7 de abril, Día Mundial de la Salud: Así es la historia de superación de una nutricionista que se recuperó de los trastornos alimentarios – GENTE Online
 

7 de abril, Día Mundial de la Salud: Así es la historia de superación de una nutricionista que se recuperó de los trastornos alimentarios

GENTE charló con Agustina Murcho, una especialista en salud nutricional que narró de cerca lo que le tocó padecer esta afección médica: “No quería tomar el té con azúcar para no engordar, era más el miedo a engordar que a que me pase algo".
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Este jueves 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud, una fecha decretada por la Primera Asamblea Mundial de la Salud propuesta en 1857, pero que se conmemora a nivel mundial desde 1948.

Por eso, GENTE dialogó con Agustina Murcho, Licenciada en Nutrición especialista en trastornos alimentarios, acerca de las dificultades que trae esta afección para la salud a nivel mental y que lleva a muchas personas a sufrir y culparse por comer. Una historia de vida que inspira y que tiene que servir de testimonio para concientizar y para pedir ayuda cuando sea necesario.

El duro relato de Agustina Murcho con los trastornos alimenticios

No tengo los recuerdos muy claros, pero en primer grado ya me empezaron a discriminar. Sentía una tristeza muy grande y me acuerdo de querer llorar y tener un nudo en la garganta muy feo. Yo creo que, en cuanto a la autoestima, fue de a poco. En esa edad no tenía en claro qué era la autoestima, pero mientras iba creciendo nunca estuve muy conforme conmigo misma, sobre todo en lo que es intelectualmente o como era como persona.

En la típica 'nadie me va a querer', 'no soy inteligente', 'me dicen cosas lindas de compromiso', etc. Me cambié de colegio y al año siguiente comenzó el bullying diciéndome "tonta" y esas cosas. Dos años después empecé con las restricciones alimentarias, mi carácter también cambió y nunca más me dijeron nada, pero a los 13 años, estando en octavo grado, sí hubo una época que no me decían cosas muy agradables que digamos.

A los 14/15 años empecé a comer diferente a los demás en algunas cosas, a saltearme comidas y empecé a notar que bajaba de peso y eso me ponía contenta, cada vez más y hasta me ponía feliz que se preocupen y me presten atención. Esto lo asocio al poco cariño y a lo que me dejaban de lado de chica.

En el transcurso del tiempo mis papás se empezaron a dar cuenta de que algo pasaba y me lo decían retándome, pero porque también había desconocimiento y no se sabía de qué se trataba esto. También es la desesperación de un padre que ve que su hijo no está comiendo. Yo noté siempre que no estaba bien lo que hacía, pero no me importaba porque quería atención porque me sentía muy mal conmigo en lo que es la autoestima. El no comer me hacía sentir "bien" por poder controlar algo.

El equipo que me trataba en ese momento decidió que mis papas me lleven y traigan del colegio para que no caminara. Por mi parte siempre estaba consciente del problema pero tampoco me importaba porque yo igual quería continuar así. No me dejaban bajar escaleras ni ir al colegio sola, pero yo tampoco quería ceder en nada. 

Los vómitos empezaron de a poco, después de tanta restricción causada por la anorexia. Al principio, eran los fines de semana, ya después durante la semana y después todos los días, varias veces al día. Cada vez se va haciendo más y más frecuente cuando no se trata. Sentía alivio al comer y al vomitar. Es algo muy difícil de explicar, pero se siente alivio justamente de cosas que uno no dice o necesita expresar. En el momento no te das cuenta, eso lo ves después cuando lo tratas”

Luego le siguió una internación por deshidratación “no quería tomar el té con azúcar para no engordar, era más el miedo a engordar que a que me pase algo”. Lo siguiente fue el exceso de alcohol todos los fines de semana, hasta que sus papás se enteraron de la situación...

Fue mi mejor amigo que lo sabía y le contó a mi hermano. Ellos me dijeron que, si no lo contaba, le iban a contar. Nunca sentí que toqué fondo, nunca llegué a eso, y creo que fue porque mis papás me obligaron a tratarlo. Lo tomaron claramente con preocupación, trataban de hablarme y yo siempre me enojaba o evitaba el tema, siempre peleando. Ellos también se enojaban pero es lógico porque es el miedo de los padres y la desesperación y siempre hicieron lo posible para ayudarme.

Agustina también tuvo su paso por La Casita – Centro de Atención y Prevención especializado en Trastornos de la Alimentación donde fue mejorando poco a poco. Y en el año 2015 surge su cuenta de instagram @nutricion.ag.

Se me ocurrió abrirla y de a poco fui viendo lo que pasaba en las redes y de los peligros y desinformación relacionado a la nutrición y empecé a dedicarme a desmentir y hablar de la comida desde otro lado que no sea "sólo nutrientes", de informar y hacerle ver a la gente lo peligroso que es seguir consejos de cualquier persona.

No pensaba en que iba a tener tantos seguidores. Empecé cuando yo me di cuenta que era lo que quería hacer. Antes no pensaba hacerlo ni ahí, pero cuando comencé a estar mejor me di cuenta en que sería bueno ayudar a quienes pasan por lo mismo que pasé yo. Hice posgrados, diplomados, cursos, fui a congresos, leo. Todo lo que sea para informarme y estudiar más.

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