les gusta eso, porque enseguida pudimos ver que ella también está aquí… Ella es Leticia Bredice -ex novia del dueño de casa-, que de inmediato socorre a Charly, en apuros para atarse los cordones de una de sus botitas Converse All Star de cuero. Y cuando ya están todos -son casi 200 invitados-, aparece él: muy Alan con saco blanco, camisa blanca y un tremendo sombrero vaquero (blanco, obvio). Así que nadie lo dice, pero más de uno lo piensa, claro. Más de uno juega a trazar flechas cruzadas como para emparejar parejas que ya no lo son: Alan con Leticia ("fijate que tienen la mejor onda -dice alguien-, mirá cómo se saludan, mirá como la lleva de la mano"). Fito está con Romina, pero ahí también está Cecilia y también Fabi Cantilo. Y está todo bien. Todo muy superado. O eso parece.

SEGUNDO ACTO. Alan ya nos dio la bienvenida. Y nos invita a pasar "al patio sur". Antes, unos actores vestidos y maquillados cual personajes victorianos -mucho miriñaque, mucho rodete- se mezclaron entre nosotros. Y también, pese al frío, un ballet acuático hizo su número en la pileta. "Los invito a que me sigan por La Catedral", pide Alan, y mientras una orquesta de cámara hace más Peter Greeneway el momento, ya estamos en el patio y suena otra música. Ahora es una banda de percusión. Nico y Florencia son los primeros que se animan al baile. Una legión de camareros recomienda no dejar el champagne, "porque Alan va a hacer un brindis". La noche está fresca pero estrellada. Y no es usual que Fito, de pronto, se siente al piano y cante en forma tan íntima y emotiva Yo vengo a ofrecer mi corazón. El tema calza perfecto para que Alan dé por bendecido "este edificio, que me estaba esperando desde 1902. Y este es mi regalo para mi querida Buenos Aires", dice, y levanta la
copa, y todos brindamos, chin chin. Y las burbujas pueden hacer estragos de no ser porque la cena está servida.

Marcelo Tinelli, Alan Faena y Nico Repetto en uno de los momentos mágicos de la noche, cuando Fito Páez se sentó al piano para cantar Yo vengo a ofrecer mi corazón.

La fiesta recién empieza. Alan, Charly, Leticia Bredice y Cecilia Roth se acaban de encontrar en El Living, uno de los múltiples espacios de El Porteño.