La causa por el crimen de Diana Gómez Russo, la nena de 9 años que murió asfixiada en su casa del barrio Palermo de La Banda, sumó en las últimas horas una declaración que heló a los investigadores. Su madre, María de los Ángeles Russo, imputada por homicidio agravado por el vínculo, aseguró: “La maté porque le hacían bullying”.
La frase surgió en el marco de la audiencia encabezada por la jueza de Control y Garantías Roxana Menini, quien resolvió mantener la medida de protección y seguridad que pesa sobre la acusada. Por el momento, Russo permanecerá internada en el Centro Provincial de Salud Mental El Polear, a la espera de una pericia psiquiátrica que será determinante para establecer si comprendía o no la gravedad de sus actos.
Según la acusación, la mujer habría asfixiado a su hija en la madrugada del 30 de octubre. La autopsia ya había confirmado que la muerte ocurrió por sofocación mecánica y que la menor llevaba al menos 12 horas fallecida cuando fue encontrada por su abuelo.
Durante la audiencia, la jueza rechazó dos planteos: la defensa había solicitado la nulidad de la declaración de imputada, mientras la Fiscalía pidió prisión preventiva. Ninguno prosperó.
El fiscal Mariano Gómez, de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar, relató que tanto paramédicos como el chofer del CIS escucharon una confesión espontánea de la acusada en la escena del crimen: “Yo la he matado porque le hacían bullying en el colegio”, habría dicho frente a los equipos de emergencia.
También sostuvo, según los testimonios relevados por Nuevo Diario Web, que su hija “ya no quería vivir porque en el colegio le hacían burla”. De acuerdo con esos relatos, Russo explicó incluso el modo en que la habría asesinado: afirmó que le dio “cuatro pastillas de clonazepam” antes de asfixiarla. Luego, habría intentado quitarse la vida.
Cómo encontraron el cuerpo de Diana
El sitio local Info del Estero reveló detalles estremecedores sobre el momento en que Néstor Russo, de 71 años, abuelo de la víctima y padre de María de los Ángeles Russo, ingresó a la habitación y se encontró con una escena devastadora.
El hombre halló a su nieta tendida en la cama, sin signos vitales, mientras su hija permanecía sentada en el suelo, a un costado, acariciándole la mano en un aparente estado de trance, con la mirada perdida. De acuerdo con lo publicado por el medio, el abuelo le preguntó varias veces qué había ocurrido y, al intentar reanimar a la niña, advirtió que su cuerpo estaba rígido, lo que provocó un grito desesperado.
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