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“Hace tres meses que me separé: no puedo pensar en otra relación”

Publicado por
Redacción Gente

De lunes a viernes graba Ciega a citas, esa tira de Canal 7 que retrata la existencia de una joven repleta de inseguridades, con una vida que se aleja bastante de la perfección y a la vez se acerca bastante a la realidad de miles de argentinas. Pero cuando llega el fin de semana, nuestra entrevistada viaja a Punta del Este. Lo hace religiosamente desde hace un mes, sin interrupciones. ¿Su explicación? “Acá me relajo después de grabar toda la semana. Amo la playa. Buenos Aires me asfixia. Si fuera por mí, me mudaría a un lugar como éste. Acá recargo las pilas”.

Entretanto, parece que la Silvina Luna (29) que dejó su Rosario natal a los 17 y a los 20 se encerró cuatro meses en la casa de Gran Hermano, una década después ha encontrado el equilibrio que buscaba. “Está bueno dejar ‘la jaula de las locas’ por un rato, para entrar en un proyecto como Ciega a citas. Este nivel bajo de exposición me gusta más”, lanza metafórica. Aunque, claro, la realidad expresa otra cosa, al menos a nivel exposición. Por si queda algún desprevenido: los programas del corazón juran que ella es la mujer que conquistó al soltero más codiciado, Marcelo Tinelli, y que el número uno de la tevé nacional sería el verdadero motivo de sus recurrentes viajes al Uruguay. ¿Qué piensa la interesada, ahora de descanso en una chacra con pileta y salida al mar?


–¿Has tenido citas a ciegas?
–Las odio, y mucho más a esta altura del partido. Si me reúno con un grupo de gente y me presentan a alguien, ahí es distinto. Dos personas se conectan cuando pasa algo mágico: se encuentran sin forzar las cosas.

–¿Y alguna vez te sentiste mal con tu figura como protagonista de la tira?
–Siempre fui muy relajada. No es algo que me preocupe. Me gusta estar bien y llevar una vida saludable. Me hago tratamientos no invasivos y electrodos con Mario Lodolo, pero sólo eso. Cuando estuve en Gran Hermano engordé 10 kilos. Estuve cuatro meses encerrada, me comí la vida... ¿Qué iba a hacer? Si estás bien internamente, lo externo luce mejor.


–¿Y por qué te operaste las lolas, entonces?
–¿En qué estaría pensando, no...? (ríe) Fue otra etapa de mi vida y necesitaba eso, quizá buscando más seguridad. Pero jamás me fui de mambo y nunca necesité cuidarme demasiado, porque siempre fui flaca. Hay que cuidar el mensaje, porque no existe el cuerpo tan flaco que venden los medios. Lo importante es buscar un equilibrio, buscar lo estético desde lo saludable.

–¿Este lugar que tenés ahora es el que deseabas para tu carrera?
–Seguro. Lo busqué desde muy chica. Siempre supe que quería ser actriz. Me están dando lugar para que muestre mi costado de comediante, que es adonde quiero apuntar. En algún momento también me gustaría hacer algo para chicos.

–¿No pensás que estás más para los padres que para los chicos?
–No me hago cargo de la imagen de sex symbol. Obvio que está instalada, y tampoco me olvido de las fotografías sexy que hice. Pero hoy los productores vieron que mi parte inocente y espontánea saca mi costado más gracioso.

–¿Te acostumbraste a las peleas y a las discusiones del medio, o te siguen afectando?
–Es que para algunas chicas vale todo. Pero yo no transo. Trato de elegir. Les he dicho que no a muchos trabajos, y cuando necesité alejarme del medio lo hice. En 2008 viví la mitad del año afuera (tres meses en Hawai y uno en Europa), y recién volví en 2009 con El musical de tus sueños y, en octubre, con Ciega a citas. Hago lo que siento, en el momento que creo adecuado. Entiendo que el que sigue el sistema está protegido, pero a mí no me gustan el careteo ni la falsedad. Odio a la gente que se la pasa haciendo lobby.

–¿Pudiste recuperarte después de todos los momentos duros que viviste (N. de la R: perdió a sus padres en 2008, con cinco meses de diferencia)?
–Sí. Cuando te pasa algo así te replanteás miles de cosas. Traté de mirar adelante, encontrar la enseñanza. Te puedo decir que volví a ser feliz después de mucho tiempo. Me ayudó el hecho de pensar que mis viejos quieren que esté bien. Parece una frase hecha, pero ahora estamos y mañana no. Cuando te pasa algo así, lo ves muy claro.

–¿Y existe algún hombre que te haya ayudado a recuperar esa felicidad?
–¡No, es sólo mérito mío! La verdad, hoy sólo pienso en estar sola. Claro que siempre conocés gente y podés volver a enamorarte. Me estoy divirtiendo, disfrutando de la soltería. Hay que ver cuánto me dura, porque siempre fui enamoradiza. Pero estoy en otra actitud, y los hombres se dan cuenta.

–¿No tenés ganas de empezar una relación?
–No, cero... Vengo aprendiendo a estar sola. Es la primera vez que lo hago. Pasé un verano muy divertido, pensando en mí y en lo que quiero hacer este año. Quiero cultivarme, estudiar, encarar cosas pendientes que descuidás cuando estás de novia.

–Muchos dicen que una de las causas de tu felicidad es Marcelo Tinelli.
–Yo no puedo hacerme cargo de lo que diga la gente. Me separé hace tres meses de Martín (Vari, campeón argentino de kitesurf) y no puedo estar pensando en otra relación. Después, si quieren inventar...

–¿De dónde creés que surgen esos rumores?
–No lo sé. Los atribuyo a que con Marcelo tenemos gente amiga en común y eso te puede hacer coincidir en varios lugares. También, ahora que él está soltero los medios le buscan una novia, surgen rumores... y caigo yo. Pero te puedo hablar por mí: estoy sola.

–En caso de que existiera esa relación, sería a escondidas. Dejame preguntarte si alguna vez tuviste una relación que no podías blanquear.
–Sí. Me ha pasado. Pero me parece muy estresante... Creo que las cosas se viven con libertad. Es mi manera de disfrutar la vida. A esta altura, no tengo por qué esconderme de nada.

Como en la canción que Charly García tomó de The Birds, Silvina dice que se siente mucho mejor: “Este verano me permití divertirme a full".

Hoy pienso en estar sola. Claro que siempre conocés gente y podés volver a enamorarte. Hoy estoy disfrutando de la soltería. Hay que ver cuánto me dura, porque siempre fui enamoradiza”.

No te voy a decir que nunca tuve una historia a escondidas, pero me parece demasiado estresante. Creo que las relaciones se viven con libertad, sin esconderse”.