A qué se dedicará la Tana tras salir de "Gran Hermano" y cómo hizo para superar sus adicciones: "Llegué a tocar fondo, casi me muero" – GENTE Online
 

A qué se dedicará la Tana tras salir de "Gran Hermano" y cómo hizo para superar sus adicciones: "Llegué a tocar fondo, casi me muero"

En una entrevista con GENTE, la joven de 33 años repasa su paso por el reality show,, recuerda los momentos más oscuros de su vida y revela qué la impulsó a cambiar para siempre.
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Tras cinco meses dentro de Gran Hermano (Telefe), Katia Fenocchio, conocida como "La Tana", habla con sinceridad sobre cómo espera que este programa le cambie la vida. Además, relata el gran sueño que tiene y cómo atravesó los momentos más difíciles de su vida para estar ante su mejor versión.

En diálogo con GENTE, se muestra sin escudos: cuenta cómo fue crecer con rebeldía, tocar fondo por las adicciones y cómo su hija, a quien tuvo a los 17 años, se convirtió en el motor que la impulsó a salir adelante. “Hoy soy una piba rescatada”, dice con orgullo.

La Tana fue una de las participantes más populares de esta edición de Gran Hermano.

Así fueron sus primeros días fuera de Gran Hermano

¿Cómo estás? ¿Cómo fueron estos primeros días fuera de la casa? ¿Cómo te venís sintiendo?

–Eh, la verdad medio perdida, pero de a poco cayendo en la realidad. No me esperaba tanto. Pensé que era menos la gente que me apoyaba, todo lo que se revolucionó. La verdad estoy recontenta.

¿Qué fue lo que más te impactó? ¿La gente, el público, algo en particular que hayas visto?

–Muchas chicas que me siguen, que me hablan, que me piden fotos en la casa. Mis amigos que me estuvieron bancando un montón, mi familia también...

Una locura, ¿no? Y no tenías pensado que pudiera llegar a pasar algo así.

–No, no me lo imaginaba tan grande, ¿entendés? O sea, pensé que no era tanto.

No, pero llegaste casi a la final...

–Cinco meses estuve. Sí, llegué.

La Tana asegura que en la casa "sacó lo peor" de ella y esa autenticidad la hizo permanecer en el reality.

¿Y por qué pensás que llegaste tan lejos?

–No sé, porque encima la casa sacó tanto cosas buenas y cosas malas, pero sacó lo peor de mí. Y yo dije: “Bueno, pero sigo acá.” O sea, hay algo que a la gente le está gustando. No sé si era mi humildad o capaz que les causaba gracia que me queje, que putee, no sé. Pero llegó un momento que dije: “Bueno, ya saqué todo lo peor.”

¿Qué fue lo peor?

–Puteadas, quejarme constantemente, estar agresiva, me ponía a discutir con alguien, y bueno, aun así la gente me siguió eligiendo.

¿Y qué sentís que mostraste que le gustó a la gente?

–Empecé a mostrar mi lado más real, digamos, mi lado más humano, ¿entendés? Mostré cómo soy en la vida, cómo soy como mamá, cómo pienso, cómo siento, qué proyectos tengo, cómo me manejé en la vida. Creo que eso sumó un montón porque, al estar acá afuera, me empecé a enterar de que la gente me empezó a bancar más con eso.

La Tana se mostró súper suelta durante la producción con GENTE.

Cómo era la vida de "La Tana" antes del reality show

¿Cómo fue que decidiste entrar a Gran Hermano?

–Muchos amigos que me conocían me decían: "Vos tenés que estar en Gran Hermano por tu forma de ser, como sos. Sos como muy genuina. Tenés un carácter bastante jodido. Tenés historias re random, tenés que ir a Gran Hermano". Y bueno, más allá de que me gusta la tele y todas esas cosas, siempre mi objetivo fue cambiar mi vida y darle una mejor vida a mi hija. Y bueno, lo logré porque sé que las cosas buenas están por llegar.

Antes de entrar a la casa, ¿a qué te dedicabas o qué estabas haciendo?

–Hice un poco de todo. Cortaba el pelo, tatúo, vendo medias. Siempre fui una mina que me la rebusqué. Nunca me gustó tener jefe.

–¿Por qué no te gustaba?

–Es como que cuando me mandoneaban o me trataban mal en algún laburo, yo no me podía quedar callada, ¿entendés? No podía agachar la cabeza, me iba a la mierda. Es más, en Gran Hermano me costó un montón las órdenes. Siempre fui muy rebelde.

