Las recientes inundaciones que azotan a gran parte de la Ciudad de Buenos Aires y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) han dejado a muchos conductores con vehículos sumergidos bajo el agua. Ante esta desafortunada situación, es crucial conocer los pasos a seguir para intentar rescatar el vehículo y evitar mayores daños.
Si el auto ha quedado completamente sumergido hasta el techo las posibilidades de recuperarlo son prácticamente nulas. Las inundaciones suelen llevar consigo barro y aguas de alcantarillado, dañando irreparablemente componentes internos y electrónicos. Si la corriente arrastra el vehículo, los daños mecánicos son aún más graves, afectando partes cruciales.
En el caso de que el coche estuviera en un garaje inundado, la responsabilidad recae en el seguro del edificio o del estacionamiento. Sin embargo, el seguro vehicular debe estar al día y en orden. Si el coche no está asegurado porque no se utiliza y se guarda en un garaje, es probable que la reclamación no sea aceptada.
En situaciones de inundación en la vía pública, la complicación aumenta. Solo se puede reclamar al seguro si está dentro de sus coberturas. Reclamar a otro responsable solo es posible si la inundación se debe a un fallo en la red de suministro de agua. En casos de causas naturales, la recuperación del valor venal del vehículo puede llevar mucho tiempo.
Afortunadamente, no todo está perdido. Algunos autos son recuperables después de una inundación. Si el agua no ha penetrado el habitáculo, desmontar la línea de escape para drenar el líquido antes de intentar encender el motor puede ser suficiente. En esta situación, es probable que el coche encienda y funcione correctamente.
Cuando el agua ha llegado al interior, la prudencia es clave. Evitar intentar encender el motor para prevenir daños mayores. Comprobar los elementos eléctricos y desmontar la caja del filtro de aire para eliminar el agua. Si hay agua en la admisión, se deben sacar las piezas necesarias y secar el sistema antes de intentar encender el coche.
La velocidad es esencial. Se debe llevar el coche a un lugar seco y bien ventilado, desmontar los asientos y la tapicería para que se sequen completamente. Además, se debe secar con aire caliente las unidades de control eléctricas y las conexiones para prevenir la corrosión.
Si el interior está lleno de barro, se debe considerar reemplazarlo en lugar de intentar limpiarlo. La rapidez en la acción es crucial; cuanto menos tiempo la humedad trabaje en tu contra, mayores serán las posibilidades de evitar secuelas irreparables.
Con acciones rápidas y cuidadosas se puede aumentar las posibilidades de salvar el vehículo.
