El encuentro porteño de los rockeros y famosos fanáticos del surf – GENTE Online
 

El encuentro porteño de rockeros y famosos fanáticos del surf

Fernando Ruiz Díaz y Fernando Aguerre
Fernando Ruiz Díaz actuó en Palermo durante la apertura de un nuevo local creado por Fernando Aguerre -el argentino que logró que el deporte llegue a los Juegos Olímpicos-. Entre el público estuvieron el Zorrito Von Quintiero, el Turco Naim y Tacho Riera, entre otros
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De los que prueban el surf, el agua salada, esa mezcla de paz y adrenalina, el hacer un deporte en un ámbito tan hermoso, pocos pueden escaparse a esa emoción. Esto le pasó a Fernando Aguerre hace más de 50 años, cuando arrancó y fue precursor de casi todo, desde organizar torneos, pelear contra su prohibición en algunas playas durante la dictadura, fundar un surfshop, crear unas míticas sandalias y empujarlo hacia un Juego Olímpico, un hecho inédito en la historia del deporte nacional. Hoy, como líder deportivo, empresario y surfista, sigue dedicándose a esparcir ese amor, esa pasión entre todos los que pueda.

Fernando Ruiz Díaz es uno de los que no pudo escapar de las garras de este deporte y de su nuevo amigo. Ambos apasionados, se conocieron hace poco menos de un año, cuando el frontman de Catupecu Machu y Vanthra estuvo en Mar del Plata y se concretó un encuentro que hacía años que Sr Flavio, mítico bajista de los Fabulosos Cadillacs, estaba buscando. Desde ese momento se hicieron íntimos. El Fernando músico llevó a su hija Lila a surfear a la misma playa que va el Fernando surfista (Luna Roja, en Chapadmalal) y las charlas y encuentros se hicieron cotidianos. A tal punto llegó la onda que el músico se animó a experimentar arriba de un escenario con el surfista, porque Aguerre toca el djeridú, instrumento de viento, y así armaron versiones de temas de Ruiz Díaz. Incluso Aguerre estuvo arriba del escenario, en un show en Buenos Aires, durante el mágico regreso de Catupecu.

Los Catupecu y Lila, la hija de Fernando, posando junto a la tabla y las fotos de Gaby, el bajista de la banda fallecido en enero.
Los Catupecu y Lila, la hija de Fernando, posando junto a la tabla y las fotos de Gaby, el bajista de la banda fallecido en enero.
Aguerre, Ruiz Díaz y el Turco Naim, uno de los famosos que son surfistas de pura cepa.
Aguerre, Ruiz Díaz y el Turco Naim, uno de los famosos que son surfistas de pura cepa.

En los últimos días de noviembre volvieron a estar juntos y subirse a un escenario, improvisado, con algunos integrantes de Catupecu, en este caso durante la inauguración de la embajada de las olas en Buenos Aires, como Aguerre llama a su nuevo local de Ala Moana, el primero en tierra porteña. Se trata de aquel negocio que él abrió, junto a su madre Norma y su hermano Santiago, tras el verano del 79 y tuvieron hasta que ellos, fundadores de la mítica marca Reef, se fueron a vivir a California. Tras su venta, Fernando empezó a volver más al país y desde el 2013 refundó su amado Ala Moana, buscando potenciarlo, como hizo con Reef.

El Zorrito Von Quintiero sorprendió usando una remera del San Martín del surf, nada menos que Aguerre
El Zorrito Von Quintiero sorprendió usando una remera del San Martín del surf, nada menos que Aguerre

“Es hermoso esto de venir a Buenos Aires a traer el agua salada, el aire salitroso de Mar del Plata, lo mismo que el amor por las olas... El poder compartirlo nos hace felices. Alguien puede pensar que un lugar tan urbano no tiene cultura de surf, pero sabemos que hay muchos surfistas que viven acá y que aman el mar como nosotros, los marplanautas. Y nuestro objetivo es venir a potenciar esta cultura, a aumentar la comunidad, con este lugar que pretende ser un puente hacia los sueños, hacia la felicidad, hacia algo que te gusta. Un sitio adonde además podés leer un libro, tomar café o un jugo natural. Venimos a compartir lo lindo de Mar del Plata, a potenciar ese sueño que la gente tiene de ir allá durante un fin de semana.  Porque, además, se llama Mar del Plata, no Arroyo del Plata. Ni Valle del Plata. Ni Sierra del Plata. Es nuestra capital del surf y este lugar hecho con amor será la embajada de una cultura de playa que, no tengo dudas, está cada día más en el ADN de tantos argentinos”, explicó Aguerre, quien a los 65 años ha sido reelegido nada menos que por novena vez como presidente de la International Surfing Association (ISA).

La noche de inauguración fue mágica y tuvo de todo: emoción, charlas, risas, la mejor música, rica comida y suficiente bebida para que los brindis se multiplicaran. Estuvo Falu, artista top, terminando el impactante mural del exterior que refleja cómo una ola viene por la 9 de Julio y arrasa con vehículos y semáforos mientras un oficinista la surfea con alegría. También hubo empresarios y varios artistas famosos fanas del surf, como Nico Riera, el Turco Naim -actores y avezados surfistas-, el Zorrito Von Quintiero -con una remera con la estampa de Aguerre, el San Martín del surf- y Ruiz Díaz. Fer dio la nota una vez más, improvisando un recital con canciones sentidas, de significado, y algunas que llevan su sello, de poder y pasión. Además, en un momento muy emotivo, el Fer músico donó la tabla de su hermano menor, Gabriel, fallecido en enero de 2021. “Gaby amaba el surf y estaría feliz que su tabla esté en este lugar, con el espíritu que tiene. Todavía tiene la parafina, la sal y la arena de aquellos viajes que hacía a Brasil y Mar del Plata”, contó sin poder contener una emoción traducida en lágrimas.

Fernando Aguerre, el padre del surf olímpico, en su ola de Buenos Aires. Mural top del artista Falu.
Fernando Aguerre, el padre del surf olímpico, en su ola de Buenos Aires. Mural top del artista Falu.

El Ala Moana desbordó de emoción. Porque, además, para Aguerre es mucho más que un surfshop o su flamante emprendimiento porteño. Es su nueva casa, otra más, creada con el espíritu que él ama, el que construyó con su familia y sus amigos de olas, los pioneros del surf en el país. Una excusa más para transmitir el amor por su deporte, el mar y la cultura de playa que abrazó hace cinco décadas. Y no es casualidad que sea en un local cuyo nombre significa lo que él más ama. “Cuando se lo pusimos en 1979 pensamos en la playa de Honolulu, en Hawaii, hasta que me contaron lo que realmente quería: sendero que te lleva al mar. Increíble que le pusimos un nombre pensando que significaba una cosa y, en realidad, era el camino a las olas”, comentó quien decidió, a su manera, tener a sus padres presentes durante este momento tan especial. “A mi mamá con su anillos de olas y mi padre a través de una piedrita de colores que encontré en la playa de Waikiki cuando fuimos a tirar sus cenizas”, reveló.

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