En el sur de la provincia de Santa Fe, muy cerca de Cañada de Gómez, hay un rincón que parece detenido en el tiempo: Colonia Médici. Con apenas 13 habitantes, este paraje rural esconde una joya inesperada que cada vez atrae a más curiosos: el Museo Interactivo del Queso. Este destino es uno de los preferidos para los amantes del turismo real y es el elegido para quienes quieren desconectar de la rutina, disfrutar de la naturaleza y alejarse de la ciudad.
Este lugar nació en el año 1899, cuando el inmigrante suizo-italiano Ángel Médici se instaló en la zona y abrió una casa de ramos generales. Su presencia marcó el inicio de una pequeña comunidad que, a pesar del paso del tiempo y de la migración hacia las ciudades, logró mantener viva su identidad.

Para quienes viven en Rosario, Buenos Aires o alrededores, Colonia Medici es una escapada ideal para el fin de semana. La visita se puede combinar con otros destinos cercanos del corredor productivo santafesino.
Otro de los grandes atractivos de este paraje es su antigua pulpería por su alto valor histórico: fue la primera construcción de esa zona. Durante años fue el lugar de encuentro entre los habitantes y los visitantes. En la actualidad se encuentra completamente restaurada y allí se venden productos regionales y artesanales.
Además, otro punto de interés es la parroquia María Auxiliadora que fue construida en el año 1955. Todos los años durante el mes de septiembre allí se celebra una procesión dedicada a la Santísima María Auxiliadora.
Cómo es el Museo Interactivo del Queso que se puede visitar en Colonia Medici
Fue en el año 2000 cuando los descendientes del fundador de Colonia Médici decidieron transformar el lugar con un ambicioso proyecto cultural. La propuesta buscaba recuperar el patrimonio histórico, productivo y social de la zona, revirtiendo el abandono del paraje y revitalizando una de las regiones más importantes para la industria láctea en América Latina.

Así nació el Museo Interactivo del Queso, una experiencia pensada para poner en valor las raíces y la identidad de este rincón del sur santafesino. Con un enfoque educativo, lúdico y accesible, el espacio invita a conocer de cerca el proceso de producción láctea a través de un recorrido dinámico que atrapa tanto a visitantes como a escuelas que llegan a vivir una jornada temática en pleno entorno natural.
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