Categorias: Uncategorized

"Voy a dejar la revista, pero del escenario no me van a bajar jamás"

Publicado por
Redacción Gente

Todo tiene un final, todo concluye al fin. Y aunque dicen que Moria Casán no
tiene herederas, que es la última vedette, el domingo dejó para siempre las
plumas. Moria, en verdad, puede seguir bailando, moviéndose arriba del escenario
sin problemas. Pero treinta años han sido suficientes y el 2 de noviembre fue su
última vez en el teatro de revista, aunque no en el teatro a secas. "En el
escenario voy a estar todo el tiempo
", dice Moria en su camarín, rodeada de
trajes, pelucas, maquillajes, fotos queridas, recuerdos de los buenos, recuerdos
de los otros.

-Moria, ¿qué recuerdos tiene de su debut como vedette?
-La cara de mi papá, que era militar, cuando se lo dije: tremenda. Yo estaba
estudiando Derecho, me habían bochado en un examen y de un día para el otro
acompañé a una amiga a ver una función al teatro El Nacional y ahí conocí al
coreógrafo Eric Cepeda. Yo era flaca, alta y con cola parada. Era muy parecida a
Sofía.

-Un cuerpo bonito.
-Sí. Había empezado a estudiar desde muy chiquita. A los cinco años ya hacía
danzas clásicas, y eso me había dado una muy buena formación. A los trece me
puse a dar clases en el garaje de mi casa, porque quería ganar mi propia plata.
Mi papá me construyó una barra y yo les daba lecciones a las chicas del barrio.
Siempre me gustó el protagonismo.

-Entonces…
-Entonces todo fue como un rayo. Nunca había ido a ver una revista. Fui por pura
curiosidad a un espectáculo en el que trabajaban Zulma Faiad, Susana Brunetti y
Adolfo Stray. Al finalizar la función, un amigo me presentó a Carlos A. Petit.
Me miró y me dijo: "Buen cuerpo, buena altura. Venga pasado mañana a las 19. Le
tomaré una prueba".
Yo no le creí demasiado. No me ilusioné ni nada por el
estilo. Cuando llegó el martes, fui, pero tan descreída, que llegué a las 19:30.
Al llegar, Petit me dijo: "Empieza llegando tarde. Empieza mal. Empieza faltando
el respeto"
.

-Ah, con el pie derecho.
-Es que no pude ni explicarle. Ese martes me había levantado a las 6 de la
mañana, tenía un examen de Economía Política y me bocharon. Cuando terminé de
dar la prueba, me mandó al vestuario. Me dieron ropa, me pusieron pestañas
postizas, me peinaron con flequillo y debuté esa misma noche junto a Zulma Faiad
y Adolfo Stray en la obra Cuando abuelita no era hippie. Imaginate lo rápido que
fue todo, que no tuve tiempo de avisarles a mis amigos.

Moria se maquilla para su función de despedida. El debut fue hace treinta años, junto a Zulma Faiad y Adolfo Stray. "¿Cómo me sentí entonces al estar casi desnuda sobre el escenario? ¡Fantástico! No sentí nervios, no sentí vergüenza, me sentí brutal".

La vedettes de hoy son queni: que ni bailan, que ni cantan, que ni actúan. Antes, si medias menos de 1,74, ni te dejaban entrar al teatro. Ahora las vedettes se fabrican en el quirófano"">

"La vedettes de hoy son queni: que ni bailan, que ni cantan, que ni actúan. Antes, si medias menos de 1,74, ni te dejaban entrar al teatro. Ahora las vedettes se fabrican en el quirófano"