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Quién es y qué dijo Claudio Uberti, el primer arrepentido K

Publicado por
Redacción Gente
Claudio Uberti

En su relato se notó cierto rencor y ánimo de revancha por el maltrato –según dijo– que recibió por parte de Néstor y Cristina Kirchner mientras fue funcionario. Y si hubo un testimonio que causó nerviosismo en las filas del kirchnerismo fue el suyo.

Ni los cuadernos del chofer Oscar Centeno, ni las atropelladas confesiones de los empresarios apremiados por el pago de coimas, provocaron más escozor que las medidas palabras del primer arrepentido del gobierno K, Claudio Uberti (60, divorciado, santafesino y habitante del barrio porteño de Belgrano), que consiguió homologar un acuerdo con el magistrado para, en criollo, soltar la lengua. Lo hizo, y cómo. Porque bien señala el dicho popular: no hay peor astilla que la del mismo palo.

Uberti hizo una larga exposición ante el juez y el fiscal. Dijo que llegó al kirchnerismo de la mano de Julio De Vido, y que estuvo al frente del OCCOVI (Organo de Control de Concesiones Viales) desde el 25 de mayo de 2003 hasta el 9 de agosto de 2007, y que debió renunciar “por el incidente de la valija de Antonini Wilson”.

Se refería al escándalo de los 800 mil dólares que quiso ingresar al país en forma ilegal el empresario venezolano, a bordo de un avión privado en el que viajaba Uberti, descubierto por la entonces agente de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) María de Luján Telpuk.

Uberti le contó a Bonadio que su primera actuación fue por la renovación de los contratos de los corredores viales, que finalizaban el año en que comenzó el gobierno de Néstor Kirchner.

El mismo se encargó de confeccionar los pliegos de licitación, según su relato. Cuando en diciembre de 2003 se acercó al despacho presidencial para que Kirchner los firmara, dice, “tuve la primera decepción”.

Y describió: “Al rato salió De Vido puteando, y me dijo: ‘El Presidente no va a firmar los contratos ni en pedo. Porque vos hiciste las cosas demasiado bien y no arreglaste la guita con la gente. No los va a firmar ni en pedo y te va a hacer cagar. Tenés que llamar a los empresarios y decirles que pongan. Te van a llorar, pero vos deciles que pongan, porque si no el Presidente no va a firmar; si no, renunciá. Viste cómo es el malo’”. Ese (“el malo”) era el apelativo con que el ministro de Planificación Federal llamaba a Néstor Kirchner.

Claudio Uberti llegando a tribunales con su abogado. Foto Infobae

A continuación, señaló de qué forma se habría cobrado la coima por los corredores viales, a través del empresario Miguel Aznar (presidente de Vial 3, una empresa que tenía la concesión de la Ruta 9 entre Campana y Rosario, entre otras).

“Me comuniqué con Aznar desesperado y le comenté cómo venía la mano. Le dije que Kirchner le había dicho a De Vido que iba a pulverizar los contratos, que tenían que pagar. Quiero aclarar que en este sistema de corredores viales, pagaba mes a mes a la UCOFIN (Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura)... Era una cifra aproximada de 150 mil dólares, esa recaudación me la entregaba Aznar y yo debía entregarla... Primero al despacho del ministro De Vido, y luego se la llevé personalmente al despacho presidencial, y se los entregaba en un maletín a Néstor Kirchner. La primera vez me hizo entregarle el maletín completo, con birome y todo, y me dijo: ‘Me tenés que entregar más, acordate que te voy a hacer cagar’”.

Más tarde recordó cómo Aznar le propuso entregar el 10 por ciento de la explotación (unos 500 mil dólares) a un empresario que tenía dos estaciones de servicio Shell en el corredor vial. “Entonces lo consulté con De Vido y me dijo: ‘Agarralo, pedazo de pelotudo, que lo voy a ver al malo, que es una buena noticia’”.

Uberti también se refirió, ante Bonadío, al papel de Techint en la causa. Habló de una reunión de aproximadamente cien empresarios argentinos en Venezuela.

Allí, dijo, “(Paolo) Rocca se le acercó a Kirchner, le hablaba, lo tironeaba, y yo me acerqué a Betnaza (Luis, director corporativo de Techint), para que le diga a Rocca que no lo atosigue. En ese momento yo no hablaba directamente con Kirchner. En ese contexto, me pidió De Vido que le diga a Betnaza que si quería que lo tratemos bien, tenía que ponerse. Y así transmití el mensaje. Betnaza me dijo que Techint no, de un modo coloquial. Luego, Kirchner me encomendó que busque a Techint, me comuniqué con Betnaza y me presenté en su oficina de la calle Della Paolera. En esa ocasión me entregó 100 mil dólares, y me dijo que eran para Kirchner. Eso se repitió entre cinco y seis veces... Esos paquetes de dinero se los entregué directamente a Kirchner”.

