El hallazgo de un cuerpo en avanzado estado de descomposición dentro de un ropero de un edificio ubicado en calle Buenos Aires al 300, en pleno centro de Córdoba, generó conmoción este fin de semana.
Según los primeros estudios forenses, el cadáver presenta tal nivel de deterioro que no es posible identificar con certeza ni el sexo ni la edad de la persona fallecida, aunque los investigadores sostienen la hipótesis de que se trataría de una mujer.

Qué se sabe sobre el cuerpo hallado en un placard en un departamento de Córdoba
Esta presunción de que el cadáver es de una mujer surge del análisis inicial de la mandíbula, la morfología ósea, algunos cabellos hallados y prendas encontradas junto al cuerpo. Sin embargo, la confirmación final dependerá de pericias tanatológicas y de ADN, además del cotejo con denuncias de personas desaparecidas en los últimos años.
De acuerdo con las estimaciones preliminares, el cuerpo llevaría al menos dos años oculto en ese placard, sentado y envuelto en mantas, con un cable de televisión como atadura. Los peritos indicaron que los pies de la persona ya estaban en estado esquelético.
El macabro descubrimiento se produjo el sábado por la mañana, cuando dos albañiles contratados para refaccionar el departamento 3° B del edificio ingresaron al lugar y detectaron un fuerte olor nauseabundo que provenía de una de las habitaciones.
Tras dar aviso a la Policía, los agentes inspeccionaron el sitio: una sala de estar, cocina, baño y, a unos dos metros de la puerta, un armario donde se encontraba el cadáver.
Quién vivía en el departamento en el que se encontró el cuerpo en avanzado estado de descomposición
El departamento estaba alquilado por Javier Grasso, pero el que residía allí era su hermano, Horacio Antonio Grasso, un expolicía cordobés condenado a 27 años de prisión por su participación en el asesinato de Facundo Novillo Cancinos, un niño de 6 años que murió en 2006 alcanzado por un disparo durante un enfrentamiento narco en barrio Colonia Lola.
Horacio Grasso, exonerado de la Policía años antes por un robo y con antecedentes delictivos, había obtenido prisión domiciliaria en 2019 por problemas cardíacos y cumplía su pena en esa propiedad, con tobillera electrónica. Sin embargo, fue detectado recientemente violando el beneficio y trasladado nuevamente al penal de Bouwer, donde se encuentra detenido actualmente.

La investigación continúa a cargo de la fiscalía interviniente, que ahora deberá establecer la identidad y las causas de la muerte en un caso que recuerda los antecedentes criminales del expolicía condenado y reaviva la preocupación por un posible nuevo homicidio en su historial.
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