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Gobierno vs. Agro: la lucha continúa

Publicado por
Redacción Gente

La tevé hace foco en Gualeguaychú. Pero hay más de 400 cortes en el país. ¿Hasta cuándo? En el campo no tienen respuesta. Tampoco en Casa de Gobierno. El desabastecimiento golpea a las ciudades: falta carne, la verdura se pudre en los camiones y la leche se derrama sobre las banquinas. Eramos el granero del mundo… La discusión, en principio económica, se tiñó de ideología. Y ya nadie quiere dar el brazo a torcer. La Presidenta se dirige a los argentinos desde Parque Norte. Dice: “Mientras sigan con el paro, no vamos a negociar”. Y las cuatro entidades rurales replican: “Mientras no anulen las medidas, no levantamos el paro”. Desde la CGT, Hugo Moyano sale en defensa de sus compañeros camioneros varados en los cortes. Y saca a sus muchachos a la calle. En Buenos Aires, el ex funcionario Luis D’Elía (experto en piquetes) se autoproclama defensor de Plaza de Mayo. En un cacerolazo espontáneo de vecinos descubre “los fantasmas del pasado”. Y los echa a patadas, sin eufemismos. Durante la celebración de esa victoria, define su postura: “Odio a los racistas, odio a los blancos”, proclama. El Gobierno –que enfrentó su primer gran escollo en los cinco años de era K– lo premia con un lugar de privilegio en el acto partidario, cerca de la Presidenta.

Al mismo tiempo, la Gendarmería Nacional muestra una capacidad de reacción inaudita: sale a liberar los caminos, aunque sin mirar hacia el río Uruguay, donde hay un puente que lleva más de un año ocupado. Y eso que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, amenazó: “Al que corte una ruta, lo vamos a meter preso”.


LA TREGUA. El viernes 28 de marzo, el campo y el Gobierno nacional se dieron tregua. Aunque sólo por algunas horas. Los protagonistas se reunieron alrededor de una mesa de negociación en Casa Rosada. Durante las presentaciones de rigor, se tendieron la mano. Y, pese a que pocas horas atrás se tildaban de “oligarcas” e “insensibles”, hubo también algunos abrazos. El ministro Martín Lousteau aceptó que las retenciones móviles tenían “efectos no deseados” y prometió compensaciones para los pequeños y medianos productores. Pablo Orsolini, el vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, que lleva años aportando propuestas que son automáticamente cajoneadas, dijo: “Con ustedes no tenemos más cuenta corriente: sólo aceptamos contado”. Y les recordó que los pooles de siembra que desde el Gobierno dicen combatir se multiplicaron durante los años de gestión K. Hubo algunos gritos. La Presidenta se retiró. Las cuatro entidades le propusieron a Alberto Fernández suspender las medidas de la discordia, para buscar una solución conjunta al problema. El Jefe de Gabinete salió “a consultarlo”. Se supone que lo hizo con Cristina Fernández de Kirchner, aunque hay quienes aseguran que la postura más intransigente la tiene el ex presidente, Néstor Kirchner… Regresó con una sola palabra como respuesta: “Imposible”. Otra vez el paro.

OTRA OPORTUNIDAD. El 31 de marzo –día 18 del paro–, el ministro Lousteau anunció un paquete de medidas, jamás discutidas ni concertadas con los representantes del campo. Aunque, por su sola enunciación, reconocen errores en el polémico decreto del 11 de marzo. A saber: l Reintegro automático de las retenciones para productores pymes. l Compensación del flete por distancia a puerto. l Apertura del Registro de Exportaciones de trigo para la próxima campaña. l Incentivos para la producción de valor agregado. l Bonificaciones a tasa fija para créditos vinculados con maquinarias para tambos y galpones para pollos. l La creación de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.


Un minuto después del anuncio, los dirigentes de las cuatro entidades dieron una conferencia de prensa. Detrás de tanto cosmético vislumbraron un buen gesto de parte del Gobierno, pero ninguna solución de fondo. El paro sigue. “Por lo menos hasta el miércoles 3 de abril”, dijeron. Las cuatro entidades del campo hoy se miran con desconfianza. ¿Hasta cuándo sostendrán esta unidad? Tienen diferencias ideológicas evidentes, que no se preocupan en ocultar.

CUESTION DE PESOS. Aun teñida de ideología, la pelea es por dinero. Mientras que desde los dos frentes dicen que defienden “los intereses de todos los argentinos”, las pérdidas ya son millonarias. ¿Cuánto le costó al país la protesta? La industria dejó de recibir unos 80 millones de pesos diarios. El transporte, casi el triple: unos 220 millones. La pérdida total de la Argentina por el conflicto se estima en 2.500 millones. Los números del Mercado Central hablan por sí solos: el último día de normalidad ingresaron 118 camiones, mientras que el primero de paro sólo llegaron 40. El Mercado de Liniers suele vender 10 mil animales diarios. Pero desde el 18 de marzo ninguna de sus 55 empresas tuvo actividad. Todo repercute en el bolsillo del vecino, claro. Un cajón de pollo de 20 kilos, que costaba 95 pesos, en tiempos de paro cotiza más de 140. La caja de 30 docenas de huevos subió de 94 a 118 pesos. Y una bolsa de 32 kilos de papas pasó de 25 a 65 pesos. ¿La carne? Imposible: el kilo de bife de chorizo, que se vendía a 9,50 pesos, hoy vale 22. El lomo alcanzó su récord: 52 pesos el kilo.

Los argentinos que no gobiernan ni participan de la producción agraria asisten a la pelea expectantes. Y casi desabastecidos. Con más dudas que certezas. La soja, que ayer empujaba “el milagro argentino”, hoy es presentada como el cáncer de nuestros campos… ¿Qué pasó? El superávit fiscal, bandera de esta gestión y de la anterior, parece que no alcanza… ¿O para qué aumentan las retenciones? Dicen que con las retenciones mantienen los precios “al alcance de todos”… ¿Los precios que marcan las góndolas o los que dice el INDEC? En el corte de Gualeguaychú, tan “blanco” y tan “negro” como el gendarme que le hace frente, un manifestante descubre lo evidente: “Otra pelea argentinos contra argentinos”.

Los líderes del conflicto resolvieron que en los piquetes se deje pasar sólo a los camiones con alimentos lácteos y perecederos. Como en Pujato (foto), provincia de Santa Fe.

En carnicerías y supermercados la falta de mercadería se hizo sentir.

La presidenta Cristina Fernández saluda a Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural Argentina, el viernes 28 de marzo, cuando recibió a la cúpula de las cuatro entidades del campo. Mientras tanto, las bases de los agropecuarios se mantuvieron a la vera de las rutas, custodiando que sólo pasaran los transportes autorizados.