Pasó más de un año desde aquel 13 de junio en el que desapareció Loan Danilo Peña en el pueblo correntino de 9 de Julio y de que no se volvió a encontrar más rastro del pequeño, que hoy tendría seis años. Desde entonces, se iniciaron dos causas judiciales, la primera por la desaparición -con siete detenidos-, y la segunda por entorpecimiento a la investigación -con otros 10 detenidos-. En este último grupo se encuentra Nicolás Gabriel Soria, conocido mediáticamente como “El Americano”.
En una entrevista exclusiva desde el Complejo Penitenciario Federal II Marcos Paz, Soria habló con Revista GENTE, contó su propia historia, su versión respecto a las acusaciones que enfrenta, la cronología de su llegada a Corrientes, sus vínculos con ONGs internacionales y por qué asegura ser víctima de una demonización mediática.
Quién es realmente Nicolás Soria
Con 43 años, nacido en Villa Domínico y criado en Wilde, partido de Avellaneda, a sus 20 años tuvo una oportunidad laboral por la que se mudó a Miami. Allí vivió durante más de 15 años y desarrolló una carrera en comercio exterior. Con el tiempo -según su propio relato- pasó de empleado a emprendedor y fundó sus propias empresas. Pero su vida cambió de rumbo en 2016, cuando entró en contacto con una organización estadounidense dedicada a la lucha contra la trata y el abuso sexual infantil.

“Fue un antes y un después. Cuando conocí la dimensión de lo que ocurre con la explotación infantil, dejé muchas cosas de mi vida empresarial. Sentí que tenía que hacer algo”, contó. A partir de ahí se sumó como voluntario a “Operation Underground Railroad” (OUR), la ONG fundada por Tim Ballard, hoy en el centro de una polémica internacional. “Nunca tuve un cargo en Interpol, ni en ninguna agencia. Fui voluntario. Todo lo que se dijo en mi contra es parte de una construcción ficcional”, sostuvo.
La cronología de su llegada a 9 de Julio
Soria aseguró que había llegado hacía poco a la Argentina, en pos de estar cerca de su madre, Elsa, y de su pareja -con quien tiene un hijo en camino- y remarcó que durante junio de 2024 estuvo en Buenos Aires, atendiendo asuntos personales y laborales. “Viví ese mes en Recoleta, con mi pareja. Tengo pruebas: entradas de cine, gastos con tarjetas, testigos, hasta telepeajes y registros de compras”, enumeró, en diálogo con GENTE. Según su testimonio, el 30 de junio decidió viajar a Corrientes, habiendo llegado a 9 de Julio la madrugada del 1° de julio.

“El primer contacto fue con Cristian Eche, un periodista. Me comentó que en el pueblo se vivía miedo. Me pidió si podía ayudar, por mi experiencia. Yo venía de intentar rastrear pistas desde Paraguay y Misiones. Después conocí a las otras personas imputadas, pero hasta ese momento no sabía ni quién era el gobernador de Corrientes”, afirmó.
-¿Conocías previamente a los otros 9 detenidos por “Entorpecimiento a la investigación"?
-No. Fue Cristian Eche quien me los presentó en el hotel de 9 de Julio como un equipo de abogados y psicólogos de la Fundación Lucio Dupuy. Después me enteré que era mentira y que habían sido pagados por el gobernador y por el intendente para darle un soporte a los familiares de Loan.
Según él, las acusaciones en su contra no tienen sustento y fueron construidas para convertirlo en una figura “demonizada”. “Llegué a tener diez imputaciones. Entre ellas, atentado contra el orden constitucional. Después bajaron a seis, ninguna con pruebas concretas. Todo mi material de descargo fue ignorado”, denunció. Y agregó: “Llevo nueve meses preso en una causa en la que desapareció incluso un video de una de mis declaraciones. Eso solo ya debería escandalizar”.

-¿Tuviste algún contacto con la familia de Loan en ese tiempo?
-El 1° de julio estuve en la casa de la abuela Catalina. Me hizo pasar, estuvimos hablando. Después llegaron el padre, José, y Mariano, el hermano mayor. Después no tuve más vínculo, más allá de saludarlos en las marchas. No quise estar metido ahí porque sabía que iba a ser centro de atención de todos.
Cómo surgió el apodo de “El Americano”
Según Soria, parte de la cobertura mediática fue “una novela de ficción”. “Se dijo que era narco, que era de la CIA, de la DEA, del FBI, de Interpol. Que me presenté con un carnet. Que lideraba una red internacional. Que había secuestrado a Loan. Todo es falso. Yo viajé con mi licencia de Florida, y punto. Nunca tuve un carnet de ninguna fuerza”, aseguró.

Uno de los puntos más polémicos fue la aparición de una foto con Tim Ballard, usada como presunta prueba de sus vínculos internacionales. “Esa foto la presentamos nosotros como parte de la defensa. Lo conocí trabajando como voluntario. Me decepcionó que después saliera a decir que no me conocía. Compartimos reuniones y hasta vimos juntos la película Sonidos de Libertad, años antes de su estreno”.
-Si según todo lo que contás, sos inocente, ¿por qué estás detenido hace nueve meses?
-Desde que era el encapuchado tatuado que había secuestrado a Loan, hasta que tenía una organización narco. Se dijeron barbaridades durante meses. Sirvió como chivo expiatorio. Se dedicaron a demonizarme para tapar que no se estaba buscando al nene. Yo creo que el poder político necesitaba culpables visibles. Y yo, con mi perfil, con mi acento, con mi historia en Estados Unidos, encajaba justo para eso.
Su presente en prisión y las expectativas para el juicio
Hoy Nicolás Soria se encuentra alojado -según detalló en entrevista- en un módulo de castigo dentro del penal de máxima seguridad de Marcos Paz. “Las condiciones son muy duras. Acá las restricciones son totales. A veces siento que todo está diseñado para silenciarme”, afirmó.

Sin fecha confirmada de juicio oral, espera que se realice a fines de este año o a comienzos de 2026. “Confío en que el tribunal pueda ver las pruebas y me otorgue al menos la prisión domiciliaria. Tengo una mujer y un hijo en camino. Nunca estuve preso antes. Esto es una causa armada. No soy culpable de nada”, afirmó.
“No quiero ser un héroe ni entrar en política. Pero hay cosas que no se pueden ignorar. Hay nenes que desaparecen y nadie dice nada. Hay bebés vendidos en hospitales públicos de Argentina. Gente de bajos recursos a la que nadie defiende”, remarcó Soria sobre el final de la charla, volviendo a poner el foco en que más allá de su detención, los casos como el de Loan Peña siguen sin resolverse.