La Tana siempre fue muy rebelde, pero en la casa tuvo que aprender a controlar esa faceta de su personalidad.

¿Y cómo hiciste dentro de la casa?

–Me costó todo eso hasta que después empecé a dejarlo un poco de lado y a entender que estaba en un buen lugar, que eso me iba a dar frutos y que estaba aprendiendo a curar esas cosas mías que tenía, esa rebeldía que tenía.

¿Siempre tuviste esa rebeldía desde chiquita?

–Siempre, siempre. Yo fui muy rebelde, quemé muchas etapas, me arrepiento, pero bueno, gracias a esas cosas oscuras que viví, hoy soy una piba rescatada. Digo rescatada porque viví un montón de cosas que hoy en día no volvería a hacer. Gracias a Dios, la vida me premió con una hija súper tranquila.

Su historia como madre adolescente y el "click" que la hizo cambiar

Fuiste mamá muy joven, ¿cómo lo viviste?

–Muy joven. 17 años tenía. Re chiquita. Yo aprendí mucho con eso y es como que quemé tantas etapas…

¿Lo decís que esto de quemar etapas es por haber sido mamá tan joven o por otra cosa?

–No, por los vicios que tuve, por mi lado oscuro que tuve, digamos, de adicción. Parejas violentas que conocí, me escapaba, me iba a bailar.

¿Eso fue antes de tu hija?

–Mucho antes y después también, pero más antes. Tipo a los 10 años ya yo tomaba alcohol, cigarrillo, jodas, fiesta... De alguna manera me sentí un poco mal con mi familia. Más allá de que ellos también tuvieron sus errores, sentí como que fallé también. Y creo que cuando salí de acá, mis viejos me decían que estaban orgullosos de mí. Siento como que en gran parte les estoy pagando un poco lo rebelde que fui.

La Tana vivió una época dura de adicciones hasta que encontró a Dios, tal como ella explica.

¿Qué fue lo que te hizo el click como para cambiar?

–Tocar fondo. Toqué fondo con el tema de las drogas. Casi me muero y seguí en esa porque me costó mucho dejar. La verdad que es algo muy difícil. Es horrible estar en esa situación, así que entiendo a la gente que lo está, pero obviamente que hay salida, que busquen la salida porque la hay. Y bueno, después conocí a Dios. Fui a la iglesia...

¿Fue que una cosa llevó a la otra?

–Me costó mucho dejar hasta que un día empecé a ir a la iglesia, pero seguía en esa drogándome, hasta que un día dije: “Basta, porque no le encuentro placer.” Y ahí dije: “No quiero más esto en mi vida.” Empecé a pensar en mi hija y en mí. Y ahí fue cuando dejé todo. Mi hija tenía un año. Era re chiquita y yo también era re chica. Como que a los golpes tuve que aprender. Si no era por las buenas, era por las malas. Pero por eso siempre digo que Dios me dio una hija como para poder rescatarme de todo eso porque capaz que ahora ni siquiera estaría acá. Mi hija siempre fue mi guía, mi fuerza. Fue mi sostén.

Qué pasó con el papá de su hija y la lucha legal que aún lleva adelante

¿Y el papá de ella te acompañaba o no?

–No. O sea, cuando nos peleábamos era peor porque yo me descarrilaba y él también lo hacía por su lado. Desaparecía y no se hacía cargo de la nena. Teníamos una relación muy tóxica. En muchos momentos sufrí violencia. Yo me quería separar, pero no tenía dónde ir. Difícil...

¿Y ahí quiénes te ayudaban?

–Un tiempo viví con mi vieja, pero como que ella también sentía que el padre me tenía que ayudar y me decía: “Bueno, te presto plata, pero después me la devolvés para los pañales o para la leche.” Y yo le decía que no, porque no tenía cómo devolvérsela. Entonces limpiaba pisos por cinco pesos, vendía cosas en la calle... También me sentí muy sola y no quería molestar a mi familia. Me costó, me costó mucho.

¿Y él nunca más se hizo cargo?

–Después nos arreglamos, estuvimos un tiempo, pero la relación no dio para más. Me separé. Me fui de ahí porque había conocido a un chico y él me dijo: “Basta, no estés más con este flaco, separate, vamos a vivir juntos.” Yo le decía que no, porque estaba terminando la escuela. Quería terminar el secundario para poder irme a vivir sola y mantenerme.