Claudio Uberti junto a Julio De Vido en un acto

“En el año 2006, un día me llamó De Vido a su casa, a la calle Libertador y Ocampo. Allí estaba Ferreyra (Gerardo, de Electroingeniería, hoy detenido en la causa), éste me iba a entregar algo para llevar a la Quinta de Olivos. Era mucha plata, acordamos encontrarnos en el estacionamiento de Selquet (el restaurante porteño de Figueroa Alcorta y Pampa). Allí me entregó una valija que dijo que contenía 10 palos en euros... Esa valija la llevé para Olivos, entré por el túnel.Otra vez, Ferreyra tenía que hacer otra entrega, pero no se presentó y fue a decirle a Kirchner que no me lo había entregado y me dijo de todo, insultándome incluso”.

Seguidamente, habló sobre la supuesta preferencia de moneda que tenía el ex presidente fallecido: “En el año 2005 le llevé la recaudación de los corredores viales a su despacho de la calle Balcarce, quiero aclarar que siempre que llevaba una recaudación me preguntaba si eran euros o dólares. En una ocasión le llevé paquetes de pesos y euros. Agarró a patadas el paquete de pesos y lo tiró por el despacho. Kirchner era un suplicio”.

Cristina Kirchner

Pero si la conducta de Kirchner lo alarmaba –dice hoy–, su consideración sobre el carácter de su esposa no se queda atrás. “Si con Néstor era imposible trabajar, con Cristina era mucho peor... Quiero aclarar que Cristina tenía un destrato y una forma terrible de interactuar con la gente. No te saludaba, insultaba a sus colaboradores, especialmente a las mujeres. Néstor les pegaba a sus colaboradores. Encontrarte con ellos personalmente era terrible. Una vez me los encontré en el hotel Westin de Madrid... Estaban Daniel Muñoz (secretario privado de Kirchner, ya fallecido) y Néstor, y entró a la habitación Rubén Zacarías, de Ceremonial y Protocolo, y Néstor le dijo a Muñoz: ‘A éste que no cumplió, dale tres’. Creo que no había entregado el periódico a tiempo, o algo así. Y Muñoz le dio tres puños a Zacarías”.

Más adelante, en la misma declaración, corrigió: “Le dio tres golpes de puño que lo dejaron tirado en el suelo y le refirió: ‘Esto le hacemos a los traidores’”.

Uberti no dejó de mencionar un hecho que se relaciona con otra causa que enfrenta Cristina Fernández: la del hotel Los Sauces, por lavado de dinero.

“En la campaña 2003 estuve alojado en el hotel Panamericano, allí Relats (Juan Carlos, dueño del establecimiento, ya fallecido) prestaba la habitación gratis. Años después, en un viaje a Nueva York, yo coordinaba la agenda de De Vido con los empresarios, y estábamos por aterrizar y viene Kirchner y me planta un cachetazo y me dice: ‘Vos sos un pelotudo, porque sos amigo del Negro Relats y Cristina está haciendo una construcción en Los Sauces y necesita plata blanca. Decile a Relats que vaya a Calafate’. Y le dijo a Cristina: ‘El nos va a solucionar el problema de blanco que necesitás y le vamos a enchufar esa poronga que vos estás haciendo’. Ella dijo que lo que estaba haciendo era lo más maravilloso del mundo. Cuando volvimos fui a verlo a Relats, y me contestó que no tenía estructura. No estaba muy conforme con lo que se le pedía. Transmití su contestación a Kirchner y me pidió que le diga que no sea pelotudo, que él tenía muchas obras... Arreglamos el alquiler de 105 mil dólares mensuales por el edificio pelado y ellos se harían cargo del gerenciamiento... Al día siguiente, Relats me dijo que era mucho dinero y que iba a hablar con De Vido para que le descuente 105 mil de lo que él mensualmente ponía, supongo que por la obra pública que tenía Relats”.

Claudio Uberti en un acto junto al presidente Néstor Kirchner y Julio De Vido

Por último, también se refirió a una de las propiedades de Cristina Fernández, quien al cierre de esta edición aceptó que sean allanadas (ver recuadro). Mencionó que llevó allí, “en dos o tres ocasiones más, bolsos de más de diez kilos con dinero... El ya me había dicho que en cuanto tuviera un paquete de dinero chico lo llevara al despacho de Balcarce, que si el bulto era grande debía coordinar con él, y es así como me puso en contacto con Daniel Muñoz, que me recibía el dinero en la calle Juncal. En una ocasión subí al departamento, allí había otras valijas en el palier y en su dormitorio había muchas otras más. En el departamento en esa ocasión no había nadie, pero por referencias de Muñoz esas valijas con dinero las iba a llevar a Santa Cruz. Eran tantas, alrededor de veinte valijas de distinto tamaño, que Muñoz me dijo ‘después de esto voy a poner un negocio de valijas’. Las valijas tenían por destino la casa de Néstor y Cristina Kirchner en Río Gallegos, ubicada en la esquina de la calle 25 de Mayo, donde se encontraban bóvedas que había comprado al Banco Hipotecario”.

Por Hugo Martin.
Fotos: Archivo Atlántida, AFP y gentileza Infobae.

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