Es un duro. Aquel que proclamó “jugar con el cuchillo entre los dientes” como alegoría de la garra y el coraje. Ex capitán de la Selección, caudillo de mil batallas y entrenador tan intenso como en su época de futbolista, Diego Simeone (48) sigue incrementando su prestigio.
En España es ídolo. Tras ganar la Supercopa de Europa con el Atlético de Madrid –el equipo que dirige desde la temporada 2011/2012–, festejó su séptimo título en el club. Además de recibir el cariño, los elogios y la admiración de todos los colchoneros (tal como apodan a los simpatizantes del Aleti), se llevó decenas de besos de sus amores: la bella modelo Carla Pereyra (31), su pareja desde 2014, y Francesca, la hija que tienen en común y que está a punto de cumplir dos años.
Ahí, entre esos afectos tan cercanos, esa imagen granítica se desdibuja. Y aparece la sonrisa tierna de un Cholo (papá también de tres varones, Giovanni, Gianluca y Giuliano, de 23, 20 y 16 años, respectivamente) que, a fuerza de trabajo y talento, ubica su nombre entre los mejores DT del mundo.
“¡Todo mi amor y mi orgullo! Mi campeón, te mereces todo y más. ¡Tu compromiso, tu amor por lo que haces, tu dedicación cada día!”, escribió Carla en su cuenta de Instagram junto a una foto en la que se los ve juntos, en pleno campo de juego, mostrando la medalla de campeón.
El triunfo, además, tuvo un valor agregado: se logró nada menos que ante el Real Madrid, el equipo más poderoso del planeta, con el que el “Aleti” mantiene una rivalidad legendaria. Fue 4 a 2, en tiempo suplementario, en la ciudad de Tallin, Estonia. Como el Atlético había ganado la UEFA Europa League y el Real se había quedado con la Champions, entre ambos equipos madridistas definieron este trofeo, que Simeone ya había conseguido en 2012.
La pequeña Francesca, nacida precisamente en la capital española, apenas balbucea algunas palabras. Pero su carita lo decía todo: ¡qué orgullosa está de su papá!
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