Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot, después de haber tenido cinco hijos, decidieron seguir el camino de la crianza desde otro lugar: ofreciendo su hogar como lugar de tránsito para aquellos niños que están por ser adoptados. El plazo máximo para que un menor se quede temporalmente con una familia es de 180 días, pero hay que decir que rara vez se cumple.
Y a ellos le pasó. En 2019 recibieron a un bebé de cuatro meses que estaba en un hogar de la localidad bonaerense de San Isidro. Lo criaron como una familia durante casi tres años. En el medio, los condimentos judiciales burocráticos clásicos y el condimento de la pandemia hicieron que ese plazo inicial no se cumpla y se extienda el tiempo.
Fue por eso que, encariñados, en 2021 formalizaron el pedido de adopción. El niño comenzó a decir “mamá” y “papá”, consideraba al resto de los pequeños de la casa como sus hermanos y se convirtió en un integrante más del hogar.
Estos puntos hicieron que el matrimonio pida la tenencia, teniendo en cuenta que a lo largo de este tiempo el menor generó un arraigo con ese círculo familiar y sacarlo de allí implicaría un severo daño teniendo en cuenta que es la única familia que tuvo desde que nació.
Si bien la ley no permite que familias de tránsito terminen adoptando a los menores que acogen, ellos piden que se escuche al niño y se tengan en cuenta sus deseos. Un allegado de la familia denunció en una entrevista con Infobae que la asesora de menores que atiende el caso nunca se comunicó para interiorizarse sobre lo que ocurre.
Pero lo que sí hizo fue comunicar la situación a la Cámara de Apelaciones que siguió la ley a rajatabla y ordenó que Lanús y Moreno Vivot entreguen al pequeño de manera inmediata al hogar que les entregó la guarda temporal.
Todo es un limbo porque el hogar, a fines del año pasado, manifestó que no tiene espacio para recibir a un nuevo integrante y que, de hacerlo, no habilitarían la posibilidad de que el niño reciba la visita de ellos. Por lo que estaría solo esperando una nueva oportunidad en la vida.
“Solo pedimos que se escuche al niño y que se priorice su interés. No el de Pablo, no el de Elena ni el de quienes están en lista de espera para ser padres. Queremos que se decida lo mejor para José y creemos que eso es quedarse en esta familia”, afirmó esa persona al portal.
El otro drama de la familia
Mientras se encuentran viviendo esta situación límite, la familia vivió una verdadera tragedia el 7 de enero cuando estaban comiendo un asado al aire libre y una rama cayó sobre Santiago, el menor de los hijos. El pequeño de seis años no soportó el impacto y murió en el hospital de General Madariaga.