La Tana es madre de una adolescente, aunque con un padre ausente.

¿Y tu hija lo reclamaba o no te preguntaba por él?

–No, algunas veces fue a verlo, pero se dio cuenta sola de que no era un buen lugar y ahí decidió no frecuentarlo más.

¿Y él tampoco aparece?

–No, pero me gustaría que aparezca y pueda formar un vínculo con su hija, porque nunca es tarde. Todos cometemos errores, pero no apareció. Y el tema legal tampoco: hace siete años que inicié los trámites legales y nunca pude tener respuestas. Cambié de abogado muchas veces y no…

¿Todavía no te pasa la cuota por alimentos?

–No, pero ojalá que sí, porque él tiene un buen laburo y la verdad que es algo que es de mi hija, y se lo merece por ley.

"La Tana" revela cómo es como mamá y cómo es su hija

Tu hija ahora es adolescente, ¿cómo vivió tu exposición en Gran Hermano?

–Ella tiene un perfil muy tranqui, no le gusta salir en nada, no le gustan los tatuajes, no le gustan las motos… Todo lo contrario a mí. Y al principio tenía un poco de miedo. Yo, adentro de la casa, pensaba mucho: decía, “¿Estará bien lo que estoy haciendo?” Por muchos momentos en la casa pensaba que era mala madre y llegué a creérmelo. Decía: “Capaz que no tengo que estar acá, capaz tengo que estar cuidando a mi hija.” Pero después pensaba: “No, pará. Yo hice muchas cosas por mi hija, afuera y acá”.

Estando adentro de la casa, La Tana pensó mucho en si su personalidad en el reality no podría estar afectando a su hija afuera.

¿Qué te dijo cuando saliste?

–A mi hija lo primero que le pregunté fue: “¿Te hicieron bullying o algo?” Y me dijo: “No, ma, no.” O sea, la llevó re bien, Me dijo en broma: "Me tenían podrida preguntándome por vos". Era algo que a mí me recontra preocupaba porque sé que en la vida del adolescente es muy heavy.

¿Te bancó todo?

–Antes de armar la valija me acuerdo que me había puesto a llorar y le dije: “Esta es la segunda vez que me pongo a llorar de felicidad. La primera fue cuando naciste, cuando te tuve en los brazos y nos miramos. Fue algo muy fuerte.” Y la segunda fue cuando le dije a ella que iba a entrar. Le dije: “Va a ser difícil porque no sé cuánto tiempo voy a estar. Capaz estoy un mes y me voy a la mierda. Pero esto nos va a cambiar la vida. Miralo así”.

¿Y cómo sos como mamá?

–Soy muy sensible y a la vez muy moderna, porque trato de ser muy compañera con ella. Quiero que me cuente, que tenga confianza, que no tenga que andar teniendo secretos. Porque después, cuando quiera tener novio o algo, lo va a terminar haciendo. Entonces yo trato de que me dé esa confianza. No somos amigas, porque yo soy la mamá, pero sí compañeras.

La Tana, súper carismática, posa para GENTE.

El gran sueño de "La Tana" para su futuro luego de Gran Hermano

Si pudieras soñar, ¿cuáles serían las primeras cosas que te gustaría que cambien en la vida de las dos?

–Lo primero que tengo en mente es tener una casa. No sé… un terreno en cómodas cuotas, una casa en cuotas. Tener esa accesibilidad de decir: “Voy a estar años pagándola, pero es mía”. Eso es lo primero que sueño. Después vendrán las demás cosas: electrodomésticos, un mejor teléfono para ella (por su hija) o una compu para estudiar. También mudarme, porque ahora me tengo que mudar: se me vence el contrato y no lo puedo renovar porque la dueña necesita la casa para su hijo.

Y habías contado que ahora querés tener una barbería.

–Sí, me gustaría tener una barbería.

La Tana aspira a ser cantante de RKT y a tener una barbería.

¿Eso sería lo primero a lo que apuntarías ahora a nivel laboral o tenés alguna otra idea?

–Mirá, me encantaría cantar algo de RKT. Y si pinta actuar o hacer alguna publicidad. Ya hice un par de cosas como extra. Si sale una película, una serie, me mando. Si tengo que profesionalizarme, también lo haría. No tengo problema. Actuar también, cantar me encantaría. Y la barbería me gustaría tenerla como algo fijo, para decir: “Bueno, si un día esto se apaga, tengo algo mío".

Fotos: Ramiro Palais.

 
 

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