El juego de las estrellas

En los Estados Unidos, el básquet es pasión de multitudes. Y en Las Vegas se jugó el clásico All Star Game con lo mejor de la NBA –a excepción de nuestro Manu Ginóbili– y esas porristas tan provocativas que bailan en el entretiempo. Eva Longoria, firme para ver a su chico, Tony Parker, de los San Antonio Spurs, aprovechó para chismearle a Cameron Diaz –algo deprimida y comiendo mucho últimamente tras su separación de Justin Timberlake– que ya mandó las invitaciones para su muy romántica boda con Parker en julio, en un castillo del siglo XVII cerca de París. Y Arnold Schwarzenegger, con muleta y pierna lesionada tras un accidente de esquí, no podía perdérselo, aunque está algo tenso porque no le rinde el presupuesto para su plan de salud y no sabe qué hacer con el exceso de presos en las cárceles californianas. Bueno, la vida de un governator es así.

Cameron Díaz

Arnold, governator en quiebra

Tony Parker, con marca pesada